/ martes 20 de febrero de 2018

Las otras caras de la corrupción

Dado el “avance” ciudadano en cuanto a denunciar y señalar los actos de corrupción por parte de personas del Poder Ejecutivo, Legislativo o Judicial, y también, por qué no nombrarlo, algunos gobiernos que, junto con los ciudadanos han señalado y denunciado a decenas ya de políticos, funcionarios y ex funcionarios de los diferentes niveles de gobierno. Muchos de ellos ya cumpliendo condena, otros tantos prófugos de la justicia, y muchísimos más “disfrutando” los beneficios de actos de corrupción, así como otros muchos aún en el poder y practicando día a día el concepto de la corrupción.

Pero existen no sólo las prácticas comunes de la corrupción, como el fraude, desvío de fondos, robos, tráfico de influencias, etc. Hay otras formas de corrupción que pasan, comúnmente desapercibidas, y que son ejercidas maquiavélicamente para conseguir resultados personales o de grupo, no necesariamente económicos, también puede ser en poder y controlar de personas o instituciones. El caso de los presupuestos federales es un ejemplo de utilizar el poder para “controlar” partidos políticos, grupos, regiones, etc.

O el caso de utilizar a los diputados o senadores para cambiar, proponer o aplicar leyes que estén alineadas a los propósitos de una persona o un grupo político. Así, después de “manipular” a los diputados y cambiar normativas, entonces viene el ejercicio de nombramiento o designación de personas, de acuerdo con los intereses de cierta persona o grupos. Esto también es corrupción. Algunos le llaman corrupción inteligente, corrupción política, otra corrupción legal. Finalmente, es corrupción.

Corrupción, emana del vocablo “corruptio”, que se encuentra conformado por los elementos: el prefijo “con-”, que es sinónimo de “junto”; el verbo “rumpere”, que puede traducirse como “hacer pedazos”; y finalmente el sufijo “-tio”, que es equivalente a “acción y efecto”. Corrupción es la acción y efecto de corromper (depravar, echar a perder, sobornar a alguien, pervertir, dañar). El concepto se utiliza para nombrar al vicio o abuso en un escrito o en las cosas no materiales.

La corrupción, por lo tanto, puede tratarse de una depravación moral o simbólica.

En otro sentido, la corrupción es la práctica que consiste en hacer abuso de poder, de funciones o de medios para sacar un provecho económico o de otra índole. Se entiende como corrupción política al mal uso del poder público para obtener una ventaja ilegítima: Nuestro país es uno que, en los últimos años, ha visto cómo salían a la luz más casos de corrupción por parte de sus dirigentes. De ahí que no sólo se haya producido un cambio en la mente de la ciudadanía respecto a los políticos, o que la nación haya sufrido una grave crisis política y económica sino también que hayan surgido iniciativas ciudadanas. El tráfico de influencias, el soborno, la extorsión y el fraude son algunas de las prácticas comunes de corrupción, que se ven reflejadas en acciones como entregar dinero a un funcionario público para ganar una licitación o pagar una dádiva para evitar una clausura, etc.

El gobierno puede practicar la corrupción cuando condiciona apoyos o presupuestos, pero tambien el gobierno practica corrupción cuando manipula a los poderes Legislativo o Judicial para designar a un grupo de personas en consejos ciudadanos, o designar a un funcionario de una institución educativa, o designar un consejo, dizque ciudadano, de educación o economía. O más aún, designar a un consejo anticorrupción. Parece de risa que, para designar a un consejo ciudadano se recurra a cambiar normativas y se utilicen métodos de manipulación. En fin, el poder y el dinero hacen que lo que pudiera estar legal y ciudadanizar, se corrompa por la ambición y deseo de un gobernante, o por búsqueda de intereses personales o políticos. Esto es otra cara de la corrupción, ¿de mayor impacto o no?, eso, la historia lo dirá.

Email: antonio.rios@itesm.mx

 

Dado el “avance” ciudadano en cuanto a denunciar y señalar los actos de corrupción por parte de personas del Poder Ejecutivo, Legislativo o Judicial, y también, por qué no nombrarlo, algunos gobiernos que, junto con los ciudadanos han señalado y denunciado a decenas ya de políticos, funcionarios y ex funcionarios de los diferentes niveles de gobierno. Muchos de ellos ya cumpliendo condena, otros tantos prófugos de la justicia, y muchísimos más “disfrutando” los beneficios de actos de corrupción, así como otros muchos aún en el poder y practicando día a día el concepto de la corrupción.

Pero existen no sólo las prácticas comunes de la corrupción, como el fraude, desvío de fondos, robos, tráfico de influencias, etc. Hay otras formas de corrupción que pasan, comúnmente desapercibidas, y que son ejercidas maquiavélicamente para conseguir resultados personales o de grupo, no necesariamente económicos, también puede ser en poder y controlar de personas o instituciones. El caso de los presupuestos federales es un ejemplo de utilizar el poder para “controlar” partidos políticos, grupos, regiones, etc.

O el caso de utilizar a los diputados o senadores para cambiar, proponer o aplicar leyes que estén alineadas a los propósitos de una persona o un grupo político. Así, después de “manipular” a los diputados y cambiar normativas, entonces viene el ejercicio de nombramiento o designación de personas, de acuerdo con los intereses de cierta persona o grupos. Esto también es corrupción. Algunos le llaman corrupción inteligente, corrupción política, otra corrupción legal. Finalmente, es corrupción.

Corrupción, emana del vocablo “corruptio”, que se encuentra conformado por los elementos: el prefijo “con-”, que es sinónimo de “junto”; el verbo “rumpere”, que puede traducirse como “hacer pedazos”; y finalmente el sufijo “-tio”, que es equivalente a “acción y efecto”. Corrupción es la acción y efecto de corromper (depravar, echar a perder, sobornar a alguien, pervertir, dañar). El concepto se utiliza para nombrar al vicio o abuso en un escrito o en las cosas no materiales.

La corrupción, por lo tanto, puede tratarse de una depravación moral o simbólica.

En otro sentido, la corrupción es la práctica que consiste en hacer abuso de poder, de funciones o de medios para sacar un provecho económico o de otra índole. Se entiende como corrupción política al mal uso del poder público para obtener una ventaja ilegítima: Nuestro país es uno que, en los últimos años, ha visto cómo salían a la luz más casos de corrupción por parte de sus dirigentes. De ahí que no sólo se haya producido un cambio en la mente de la ciudadanía respecto a los políticos, o que la nación haya sufrido una grave crisis política y económica sino también que hayan surgido iniciativas ciudadanas. El tráfico de influencias, el soborno, la extorsión y el fraude son algunas de las prácticas comunes de corrupción, que se ven reflejadas en acciones como entregar dinero a un funcionario público para ganar una licitación o pagar una dádiva para evitar una clausura, etc.

El gobierno puede practicar la corrupción cuando condiciona apoyos o presupuestos, pero tambien el gobierno practica corrupción cuando manipula a los poderes Legislativo o Judicial para designar a un grupo de personas en consejos ciudadanos, o designar a un funcionario de una institución educativa, o designar un consejo, dizque ciudadano, de educación o economía. O más aún, designar a un consejo anticorrupción. Parece de risa que, para designar a un consejo ciudadano se recurra a cambiar normativas y se utilicen métodos de manipulación. En fin, el poder y el dinero hacen que lo que pudiera estar legal y ciudadanizar, se corrompa por la ambición y deseo de un gobernante, o por búsqueda de intereses personales o políticos. Esto es otra cara de la corrupción, ¿de mayor impacto o no?, eso, la historia lo dirá.

Email: antonio.rios@itesm.mx