/ miércoles 28 de febrero de 2024

Suecia, la falsa historia de un estado socialista

Hay una tendencia a calificar a los países nórdicos, Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia, como socialistas. De hecho, los políticos o partidos de la izquierda tienden a sostener que estos países son socialistas y que son ejemplos modernos de lo bien que puede funcionar el socialismo.

Pero los países nórdicos no son socialistas, son líderes en libertad económica, libertad política, libertades individuales, derechos de propiedad, calidad institucional, transparencia e incluso estado de derecho. Todo lo que el socialismo erosiona constantemente. Suecia, por ejemplo, es uno de los ejemplos preferidos por los socialistas. Según la gente de izquierda, es el ejemplo visible de que el estado socialista de bienestar funciona, pero la realidad es completamente diferente.

Los suecos empezaron en el Siglo XIX a tener sus propios negocios, sus propias empresas, crearon riqueza y forjaron las bases de su mercado, libre de regulaciones y de obstáculos gubernamentales. Tras el inicio de la revolución industrial la competencia hizo que las industrias suecas fueran mucho más eficientes y en 1950 la economía de Suecia se había cuadruplicado. La mortalidad infantil, además, se había reducido en un 85% y la esperanza de vida había aumentado en 25 años.

El enriquecimiento y el desarrollo de Suecia desde 1870 hasta mediados del siglo XX se debió a una inclinación hacia la apertura económica y a una sólida ética del trabajo combinada con altos niveles de confianza en las instituciones y respeto por los contratos voluntarios entre las personas.

A partir de 1970, Suecia abandonó las políticas de libre mercado y comenzó su declive y su respectivo empobrecimiento como resultado de las medidas que aumentaron el tamaño del Estado. El gasto público aumentó entre 1960 y 1980 del 31% al 60% del producto interno bruto al igual que la presión fiscal que entre 1960 y 1989 pasó del 28% al 56% del producto interno bruto. Las principales empresas como IKEA y Tetrapack emigraron a otros países. El desempleo aumentó, la economía se redujo y el gobierno creció.

Afortunadamente, los suecos en 1990 se dieron cuenta de los males que acarreaba el sistema intervencionista y volvió a la libertad económica, abandonó las ideas de un gasto social grande del Estado y altos impuestos.

A partir de entonces, Suecia optó por el camino contrario, reducir el tamaño del Estado. El país comenzó a desmantelar el excesivo estatismo, se recortó el gasto público, se redujo el déficit, se privatizaron los servicios públicos y se puso fin gradualmente a los planes redistributivos, se promovió el papel empresarial, privado y productivo en la economía para generar mayores niveles de empleo.

Actualmente México tiene el número 68 en libertad económica contra el 17 de Suecia, tenemos una deuda que ha crecido al 54% del PIB contra una del 32% de Suecia y un PIB per cápita de 54,000 euros en Suecia contra 11,000 en México.

Hoy Suecia nos demuestra que el camino de la libertad económica es un camino que merece ser recorrido y el socialismo una puerta falsa al despeñadero.

Nota: La mayoría de este contenido fue obtenido de un video y un libro sobre el tema.


Hay una tendencia a calificar a los países nórdicos, Dinamarca, Finlandia, Islandia, Noruega y Suecia, como socialistas. De hecho, los políticos o partidos de la izquierda tienden a sostener que estos países son socialistas y que son ejemplos modernos de lo bien que puede funcionar el socialismo.

Pero los países nórdicos no son socialistas, son líderes en libertad económica, libertad política, libertades individuales, derechos de propiedad, calidad institucional, transparencia e incluso estado de derecho. Todo lo que el socialismo erosiona constantemente. Suecia, por ejemplo, es uno de los ejemplos preferidos por los socialistas. Según la gente de izquierda, es el ejemplo visible de que el estado socialista de bienestar funciona, pero la realidad es completamente diferente.

Los suecos empezaron en el Siglo XIX a tener sus propios negocios, sus propias empresas, crearon riqueza y forjaron las bases de su mercado, libre de regulaciones y de obstáculos gubernamentales. Tras el inicio de la revolución industrial la competencia hizo que las industrias suecas fueran mucho más eficientes y en 1950 la economía de Suecia se había cuadruplicado. La mortalidad infantil, además, se había reducido en un 85% y la esperanza de vida había aumentado en 25 años.

El enriquecimiento y el desarrollo de Suecia desde 1870 hasta mediados del siglo XX se debió a una inclinación hacia la apertura económica y a una sólida ética del trabajo combinada con altos niveles de confianza en las instituciones y respeto por los contratos voluntarios entre las personas.

A partir de 1970, Suecia abandonó las políticas de libre mercado y comenzó su declive y su respectivo empobrecimiento como resultado de las medidas que aumentaron el tamaño del Estado. El gasto público aumentó entre 1960 y 1980 del 31% al 60% del producto interno bruto al igual que la presión fiscal que entre 1960 y 1989 pasó del 28% al 56% del producto interno bruto. Las principales empresas como IKEA y Tetrapack emigraron a otros países. El desempleo aumentó, la economía se redujo y el gobierno creció.

Afortunadamente, los suecos en 1990 se dieron cuenta de los males que acarreaba el sistema intervencionista y volvió a la libertad económica, abandonó las ideas de un gasto social grande del Estado y altos impuestos.

A partir de entonces, Suecia optó por el camino contrario, reducir el tamaño del Estado. El país comenzó a desmantelar el excesivo estatismo, se recortó el gasto público, se redujo el déficit, se privatizaron los servicios públicos y se puso fin gradualmente a los planes redistributivos, se promovió el papel empresarial, privado y productivo en la economía para generar mayores niveles de empleo.

Actualmente México tiene el número 68 en libertad económica contra el 17 de Suecia, tenemos una deuda que ha crecido al 54% del PIB contra una del 32% de Suecia y un PIB per cápita de 54,000 euros en Suecia contra 11,000 en México.

Hoy Suecia nos demuestra que el camino de la libertad económica es un camino que merece ser recorrido y el socialismo una puerta falsa al despeñadero.

Nota: La mayoría de este contenido fue obtenido de un video y un libro sobre el tema.