Durante la misa dominical en la Catedral Metropolitana, el arzobispo de Chihuahua, Constancio Miranda Weckmann, llamó a buscar a Cristo en cada uno de nuestros hermanos, y no en la grandeza de palacios o la opulencia y el poder.
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El capítulo 6 del Evangelio de San San Juan, relata que en Cafarnaún, los judíos protestaban porque Jesus siendo un hombre, enseñaba con facultades divinas y no concebían que Dios se hubiera revelado a través de Jesús.
"Igual que los judíos de la época de Jesús, en la actualidad nos empecinamos en buscar a Jesús en palacios, con lujosos ropajes, joyas, poder, pero Dios se hizo humano, uno de los nuestros, por eso hoy debemos aprender a valorar a la comunidad, pues aquí Dios se está revelando de manera silenciosa"
El Arzobispo dijo que Dios invita a amar y crear vínculos con los demás.
"El señor se manifiesta en la eucaristía como el pan vivo, y nos recuerda que la necesitamos".
Los discípulos no creían en la condición de Jesús como hijo de Dios, pero Él les dijo
"no murmuren...Todos serán discípulos de Dios. Todo aquel que escucha al padre, se acerca a mi".
"Les aseguró el que cree en mi tienen vida eterna, yo soy el pan de la vida; este es el pan que ha bajado del cielo, para que quien lo coma, no muera".
Durante la primera lectura de este domingo, del libro de los tres reyes, se narra cuando el profeta Elias debió escapar de las amenazas, y cansado mostró su desaliento y quiere dejarlo todo, pero el Señor le dio fuerzas.
" A mucha gente que le gana el desaliento, no es fácil denunciar las injusticias y caminar en la vida", refirió el Arzobispo, quien puntualizó
"el hombre y la mujer pueden tener miedo, pero Dios no abandona a sus hijos y la
Eucaristía da fuerza para cumplir nuestra misión".