“Un migrante es cualquier persona que se desplaza o se ha desplazado a través de una frontera internacional o dentro de un país, fuera de su lugar habitual de residencia…”
Organización Internacional del Migrante
En los últimos días por la frontera de México y Guatemala llegan miles de migrantes y a la frontera entre México y Estados Unidos llegan militares.
El presidente de los Estados Unidos de América ha sido muy contundente y firme en su decisión de que no permitirá el acceso de los migrantes a su país.
Los miles de salvadoreños y guatemaltecos que han ingresado a nuestro país es muy posible que no logren entrar a los Estados Unidos y fijen su residencia en México.
Según lo dispone el título primero, capítulo I, artículo 1 de la Constitución Federal; en los Estados Unidos Mexicanos todas las personas gozarán de los Derechos Humanos reconocidos en esta constitución y en los tratados internacionales de los que el Estado mexicano sea parte, así como de las garantías para su protección, cuyo ejercicio no podrá restringirse ni suspenderse, salvo en los casos y bajo las condiciones que esta constitución establece.
Por lo tanto estamos obligados como Estado mexicano a cumplir con la Convención Internacional sobre la Protección de los Derechos de todos los Trabajadores Migratorios y de sus Familiares. Este documento fue adoptado por la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas en el año 1990. Está apegado a los principios consagrados en los instrumentos fundamentales de las Naciones Unidas en materia de Derechos Humanos, en particular de la Declaración Universal de Derechos Humanos, el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos.
A agosto de 2018, esta convención ha sido ratificada por 52 países, de los cuales México ha sido uno de ellos.
Este documento fue adoptado debido a que los trabajadores migratorios y sus familias no han sido debidamente reconocidos por lo tanto requieren una protección internacional adecuada, ya que son empleados frecuentemente en condiciones de trabajo menos favorables que otros trabajadores.
Algunos de los aspectos acordados en esta convención son los siguientes:
Será su aplicación sin ninguna discriminación alguna, se les protegerá su derecho a la vida, ninguno será sometido a torturas ni tratos o penas crueles, inhumanas o degradantes, no serán sometidos a esclavitud, Tendrán derecho a la libertad de pensamiento, de conciencia y de religión, se les reconocerá su personalidad jurídica, sólo podrán ser expulsados por medio de una autoridad competente y conforme a la ley, tendrán los mismos tratos que los que reciben los nacionales en cuanto a derechos laborales, sus hijos tendrán derecho a la educación.
Los Derechos Humanos de seguridad jurídica, propiedad, igualdad y libertad de los migrantes se encuentran protegidos en México por esta convención y por la Constitución de los Estados Unidos Mexicanos.
¡Me siento orgullosa de ser hija de estas hermosas tierras norteñas!
