/ sábado 18 de diciembre de 2021

La corrupción

“Muchos pensamientos… un solo equipo”

Por: Carlos González Fernández

“DESDE CUALQUIER ÁNGULO EN EL ENTORNO” avista el concepto corrupción en todas sus acepciones; desde corromper –corromperse– corrompido, hasta focalizar el vocablo “corruptio”. El latín establece que el origen etimológico del término corrupción emana precisamente de este vocablo: “corruptio”, según el prefijo ‘con’, preposición que es sinónimo de ‘junto’, mientras que el verbo “romperé”, es implicado como hacer, cuya acción y efecto es corromper, o sea, depravar, echar a perder, sobornar a alguien, pervertir, dañar, afectar; empero, el concepto, según la Real Academia Española (RAE), es usado para nombrar el vicio o abuso en un escrito o en las cosas inmateriales.

La corrupción, por lo tanto, pudiera calificarse como una depravación moral o de símbolos. Vgr. “Los mexicanos nunca deberemos tolerar la corrupción de nuestras tradiciones de Día de Muertos por los festejos extranjeros como celebrar el día de Halloween, el día de ‘Acción de Gracias’ o el día de ‘La Coneja’, festejos absolutamente ‘gringos’”.

En otro sentido, tal vez más acuñado en nuestra idiosincrasia, denotemos que la corrupción es la práctica que consiste en abusar del poder, de funciones o de medios para obtener un provecho económico o de otra disposición, sobre el entendido de que como corrupción política, atañe el mal uso del poder público, pero también del privado y social.

Significa, entonces que, en todos los casos, la corrupción situacional se da para sacar una ventaja ilegítima; En todo el orbe, “Los casos de corrupción son noticia en los principales rotativos internacionales”, el caso Trump, Putin, Maduro, Ortega… “El ex presidente de México, pudiera ser enjuiciado por corrupción en la compra de una casa blanca”, “Me encargaré de perseguir la corrupción para que no haya ningún escándalo en mi gobierno”. “La corrupción somos todos…”.

En los momentos actuales han quedado al descubierto la producción de numerosos casos insospechados de corrupción política a diestra y siniestra, lo cual viene a demostrar, además de la impunidad con la que han podido actuar distintos dirigentes, la blandidez de las leyes, la flacidez de los controles y la necesidad irrevocable de una reforma efectiva en las administraciones de los tres niveles de gobierno.

Aunque sabemos de la existencia de diversas instituciones y organismos que tienen la preclara función de acometer el seguimiento y control de la corrupción, la desvergüenza de la gran cantidad de fechorías descubiertas, rebasa, con mucho, la capacidad de revisión e investigación de la capacidad instalada con la que cuentan dichas instancias.

Mundialmente destaca Transparencia Internacional (TI), que fue integrada en los años 90 con sede en Alemania (Berlín); es una fundación no gubernamental, encargada de aplicar y desarrollar distintas medidas para frenar la corrupción que ciertamente no se trata de un fenómeno exclusivo de México, porque de 185 países medidos, nuestra nación ocupa el sitio 135 (73 %). Nos ganan cincuenta países.

España (de donde nos proceden ciertos males), al igual que México, es uno de los países que en los últimos años ha visto cómo salían a la luz pública más casos de corrupción por parte de sus dirigentes; ahora nos presumen su plataforma “Ciudadanos contra la corrupción”, que ya da resultados; ¿acaso nuestro país carece de ciudadanos que se sumen para combatir este lastre nefasto? En Chihuahua están, a ver qué son.

De ahí que no sólo se haya producido un cambio en la mente de la ciudadanía, respecto a los políticos o que la nación no haya sufrido una grave crisis económica, sino también que hayan surgido iniciativas, varias significativas, pero el avance es “pírrico” ante el fecundo acontecer de corrupciones, tras corrupciones, tras corrupciones…

Tráfico de influencias, sobornos, extorsiones, fraudes, son solamente algunas de las consentidas prácticas de la corrupción que se ven reflejadas en acciones de entrega de dinero a un funcionario público o de la iniciativa privada o del sector social para ganar una licitación o una negociación como pago a una dádiva o contrato y/o evitar una clausura.

A la corrupción se sujetan otros delitos, ya que los corruptos suelen incurrir en la práctica incorrecta para permitir o solicitar algo ilegal. Un policía resulta corrupto si recibe dinero de un hombre para que le permita robar en una casa sin intromisión policial. En este caso, se juntan dos delitos: el acto de corrupción y el robo. cargofe7@hotmail.com.

