"Jesús desea ardientemente que cada uno de nosotros sea inundado con el fuego del Espíritu Santo, para que ilumine y purifique nuestro interior y nuestro corazón”, enfatizó monseñor Constancio Miranda Weckmann, arzobispo de Chihuahua, al celebrar la sagrada eucaristía del domingo XX de Tiempo Ordinario.
Durante la misa señaló que así como el oro en el crisol se funde con el fuego y llega a su uso final, así es como el fuego le quita la impureza al oro, el Espíritu Santo purifica todo lo que no es digno de los hijos de Dios, para que puedan llegar a la plenitud de la vida.
“Jesús quiere que nos dejemos inflamar por su divino amor, tal y como aparece en la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, que está rodeado de llamas de fuego que significan el amor”.
Ante la grey católica reconoció que la vida no es fácil y el camino cómodo, por lo que le pidió a los cristianos que se dejen abrazar por el fuego y ser fuego en el mundo a fin de que enciendan el amor, las ganas, el arrojo, valentía y el camino de la gracia que todos deben de andar.
“Igual que Jesús incendio en sus discípulos el fuego, el Espíritu Santo soplará a través de ellos para que en su entorno iluminen a esas personas apagadas a fin de que puedan vivir el camino de la gracia”.
Ante ello hizo un llamado a elegir a Jesús como su único Señor, a sabiendas que deberán enfrentarse al mundo que no quiere seguir sus pasos.
“Para seguir a Jesús y optar por su reino, tendrán que romper con conveniencias personales, sociales y saltar por encima de compromisos familiares y de amigos, deben estar dispuestos a dejarlo todo y seguir a Cristo por el camino de la cruz, sus mandamientos y el camino de la gracia”.
En la oración comunitaria se elevó una plegaria por los encarcelados al celebrarse el día San Maximiliano María Kolbe, patrono de los reclusos; así como por la iglesia de Dios, por la parroquia, por los cristianos perseguidos a causa de su fe, por inmigrantes y refugiados, por los que buscan empleo, por los reunidos celebrando la eucaristía.
Se oró en especial por el aniversario sacerdotal del párroco de Catedral el presbítero Raymundo López Aguirre.