Los Centros de Integración Juvenil estiman que de cada de 100 adolescentes y jóvenes que atiende al mes por problemas de adicciones, más del 40 por ciento refiere que ha obtenido la sustancia en casa de sus padres y otros familiares.
Este porcentaje refiere que es en estos mismos espacios donde comienzan a consumir sustancias como benzodiazepinas (tranquilizantes, antidepresivos y estimulantes), que roban a familiares que los consumen.
Además, de acuerdo a los CIJ, las benzodiazepinas sin prescripción médica cada vez se consumen más por personas de menor edad.
Además refieren que de acuerdo con la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, se prevé que para el año 2030 la cifra de personas consumidoras aumentará hasta en un 11 por ciento.
Según más atenciones que se han brindado, durante el periodo de la pandemia se incrementó el consumo de drogas en adolescentes incluso en edad menor a los 13 años.
En este sentido, se ha referido que no sólo hubo un aumento en drogas que comúnmente son las más consumidas en primeras etapas, como alcohol, tabaco o marihuana, sino también en sustancias como anfetaminas.
Tras la pandemia aumentó el consumo de medicamento controlado, según datos referidos por el CIJ de la ciudad de Chihuahua, cuando anteriormente esto se presentaba en mujeres a una edad mayor.
El fácil acceso al medicamento en las propias casas ha provocado que adolescentes y jóvenes tengan a la mano este tipo de sustancias que son adictivas y dañinas cuando no se utilizan de manera indicada o prescrita por un especialista.
Ante esto, y el reciente reto de Tick Tock “el último en dormirse, gana", los distintos entes que trabajan en la prevención de adicciones hacen un llamado a papás y mamás para estar atentos a lo que consumen sus hijos.
Si se tiene medicamento en casa de alguna persona en tratamiento, es indispensable que se guarde en un lugar seguro y lejos del alcance de menores.