El arzobispo de Chihuahua, Constancio Miranda Weckmann, presidió la misa del primer domingo de adviento, en el inicio del año litúrgico, desde la Catedral Metropolitana de Chihuahua, en la que exhortó a la feligresía a preparar los corazones y los hogares para celebrar el nacimiento del Señor Jesús.
“Vamos a comenzar el Adviento, preparándonos para la navidad, y tenemos uno de los símbolos, la corona de adviento, vamos a encender la primera vela de cuatro, correspondientes a los cuatro domingos, pidiéndole al Señor que nos dé una preparación cercana y decidida, para llegar abiertos y disponibles para celebrar el Nacimiento de Jesús en nuestro corazón, y en el corazón de nuestros hogares”, explicó monseñor Miranda, al tiempo que un integrante de la familia Peña Ramírez, en representación de las personas congregadas, encendía la primera vela de la corona de adviento.
En su homilía, el arzobispo de Chihuahua expresó que en el comienzo del año litúrgico, se vive un tiempo de espera, a que el Señor nazca, que prepara ese acontecimiento maravilloso de la navidad. Destacó que el adviento es espera activa, invitados a disponerse para poder recibir la plenitud del que va a llegar, en el que la palabra de Dios exhorta a dos cosas: estar vigilantes y a orar.
“En momentos en que perdemos la esperanza o se nubla un poco el horizonte, Dios nos promete un germen que brota, justo, a Jesús. En el evangelio de este primer domingo de adviento, el mismo Cristo nos exhorta a estar atentos y nos recomienda para ello la oración. San Lucas trata de dar ánimo y esperanza a una iglesia recién nacida que en medio de sus dificultades. Cuando ya se ha perdido el entusiasmo inicial, suscitará en ellos al marcharse y el evangelista trata de mostrarnos hoy la responsabilidad que tenemos cada uno de nosotros ante el futuro. Hoy transcurre nuestra vida y estamos por vivir un cristianismo en serio, poniendo nuestro obrar atento, o la oración, o las obras de misericordia, para cuando el Señor llegue”, disertó.
Dijo además, que el adviento hace resonar una voz de esperanza, el Señor anuncia a su hijo que traerá la justicia y la Salvación.
“Las cosas las pondrá en su lugar, en orden, al llegar al Cielo. Por eso, debemos estar atentos y descubrir lo que está en nuestro entorno lo que llamamos signos de los tiempos a Dios, que nos está hablando. Estar atentos para no caer en la tentación del mundo que a veces pretende atraparnos con una religiosidad –vamos a llamarle así-, mágica, por eso, la necesidad de rezar. Orar, alabando a Dios Padre que nos quiere y que nos cuida; orar a Jesús que nos alimenta y nos ilumina; orar al Espíritu Santo, que nos da sustento y nos anima. Orar agradeciendo los bienes recibidos, que se manifiestan en cada momento de nuestra vida”, expresó.
Don Constancio invitó a encaminarse a la santidad, para hacerse irreprochables para el día de la venida de Cristo; y dijo que las personas deben decidirse a que el proyecto propio, sea el de navidad.
“Que el Señor nazca en nuestros corazones y nuestros hogares. Este tiempo de navidad no debe ser solo para recordar el nacimiento histórico de Jesús en Belén, este tiempo tiene que servirnos para trabajar, para preparar”, invitó.
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