/ lunes 25 de octubre de 2021

La revocación del mandato presidencial

Por: César Wong Meraz

El avance democrático en nuestro país dará un paso adelante en 2022. El próximo año se elegirá la gubernatura de Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas. Además, de acreditarse los requisitos necesarios, mediante la figura de la revocación de mandato, la ciudadanía podría decidir si AMLO continúa en el cargo de presidente de la República o no. Entonces, 2022 puede ser crucial para México y su estabilidad política, social, económica y democrática.

La figura de la revocación de mandato presidencial sólo está prevista en tres países latinoamericanos: Bolivia, Ecuador y Venezuela. Esta figura –recall– también se adopta en otros continentes, pero varía en los niveles de gobierno en que se aplica, en su mayoría miembros de los parlamentos.

En esencia, la revocación de mandato en México es un procedimiento de democracia directa que permite que la ciudadanía determine si el titular del poder Ejecutivo debe ser destituido antes de que finalice el cargo. La destitución requiere que la iniciativa, en principio, provenga de la ciudadanía, acorde con las reglas implementadas por el Legislativo y la reglamentación del INE.

El procedimiento ya inició, según datos del INE, entre el 1 y 15 de octubre se recibieron 23 mil 906 avisos de intención de personas y organizaciones que buscan promover la revocación. Como ejemplo, en Chihuahua se recibieron 45 avisos, mientras que en Veracruz fueron 7,237.

Para que inicie el procedimiento se requiere que: i) el 3% de las personas inscritas en la lista nominal apoyen el ejercicio de participación, y ii) que ese porcentaje se obtenga, cuando menos, entre 17 estados. El periodo de obtención de apoyo se realizará del 1 de noviembre al 15 de diciembre, a través de una aplicación móvil y en formato impreso en algunos casos de excepción por la falta de sustento tecnológico.

A partir de enero, atendiendo a la revisión de las solicitudes, el INE decidirá si procede o no el instrumento de participación, el cual, en su caso, se llevaría a cabo el 27 de marzo próximo, en un formato similar a las elecciones populares: votación directa en casilla –garantizando el voto en el extranjero– mediante una papeleta en la cual se preguntará: ¿estás de acuerdo en que a AMLO se le revoque el mandato por pérdida de la confianza o siga en la presidencia de la República hasta que termine su periodo?

De llevarse a cabo, para que sea vinculante el resultado, debe existir la participación de, al menos, el 40% de las personas inscritas en la lista nominal. La revocación procederá sólo por mayoría de votos.

La experiencia internacional respecto de este tipo de instrumento democrático ha tenido algunos matices negativos: i) Abona a la polarización social; ii) se difunde excesivamente la figura presidencial; iii) existen intereses que sesgan la participación social y desvirtúan la naturaleza del instrumento; iv) su ejercicio a nivel federal puede aplicarse en lo local, usando el instrumento como un arma política; v) se desestabiliza la gobernanza y la hace ineficaz, y v) el costo económico y social siempre es alto.

En mi opinión, la democracia es un ejercicio natural del ser humano para participar en las decisiones de la colectividad y la polarización que se generará sólo abona a la violencia política. Sin embargo, para garantizar este derecho constitucional, el diseño de las reglas debe ser depurado para equilibrar los principios de participación y gobernabilidad efectiva.

¿Ustedes qué opinan? Recibo sus mensajes en Facebook como cesar.wong.7927


Por: César Wong Meraz

El avance democrático en nuestro país dará un paso adelante en 2022. El próximo año se elegirá la gubernatura de Aguascalientes, Durango, Hidalgo, Oaxaca, Quintana Roo y Tamaulipas. Además, de acreditarse los requisitos necesarios, mediante la figura de la revocación de mandato, la ciudadanía podría decidir si AMLO continúa en el cargo de presidente de la República o no. Entonces, 2022 puede ser crucial para México y su estabilidad política, social, económica y democrática.

La figura de la revocación de mandato presidencial sólo está prevista en tres países latinoamericanos: Bolivia, Ecuador y Venezuela. Esta figura –recall– también se adopta en otros continentes, pero varía en los niveles de gobierno en que se aplica, en su mayoría miembros de los parlamentos.

En esencia, la revocación de mandato en México es un procedimiento de democracia directa que permite que la ciudadanía determine si el titular del poder Ejecutivo debe ser destituido antes de que finalice el cargo. La destitución requiere que la iniciativa, en principio, provenga de la ciudadanía, acorde con las reglas implementadas por el Legislativo y la reglamentación del INE.

El procedimiento ya inició, según datos del INE, entre el 1 y 15 de octubre se recibieron 23 mil 906 avisos de intención de personas y organizaciones que buscan promover la revocación. Como ejemplo, en Chihuahua se recibieron 45 avisos, mientras que en Veracruz fueron 7,237.

Para que inicie el procedimiento se requiere que: i) el 3% de las personas inscritas en la lista nominal apoyen el ejercicio de participación, y ii) que ese porcentaje se obtenga, cuando menos, entre 17 estados. El periodo de obtención de apoyo se realizará del 1 de noviembre al 15 de diciembre, a través de una aplicación móvil y en formato impreso en algunos casos de excepción por la falta de sustento tecnológico.

A partir de enero, atendiendo a la revisión de las solicitudes, el INE decidirá si procede o no el instrumento de participación, el cual, en su caso, se llevaría a cabo el 27 de marzo próximo, en un formato similar a las elecciones populares: votación directa en casilla –garantizando el voto en el extranjero– mediante una papeleta en la cual se preguntará: ¿estás de acuerdo en que a AMLO se le revoque el mandato por pérdida de la confianza o siga en la presidencia de la República hasta que termine su periodo?

De llevarse a cabo, para que sea vinculante el resultado, debe existir la participación de, al menos, el 40% de las personas inscritas en la lista nominal. La revocación procederá sólo por mayoría de votos.

La experiencia internacional respecto de este tipo de instrumento democrático ha tenido algunos matices negativos: i) Abona a la polarización social; ii) se difunde excesivamente la figura presidencial; iii) existen intereses que sesgan la participación social y desvirtúan la naturaleza del instrumento; iv) su ejercicio a nivel federal puede aplicarse en lo local, usando el instrumento como un arma política; v) se desestabiliza la gobernanza y la hace ineficaz, y v) el costo económico y social siempre es alto.

En mi opinión, la democracia es un ejercicio natural del ser humano para participar en las decisiones de la colectividad y la polarización que se generará sólo abona a la violencia política. Sin embargo, para garantizar este derecho constitucional, el diseño de las reglas debe ser depurado para equilibrar los principios de participación y gobernabilidad efectiva.

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