El ejido de Cabórachi obtuvo el reconocimiento al Mérito Forestal, dentro de las Reuniones Científicas 2023 “Ciencia para vivir”, donde se reconoció su aportación para la conservación, protección, restauración y uso sustentable de los recursos forestales.
Este ejido ha sido considerado como una comunidad extensionista desde hace nueve años, donde el 75% de los residentes son indígenas y se han comprometido a ser una área destinada voluntariamente a la conservación.
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En el 2014 el ejido de manera voluntaria decidió separar del aprovechamiento forestal una superficie de 852 hectáreas y declararla como un Atributo de Alto Valor para la Conservación. Esta área se encuentra en los Altos de Metatitos, es el parteaguas de las cuencas del río Fuerte y el río Conchos, a esto se le añade que es el hábitat de especies como el venado cola blanca, guajolote silvestre, coyote y víbora de cascabel; así como flora entre las que destacan las hierbas medicinales chuchupate, lechuguilla, yerbaniz, y chucaca.
En diciembre de 2022 se expidió el certificado de Área Destinada Voluntariamente a la Conservación (ADVC) por parte de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas.
Juan Manuel García Lerma, gerente de la empresa Forestal Cabórachi, explicó que en el ejido se promueve la participación de las mujeres en las diferentes actividades forestales.
El ejido cumple varias normas mexicanas entre ellas el manejo forestal, libre de basura, manejo de bosque y el área de extracción, residuos químicos, entre otros.
El certificado que les otorgaron es parte de la recertificación, ello tras haberles practicado una revisión exhaustiva de sus procesos, maquinaria y fabricación. El certificado tiene validez por cinco años.
En el ejido se dedican a la explotación del bosque, lo venden y generan utilidades para los 421 ejidatarios. Los aserraderos se ubican a 16 kilómetros de la cabecera municipal.
El plan de trabajo incluye el monitoreo silvícola, monitoreo ambiental de flora y fauna, así como el monitoreo social donde se fomenta los usos y costumbres de los indígenas, dado que el 75 por ciento de la población en el ejido es indígena rarámuri.
Además promueven el empleo a fin de que la migración de indígenas se detenga y puedan obtener ingresos.
La equidad de género es una de las cuestiones que han incentivado a través de diferentes actividades forestales. “Las mujeres aportan nuevas perspectivas e ideas en la gestión forestal”.