/ miércoles 27 de septiembre de 2023

Historia de frontera EUA-México | La batalla de Rosales

Después de la anexión de Texas en 1845, que exacerbó las hostilidades, en 1846, México y Estados Unidos se enfrentaron en un conflicto bélico, resultado de tensiones territoriales y disputas diplomáticas y la guerra estalló oficialmente el 25 de abril de 1846. El Tratado de Guadalupe Hidalgo se firmó tanto por los Estados Unidos como por México el 2 de febrero de 1848 y fue ratificado por el Congreso de los Estados Unidos el 10 de marzo. Por el cual México perdía una gran parte de sus territorios y terminó con el enfrentamiento.

Sin embargo, después de esto el comandante Sterling Price de las fuerzas estadounidenses en Nuevo México recibió falsos informes de un supuesto avance mexicano sobre Nuevo México, Pride movió su comando a El Paso, donde recibió órdenes del ayudante general Roger James de permanecer ahí y, si fuera posible, enviar refuerzos a California. A pesar de esto y de los informes de exploración que no encontraron ninguna evidencia de ningún ejército invasor mexicano, Pride avanzó hacia la ciudad de Chihuahua, el general Pride encontró piquetes mexicanos acercándose con una bandera de tregua. Enviaron un mensaje del gobernador general Ángel Trías de Chihuahua de que se había firmado un alto el fuego. Pride era consciente de que las luchas habían cesado en todos los frentes, pero se negó a creer a los mexicanos.

Reanudando su marcha, Pride ocupó Chihuahua. Descubriendo que el general Trías y su ejército se habían retirado hacia el sur, les persiguió. 100 kms. al este de Chihuahua encontraron una posición fuerte mexicana en la ciudad de Santa Cruz de Rosales. El 9 de marzo pidió la rendición incondicional de la ciudad. Cuando el general Trías rechazó tal propuesta, la sitió y esperó la llegada de refuerzos. Poco pasó hasta que Pride decidió asaltar la ciudad. La Batalla de Rosales, que tuvo lugar el 15 de marzo de 1847 en el estado de Chihuahua, México, representa uno de los episodios cruciales en la larga y sangrienta guerra entre México y Estados Unidos que se libró durante el siglo XIX. Esta batalla, que a menudo queda eclipsada por eventos más conocidos como la Batalla de Chapultepec o la Batalla de Buena Vista, desempeñó un papel fundamental en la historia de México y dejó una marca indeleble en la memoria de sus habitantes.

Contando Price con 1,500 hombres de las tres armas, intimó rendición a la plaza de Rosales, permitió la salida de las familias y a las 8 de la mañana su artillería principió a bombardear el pueblo, que contestó con vigor el ataque hasta las doce del día, en cuya hora aprovechando la confusión que reinaba en la línea americana se introdujo valerosamente en el recinto atrincherado el joven Esteban Coronado.

A las dos de la tarde la infantería intentó tomar por asalto nuestras defensas pero fue rechazada con grandes pérdidas, y a las tres, agotadas las municiones, se rindió la plaza que tan valerosa resistencia opuso durante ocho horas seguidas de combate, resultado, las fuerzas estadounidenses tuvieron 14 muertos y 19 heridos, mientras que los mexicanos perdieron a 23 soldados y a dos oficiales, teniendo un número desconocido de heridos, este suceso rehabilitó el honor de las armas del Estado mancilladas en Sacramento y siendo los disparos que allí se hicieron los últimos en la guerra contra Estados Unidos.

Después de la anexión de Texas en 1845, que exacerbó las hostilidades, en 1846, México y Estados Unidos se enfrentaron en un conflicto bélico, resultado de tensiones territoriales y disputas diplomáticas y la guerra estalló oficialmente el 25 de abril de 1846. El Tratado de Guadalupe Hidalgo se firmó tanto por los Estados Unidos como por México el 2 de febrero de 1848 y fue ratificado por el Congreso de los Estados Unidos el 10 de marzo. Por el cual México perdía una gran parte de sus territorios y terminó con el enfrentamiento.

Sin embargo, después de esto el comandante Sterling Price de las fuerzas estadounidenses en Nuevo México recibió falsos informes de un supuesto avance mexicano sobre Nuevo México, Pride movió su comando a El Paso, donde recibió órdenes del ayudante general Roger James de permanecer ahí y, si fuera posible, enviar refuerzos a California. A pesar de esto y de los informes de exploración que no encontraron ninguna evidencia de ningún ejército invasor mexicano, Pride avanzó hacia la ciudad de Chihuahua, el general Pride encontró piquetes mexicanos acercándose con una bandera de tregua. Enviaron un mensaje del gobernador general Ángel Trías de Chihuahua de que se había firmado un alto el fuego. Pride era consciente de que las luchas habían cesado en todos los frentes, pero se negó a creer a los mexicanos.

Reanudando su marcha, Pride ocupó Chihuahua. Descubriendo que el general Trías y su ejército se habían retirado hacia el sur, les persiguió. 100 kms. al este de Chihuahua encontraron una posición fuerte mexicana en la ciudad de Santa Cruz de Rosales. El 9 de marzo pidió la rendición incondicional de la ciudad. Cuando el general Trías rechazó tal propuesta, la sitió y esperó la llegada de refuerzos. Poco pasó hasta que Pride decidió asaltar la ciudad. La Batalla de Rosales, que tuvo lugar el 15 de marzo de 1847 en el estado de Chihuahua, México, representa uno de los episodios cruciales en la larga y sangrienta guerra entre México y Estados Unidos que se libró durante el siglo XIX. Esta batalla, que a menudo queda eclipsada por eventos más conocidos como la Batalla de Chapultepec o la Batalla de Buena Vista, desempeñó un papel fundamental en la historia de México y dejó una marca indeleble en la memoria de sus habitantes.

Contando Price con 1,500 hombres de las tres armas, intimó rendición a la plaza de Rosales, permitió la salida de las familias y a las 8 de la mañana su artillería principió a bombardear el pueblo, que contestó con vigor el ataque hasta las doce del día, en cuya hora aprovechando la confusión que reinaba en la línea americana se introdujo valerosamente en el recinto atrincherado el joven Esteban Coronado.

A las dos de la tarde la infantería intentó tomar por asalto nuestras defensas pero fue rechazada con grandes pérdidas, y a las tres, agotadas las municiones, se rindió la plaza que tan valerosa resistencia opuso durante ocho horas seguidas de combate, resultado, las fuerzas estadounidenses tuvieron 14 muertos y 19 heridos, mientras que los mexicanos perdieron a 23 soldados y a dos oficiales, teniendo un número desconocido de heridos, este suceso rehabilitó el honor de las armas del Estado mancilladas en Sacramento y siendo los disparos que allí se hicieron los últimos en la guerra contra Estados Unidos.