/ viernes 23 de febrero de 2024

Sin los transportistas la economía mexicana colapsaría en tres días

En los tiempos actuales sería impensable concebir una sociedad sin medios de transporte público y de carga, pues cada vez es más recurrente su incursión en la vida de los ciudadanos, principalmente cuando México se mueve sobre ruedas en las carreteras nacionales, en donde prácticamente el 90% de la economía depende del transporte de carga en el consumo interno, y otro 85% en lo relacionado al comercio exterior.

La globalización se convirtió desde hace años en el nuevo desafío de desarrollo de cualquier nación, pues de ello depende su integración a los sectores globales.

Lo que pone a México como un importante centro de transporte de carga en América del Norte debido a su ubicación geográfica estratégica y a su infraestructura de transporte bien desarrollada.

Desde hace muchos años el país cuenta con una extensa red de carreteras, ferrocarriles, puertos y aeropuertos que conectan con los principales mercados del mundo, a lo que es importante que se siga fortaleciendo el desarrollo de las regiones a través de esta práctica pues las materias primas y productos elaborados deben ser llevados de los centros de producción a los usuarios finales.

Los corredores intermodales México -Nuevo Laredo, México -Ciudad Juárez, Monterrey -Tijuana y Guadalajara -Nogales son las arterias que permiten el desarrollo de la nación, sin embargo, esta columna vertebral está dañada, la inseguridad, los robos y los ataques con violencia a los transportistas han afectado el desarrollo económico del país; aún más lamentable la integridad y seguridad de miles de familias.

Tan solo en 2023 hubo más de 9 mil eventos contra transportistas y choferes muchos de ellos con uso de violencia, por lo cual esta situación se ha convertido en un cuello de botella para el crecimiento de la economía.

Es urgente que la guardia nacional garantice la seguridad en la red carretera del país. Y con ello se dé certidumbre a los miles de choferes y transportistas que están haciendo su trabajo y que con ello garantizan qué alimentos, combustible y medicinas, entre otros productos lleguen a nuestras ciudades.

Sin pensarlo dos veces, nos convierte en una pieza clave en la cadena de suministro global, nacional y estatal; más ahora cuando la industria manufacturera en México ha crecido rápidamente en las últimas décadas, lo que ha aumentado la demanda de transporte de carga para la importación y exportación de productos.

Sin el transporte de carga el país colapsaría en 3 días, un escenario que no se puede permitir, pues esto desarticula y trunca el desarrollo de México, por tratarse de una actividad estratégica y que requiere de vigilancia y apoyo además del resguardo del gobierno, pues no podemos olvidar que, en la crisis de salud por la pandemia en 2020, los transportistas mantuvieron a flote a millones de familias mexicanas, por ser el único sector sin parar en su totalidad.

Por tanto, en un mundo donde la incertidumbre es inevitable; la resiliencia se convierte en una ventaja competitiva, y clave para las empresas que buscan sobrevivir y prosperar; pero no pueden hacerlo solas, pues hoy más que nunca nuestras carreteras deben prevalecer en buenas condiciones de seguridad e infraestructura, para la armonía de un sector medular para el bien de la economía de todo el país.


En los tiempos actuales sería impensable concebir una sociedad sin medios de transporte público y de carga, pues cada vez es más recurrente su incursión en la vida de los ciudadanos, principalmente cuando México se mueve sobre ruedas en las carreteras nacionales, en donde prácticamente el 90% de la economía depende del transporte de carga en el consumo interno, y otro 85% en lo relacionado al comercio exterior.

La globalización se convirtió desde hace años en el nuevo desafío de desarrollo de cualquier nación, pues de ello depende su integración a los sectores globales.

Lo que pone a México como un importante centro de transporte de carga en América del Norte debido a su ubicación geográfica estratégica y a su infraestructura de transporte bien desarrollada.

Desde hace muchos años el país cuenta con una extensa red de carreteras, ferrocarriles, puertos y aeropuertos que conectan con los principales mercados del mundo, a lo que es importante que se siga fortaleciendo el desarrollo de las regiones a través de esta práctica pues las materias primas y productos elaborados deben ser llevados de los centros de producción a los usuarios finales.

Los corredores intermodales México -Nuevo Laredo, México -Ciudad Juárez, Monterrey -Tijuana y Guadalajara -Nogales son las arterias que permiten el desarrollo de la nación, sin embargo, esta columna vertebral está dañada, la inseguridad, los robos y los ataques con violencia a los transportistas han afectado el desarrollo económico del país; aún más lamentable la integridad y seguridad de miles de familias.

Tan solo en 2023 hubo más de 9 mil eventos contra transportistas y choferes muchos de ellos con uso de violencia, por lo cual esta situación se ha convertido en un cuello de botella para el crecimiento de la economía.

Es urgente que la guardia nacional garantice la seguridad en la red carretera del país. Y con ello se dé certidumbre a los miles de choferes y transportistas que están haciendo su trabajo y que con ello garantizan qué alimentos, combustible y medicinas, entre otros productos lleguen a nuestras ciudades.

Sin pensarlo dos veces, nos convierte en una pieza clave en la cadena de suministro global, nacional y estatal; más ahora cuando la industria manufacturera en México ha crecido rápidamente en las últimas décadas, lo que ha aumentado la demanda de transporte de carga para la importación y exportación de productos.

Sin el transporte de carga el país colapsaría en 3 días, un escenario que no se puede permitir, pues esto desarticula y trunca el desarrollo de México, por tratarse de una actividad estratégica y que requiere de vigilancia y apoyo además del resguardo del gobierno, pues no podemos olvidar que, en la crisis de salud por la pandemia en 2020, los transportistas mantuvieron a flote a millones de familias mexicanas, por ser el único sector sin parar en su totalidad.

Por tanto, en un mundo donde la incertidumbre es inevitable; la resiliencia se convierte en una ventaja competitiva, y clave para las empresas que buscan sobrevivir y prosperar; pero no pueden hacerlo solas, pues hoy más que nunca nuestras carreteras deben prevalecer en buenas condiciones de seguridad e infraestructura, para la armonía de un sector medular para el bien de la economía de todo el país.