“Muchos pensamientos… un solo equipo”

Por: Carlos González Fernández

“DESDE CUALQUIER ÁNGULO EN EL ENTORNO” avista el concepto corrupción en todas sus acepciones; desde corromper –corromperse– corrompido, hasta focalizar el vocablo “corruptio”. El latín establece que el origen etimológico del término corrupción emana precisamente de este vocablo: “corruptio”, según el prefijo ‘con’, preposición que es sinónimo de ‘junto’, mientras que el verbo “romperé”, es implicado como hacer, cuya acción y efecto es corromper, o sea, depravar, echar a perder, sobornar a alguien, pervertir, dañar, afectar; empero, el concepto, según la Real Academia Española (RAE), es usado para nombrar el vicio o abuso en un escrito o en las cosas inmateriales.

La corrupción, por lo tanto, pudiera calificarse como una depravación moral o de símbolos. Vgr. “Los mexicanos nunca deberemos tolerar la corrupción de nuestras tradiciones de Día de Muertos por los festejos extranjeros como celebrar el día de Halloween, el día de ‘Acción de Gracias’ o el día de ‘La Coneja’, festejos absolutamente ‘gringos’”.

En otro sentido, tal vez más acuñado en nuestra idiosincrasia, denotemos que la corrupción es la práctica que consiste en abusar del poder, de funciones o de medios para obtener un provecho económico o de otra disposición, sobre el entendido de que como corrupción política, atañe el mal uso del poder público, pero también del privado y social.

Significa, entonces que, en todos los casos, la corrupción situacional se da para sacar una ventaja ilegítima; En todo el orbe, “Los casos de corrupción son noticia en los principales rotativos internacionales”, el caso Trump, Putin, Maduro, Ortega… “El ex presidente de México, pudiera ser enjuiciado por corrupción en la compra de una casa blanca”, “Me encargaré de perseguir la corrupción para que no haya ningún escándalo en mi gobierno”. “La corrupción somos todos…”.

En los momentos actuales han quedado al descubierto la producción de numerosos casos insospechados de corrupción política a diestra y siniestra, lo cual viene a demostrar, además de la impunidad con la que han podido actuar distintos dirigentes, la blandidez de las leyes, la flacidez de los controles y la necesidad irrevocable de una reforma efectiva en las administraciones de los tres niveles de gobierno.

Aunque sabemos de la existencia de diversas instituciones y organismos que tienen la preclara función de acometer el seguimiento y control de la corrupción, la desvergüenza de la gran cantidad de fechorías descubiertas, rebasa, con mucho, la capacidad de revisión e investigación de la capacidad instalada con la que cuentan dichas instancias.

Mundialmente destaca Transparencia Internacional (TI), que fue integrada en los años 90 con sede en Alemania (Berlín); es una fundación no gubernamental, encargada de aplicar y desarrollar distintas medidas para frenar la corrupción que ciertamente no se trata de un fenómeno exclusivo de México, porque de 185 países medidos, nuestra nación ocupa el sitio 135 (73 %). Nos ganan cincuenta países.

España (de donde nos proceden ciertos males), al igual que México, es uno de los países que en los últimos años ha visto cómo salían a la luz pública más casos de corrupción por parte de sus dirigentes; ahora nos presumen su plataforma “Ciudadanos contra la corrupción”, que ya da resultados; ¿acaso nuestro país carece de ciudadanos que se sumen para combatir este lastre nefasto? En Chihuahua están, a ver qué son.

De ahí que no sólo se haya producido un cambio en la mente de la ciudadanía, respecto a los políticos o que la nación no haya sufrido una grave crisis económica, sino también que hayan surgido iniciativas, varias significativas, pero el avance es “pírrico” ante el fecundo acontecer de corrupciones, tras corrupciones, tras corrupciones…

Tráfico de influencias, sobornos, extorsiones, fraudes, son solamente algunas de las consentidas prácticas de la corrupción que se ven reflejadas en acciones de entrega de dinero a un funcionario público o de la iniciativa privada o del sector social para ganar una licitación o una negociación como pago a una dádiva o contrato y/o evitar una clausura.

A la corrupción se sujetan otros delitos, ya que los corruptos suelen incurrir en la práctica incorrecta para permitir o solicitar algo ilegal. Un policía resulta corrupto si recibe dinero de un hombre para que le permita robar en una casa sin intromisión policial. En este caso, se juntan dos delitos: el acto de corrupción y el robo. cargofe7@hotmail.com.