/ domingo 31 de enero de 2021

El “doble filo” de las redes sociales

En el ámbito político y social lo predominante en las redes sociales es la manipulación, esto es, la maniobra y el control, como quedó demostrado en las elecciones de Estados Unidos, y se está gestando también en México en relación al histórico proceso electoral en ciernes y las elecciones federales y estatales de junio de 2021.

Muestra de ello es la constante propagación de memes sarcásticos y agresivos comentarios en múltiples redes sociales de los opositores a la 4T, que ofenden no sólo la investidura presidencial de Andrés Manuel López Obrador, sino también a los 30 millones de mexicanos que votamos por él.

Están convencidos que el “mal humor social” que fomentan en sus redes les es útil para intimidar a los electores con el fantasma del “populismo” y/o “comunismo” (Dixti Maru Campos, candidata oficial del PAN a la Gubernatura del Estado), que no es más que una “cortina de humo”, mediante la cual pretenden ocultar la profunda desigualdad social del régimen neoliberal, que dejó en extrema pobreza a 53 millones de mexicanos y enriqueció al 10% de las familias más acaudaladas que se hicieron dueños de las dos terceras partes de la riqueza nacional.

Insisten en sus slogan y mensajes publicitarios que ya es hora de que “se piense en el futuro y no en el pasado”, esto es, que los ciudadanos se olviden ya de los fraudes electorales de Carlos Salinas de Gortari (PRI) y Felipe Calderón (PAN), los cuales institucionalizaron la corrupción y la impunidad.

Que hagan caso omiso de los sobornos (“moches”) que el expresidente Enrique Peña Nieto otorgó a diputados y senadores panistas, y perredistas, para que aprobaron su fatídico “Pacto por México”, el cual privatizó y dejó en manos del capital extranjero nuestros recursos naturales; desmanteló el sistema educativo y el de salud pública y empresas paraestatales y endeudó al país.

El “futuro” del que hablan para “consolidar la democracia del país”, es una grotesca falacia. Lo que realmente les interesa es recuperar la mayoría del Poder Legislativo federal para poner freno a las políticas sociales de la 4T, revocar en 2022 el mandato presidencial de AMLO y recuperar en 2024 la Presidencia de la República y, con todo ello, el régimen neoliberal que tanto añoran los magnates con los que se han aliado.

No tengo la menor duda que la mayoría de los mexicanos no se dejarán manipular por los “falsos paladines de la democracia y el progreso”, que proclaman van a “salvar a México” de la 4T y el “populismo” y “comunismo” de Morena. Lo que sí me preocupa es que los dirigentes nacionales y estatales de Morena no entiendan que el mejor antídoto para poner freno al “Tumor” (Todos Unidos contra Morena) es el pueblo, no los candidatos descendientes del PRI, PAN, PRD y PVEM, que están postulando a diestra y siniestra.

Hay que consolidar las “benditas redes”, sustentadas en la verdad, no las “malditas redes” en boga, basadas en la mentira (estafas, extorsión y manipulación), virus, que al igual que el Covid-19 está creando una pandemia política y electoral.

En el ámbito político y social lo predominante en las redes sociales es la manipulación, esto es, la maniobra y el control, como quedó demostrado en las elecciones de Estados Unidos, y se está gestando también en México en relación al histórico proceso electoral en ciernes y las elecciones federales y estatales de junio de 2021.

Muestra de ello es la constante propagación de memes sarcásticos y agresivos comentarios en múltiples redes sociales de los opositores a la 4T, que ofenden no sólo la investidura presidencial de Andrés Manuel López Obrador, sino también a los 30 millones de mexicanos que votamos por él.

Están convencidos que el “mal humor social” que fomentan en sus redes les es útil para intimidar a los electores con el fantasma del “populismo” y/o “comunismo” (Dixti Maru Campos, candidata oficial del PAN a la Gubernatura del Estado), que no es más que una “cortina de humo”, mediante la cual pretenden ocultar la profunda desigualdad social del régimen neoliberal, que dejó en extrema pobreza a 53 millones de mexicanos y enriqueció al 10% de las familias más acaudaladas que se hicieron dueños de las dos terceras partes de la riqueza nacional.

Insisten en sus slogan y mensajes publicitarios que ya es hora de que “se piense en el futuro y no en el pasado”, esto es, que los ciudadanos se olviden ya de los fraudes electorales de Carlos Salinas de Gortari (PRI) y Felipe Calderón (PAN), los cuales institucionalizaron la corrupción y la impunidad.

Que hagan caso omiso de los sobornos (“moches”) que el expresidente Enrique Peña Nieto otorgó a diputados y senadores panistas, y perredistas, para que aprobaron su fatídico “Pacto por México”, el cual privatizó y dejó en manos del capital extranjero nuestros recursos naturales; desmanteló el sistema educativo y el de salud pública y empresas paraestatales y endeudó al país.

El “futuro” del que hablan para “consolidar la democracia del país”, es una grotesca falacia. Lo que realmente les interesa es recuperar la mayoría del Poder Legislativo federal para poner freno a las políticas sociales de la 4T, revocar en 2022 el mandato presidencial de AMLO y recuperar en 2024 la Presidencia de la República y, con todo ello, el régimen neoliberal que tanto añoran los magnates con los que se han aliado.

No tengo la menor duda que la mayoría de los mexicanos no se dejarán manipular por los “falsos paladines de la democracia y el progreso”, que proclaman van a “salvar a México” de la 4T y el “populismo” y “comunismo” de Morena. Lo que sí me preocupa es que los dirigentes nacionales y estatales de Morena no entiendan que el mejor antídoto para poner freno al “Tumor” (Todos Unidos contra Morena) es el pueblo, no los candidatos descendientes del PRI, PAN, PRD y PVEM, que están postulando a diestra y siniestra.

Hay que consolidar las “benditas redes”, sustentadas en la verdad, no las “malditas redes” en boga, basadas en la mentira (estafas, extorsión y manipulación), virus, que al igual que el Covid-19 está creando una pandemia política y electoral.