/ miércoles 4 de octubre de 2023

Crisis en Pemex por deudas

Petróleos Mexicanos (Pemex) tiene que pagar 747,614 millones de pesos en deuda de corto plazo, menos de un año, de los cuales 231,158 millones de pesos son para pago a proveedores y contratistas, y 516,456 millones de pesos es endeudamiento, de acuerdo con información de la petrolera al cierre del primer semestre de 2023.

Las deudas de Petróleos Mexicanos (Pemex) a sus proveedores ya provocaron una crisis y una serie de reclamos a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Pemex también le recuerda a la Secretaría de Hacienda que en septiembre venció un bono de deuda internacional de mil 110 millones de dólares, “los cuales los deja en posición de caja muy comprometida y que les impediría pagarles a nuestros proveedores por lo menos este sexto mes de adeudos vencidos”.

La compañía Baker Hughes a Octavio Romero (esta es la empresa vinculada al escándalo de la Casa Gris, en la que vivió José Ramón López Beltrán, hijo del presidente López Obrador) reclama que “en estos últimos meses se ha presentado un incremento importante en el monto de facturas vencidas que alcanzan actualmente los 308 millones de dólares, que representa casi cinco meses de retraso”.

En septiembre Pemex le notifica a Hacienda que “la empresa Ferromex suspendió el servicio de desalojo de combustóleo de las refinerías de Tula y de Salamanca por falta de pago” y que “sin el servicio de ferrocarril la única alternativa es la utilización del servicio de pipas especializadas. Sin embargo, dada la especialización de ese transporte, la disponibilidad es limitada a entre 12 mil y 14 mil barriles, cuando la refinería de Tula produce 130 mil barriles diarios.

La refinería de Salamanca estima que de no contar con salidas en ferrocarril suspendería el proceso de crudo por falta de cupo y que esa situación detonaría el desabasto de combustibles en el Bajío, poniendo en riesgo el abasto de turbosina al aeropuerto de la ciudad de Guadalajara. El adeudo de Pemex a Ferromex asciende a 317 millones de pesos.

La deuda total de Petróleos Mexicanos (Pemex), que se ubica en 1.95 billones (millones de millones) de pesos, es más cara que la deuda del país, con tasas de 11% en comparación con el 5% de los bonos soberanos, así que por lo menos en lo que resta de la presente administración, Hacienda absorberá los vencimientos de los compromisos de la empresa, siendo el presidente Andrés Manuel López Obrador el que defiende esta política de rescate a la petrolera del Estado.

Tras la reducción en la nota por parte de Fitch Ratings y Moody’s, el presidente López Obrador respondió que el saldo de la deuda de Pemex se ha reducido en 19,713 millones de dólares, cuando se han realizado transferencias por parte del gobierno por 12,969 millones de dólares (772,000 millones de pesos), monto equivalente a 65% de la reducción.

Aquí cabe preguntarnos: ¿Qué no se supone que Pemex debería ser un pilar de desarrollo para el país? En vez de estar aportando recursos al erario ¿le pide a Hacienda que le resuelva sus problemas? Es degradante, en vez de ser un activo nacional se ha convertido en un lastre para las finanzas públicas. Cuando una empresa se encuentra en esos problemas, el mejor curso de acción es el de declararse en quiebra. Antes de que siga arrastrando al país a una situación de calificación crediticia negativa.


Petróleos Mexicanos (Pemex) tiene que pagar 747,614 millones de pesos en deuda de corto plazo, menos de un año, de los cuales 231,158 millones de pesos son para pago a proveedores y contratistas, y 516,456 millones de pesos es endeudamiento, de acuerdo con información de la petrolera al cierre del primer semestre de 2023.

Las deudas de Petróleos Mexicanos (Pemex) a sus proveedores ya provocaron una crisis y una serie de reclamos a la Secretaría de Hacienda y Crédito Público. Pemex también le recuerda a la Secretaría de Hacienda que en septiembre venció un bono de deuda internacional de mil 110 millones de dólares, “los cuales los deja en posición de caja muy comprometida y que les impediría pagarles a nuestros proveedores por lo menos este sexto mes de adeudos vencidos”.

La compañía Baker Hughes a Octavio Romero (esta es la empresa vinculada al escándalo de la Casa Gris, en la que vivió José Ramón López Beltrán, hijo del presidente López Obrador) reclama que “en estos últimos meses se ha presentado un incremento importante en el monto de facturas vencidas que alcanzan actualmente los 308 millones de dólares, que representa casi cinco meses de retraso”.

En septiembre Pemex le notifica a Hacienda que “la empresa Ferromex suspendió el servicio de desalojo de combustóleo de las refinerías de Tula y de Salamanca por falta de pago” y que “sin el servicio de ferrocarril la única alternativa es la utilización del servicio de pipas especializadas. Sin embargo, dada la especialización de ese transporte, la disponibilidad es limitada a entre 12 mil y 14 mil barriles, cuando la refinería de Tula produce 130 mil barriles diarios.

La refinería de Salamanca estima que de no contar con salidas en ferrocarril suspendería el proceso de crudo por falta de cupo y que esa situación detonaría el desabasto de combustibles en el Bajío, poniendo en riesgo el abasto de turbosina al aeropuerto de la ciudad de Guadalajara. El adeudo de Pemex a Ferromex asciende a 317 millones de pesos.

La deuda total de Petróleos Mexicanos (Pemex), que se ubica en 1.95 billones (millones de millones) de pesos, es más cara que la deuda del país, con tasas de 11% en comparación con el 5% de los bonos soberanos, así que por lo menos en lo que resta de la presente administración, Hacienda absorberá los vencimientos de los compromisos de la empresa, siendo el presidente Andrés Manuel López Obrador el que defiende esta política de rescate a la petrolera del Estado.

Tras la reducción en la nota por parte de Fitch Ratings y Moody’s, el presidente López Obrador respondió que el saldo de la deuda de Pemex se ha reducido en 19,713 millones de dólares, cuando se han realizado transferencias por parte del gobierno por 12,969 millones de dólares (772,000 millones de pesos), monto equivalente a 65% de la reducción.

Aquí cabe preguntarnos: ¿Qué no se supone que Pemex debería ser un pilar de desarrollo para el país? En vez de estar aportando recursos al erario ¿le pide a Hacienda que le resuelva sus problemas? Es degradante, en vez de ser un activo nacional se ha convertido en un lastre para las finanzas públicas. Cuando una empresa se encuentra en esos problemas, el mejor curso de acción es el de declararse en quiebra. Antes de que siga arrastrando al país a una situación de calificación crediticia negativa.