/ lunes 16 de noviembre de 2020

Derechos laborales de las personas trabajadoras del hogar

El trabajo del hogar es una actividad digna y absolutamente necesaria, ya que facilita el cuidado de las personas y permite el que muchas de ellas puedan, al mismo tiempo, desarrollarse en la área laboral y generar los ingresos necesarios para sostener una familia.


Las personas que desempeñan el trabajo del hogar y/o de cuidados de otras personas requieren también, así como todas y todos los trabajadores, de un contrato, seguridad social, salario justo, jornada normal, días de descanso, aguinaldo, vacaciones; y, sobre todo, del mismo trato digno.


Este sector poblacional, a lo largo de la historia, ha enfrentado distintas discriminaciones como, por ejemplo, por género y nivel socioeconómico o de educación. Por otro lado, se ha evidenciado que las personas se ven forzadas a aceptar condiciones laborales que no les son favorables, lo cual se da principalmente por dos motivos: la necesidad de generar ingresos y la falta de información sobre sus derechos


El trabajo del hogar es una de las ocupaciones con mayor proporción de empleo informal. Con los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del INEGI, se calcula que 2.4 millones de personas están ocupadas en este sector en todo el país; de las cuales, casi el 88% son mujeres, mientras que el IMSS registra dentro de la formalidad a poco menos del 1% del total.


¿Qué significa garantizar el derecho a la igualdad y no discriminación en el caso de las personas trabajadoras del hogar? En julio de 2020, el Gobierno de México ratificó el “Convenio 198 sobre las trabajadoras y los trabajadores domésticos” de la Organización Internacional del Trabajo, lo cual obliga a las autoridades federales mexicanas, entre otras cosas, a tomar medidas tendientes a lograr que las personas trabajadoras del hogar disfruten de condiciones de empleo equitativas, no discriminatorias y con condiciones de trabajo decente, así como, si residen en el hogar para el que trabajan, de condiciones de vida decentes que respeten su privacidad.


Estas medidas entrarían en vigor el próximo 03 de julio de 2021, por lo que ahora es el momento preciso de repensar las relaciones laborales que se tienen con las personas que realizan el trabajo del hogar. Una excelente herramienta para esta reflexión es el IMSS, ya que desde 2019 ha operado un programa piloto para la incorporación de este sector del mercado laboral que toma en cuenta sus particularidades únicas; así como difundido una amplia campaña de información sobre los derechos y obligaciones de ambas partes de la relación laboral. Invito al público a visitar el micrositio de la dependencia, en donde podrán encontrar toda la información respecto a esto - http://www.imss.gob.mx/personas-trabajadoras-hogar.


En estos tiempos de Covid-19, en la que atravesamos por una crisis doble, sanitaria y económica, tenemos que ser conscientes y motivarnos a cumplir con la normativa laboral en todos los aspectos de nuestras vidas, ya que esto no sólo promueve el crecimiento de comunidades resilientes en nuestro estado, sino también a los derechos humanos y al trabajo digno como valores inamovibles de nuestras vidas cotidianas; además de salvar vidas al ser las personas sujetas a la protección de la red de seguridad social de nuestro país.

El trabajo del hogar es una actividad digna y absolutamente necesaria, ya que facilita el cuidado de las personas y permite el que muchas de ellas puedan, al mismo tiempo, desarrollarse en la área laboral y generar los ingresos necesarios para sostener una familia.


Las personas que desempeñan el trabajo del hogar y/o de cuidados de otras personas requieren también, así como todas y todos los trabajadores, de un contrato, seguridad social, salario justo, jornada normal, días de descanso, aguinaldo, vacaciones; y, sobre todo, del mismo trato digno.


Este sector poblacional, a lo largo de la historia, ha enfrentado distintas discriminaciones como, por ejemplo, por género y nivel socioeconómico o de educación. Por otro lado, se ha evidenciado que las personas se ven forzadas a aceptar condiciones laborales que no les son favorables, lo cual se da principalmente por dos motivos: la necesidad de generar ingresos y la falta de información sobre sus derechos


El trabajo del hogar es una de las ocupaciones con mayor proporción de empleo informal. Con los resultados de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo del INEGI, se calcula que 2.4 millones de personas están ocupadas en este sector en todo el país; de las cuales, casi el 88% son mujeres, mientras que el IMSS registra dentro de la formalidad a poco menos del 1% del total.


¿Qué significa garantizar el derecho a la igualdad y no discriminación en el caso de las personas trabajadoras del hogar? En julio de 2020, el Gobierno de México ratificó el “Convenio 198 sobre las trabajadoras y los trabajadores domésticos” de la Organización Internacional del Trabajo, lo cual obliga a las autoridades federales mexicanas, entre otras cosas, a tomar medidas tendientes a lograr que las personas trabajadoras del hogar disfruten de condiciones de empleo equitativas, no discriminatorias y con condiciones de trabajo decente, así como, si residen en el hogar para el que trabajan, de condiciones de vida decentes que respeten su privacidad.


Estas medidas entrarían en vigor el próximo 03 de julio de 2021, por lo que ahora es el momento preciso de repensar las relaciones laborales que se tienen con las personas que realizan el trabajo del hogar. Una excelente herramienta para esta reflexión es el IMSS, ya que desde 2019 ha operado un programa piloto para la incorporación de este sector del mercado laboral que toma en cuenta sus particularidades únicas; así como difundido una amplia campaña de información sobre los derechos y obligaciones de ambas partes de la relación laboral. Invito al público a visitar el micrositio de la dependencia, en donde podrán encontrar toda la información respecto a esto - http://www.imss.gob.mx/personas-trabajadoras-hogar.


En estos tiempos de Covid-19, en la que atravesamos por una crisis doble, sanitaria y económica, tenemos que ser conscientes y motivarnos a cumplir con la normativa laboral en todos los aspectos de nuestras vidas, ya que esto no sólo promueve el crecimiento de comunidades resilientes en nuestro estado, sino también a los derechos humanos y al trabajo digno como valores inamovibles de nuestras vidas cotidianas; además de salvar vidas al ser las personas sujetas a la protección de la red de seguridad social de nuestro país.