/ domingo 3 de diciembre de 2023

UACh: Nacimiento, Evolución y Acontecimientos que Hicieron Historia 

Crónicas Urbanas de Chihuahua

violioscar@gmail.com


Sin duda, diciembre es un mes que se antoja para empezar hablar de la vida de la Universidad Autónoma de Chihuahua, pues muchos de los que, tal vez están leyendo estas líneas, estuvieron en alguna de sus escuelas, facultades y hoy en día, son profesionistas y profesionales en múltiples actividades en el sector productivo, gracias a los distintos programas de estudio, impartidos por una infinidad de maestras y maestros que, dejaron sus vidas al servicio de esta noble Institución; no cabe duda que, además de los acontecimientos de gloria, también ha habido de derrota, sin embargo, en esta segunda década del siglo XXI, sigue enfrentando nuevos retos, producto de la globalización mundial, las crisis generadas por la pasada pandemia y las económicas; la violencia experimentada, en la última década en nuestro país, sin embargo, esto nos mueve a nuevas oportunidades que son muchas, y tanto alumnos, maestros, administrativos y autoridades, seguirán dando lo mejor para colocarla entre las mejores del México.

Construcción del nuevo edificio del Instituto Científico y Literario en la segunda década del siglo XX, hoy en día la Rectoría de la Universidad Autónoma de Chihuahua (Foto APCUCh).

Durante décadas, los medios de comunicación nos han informado a través de sus notas, la evolución de nuestra universidad; además, de un sin número de escritores que nos compartido una basta información de la vivencia universitaria a lo largo del tiempo, desde su antecedente como Instituto Científico y Literario, después, como Universidad de Chihuahua y finalmente, Universidad Autónoma de Chihuahua, donde sin duda, se refleja la pasión de mucha gente con talento, visión que, buscaron caminos y alternativas para consolidar esta gran Institución, de eso, los cimientos que se fueron construyendo y reforzando en este suelo “seco y arenoso”, es evidencia de ese deseo de crecer y estar en la cima, por ello, después de una serie de estudios y propuestas para consolidar el gran proyecto de transición y proyección que le daría vida el 8 de diciembre de 1954, fecha gloriosa, donde los corazones empezaron a latir de emoción y las lágrimas regaron ese suelo árido para convertirlo en un vergel de sabiduría al saber que, todo gran esfuerzo depositado llegaba a consolidarse.

La necesidad existente en aquellos tiempos de crear una institución de nivel superior, era grande por parte de la juventud que, quería cursar alguna carrera, sin embargo, pocos tenían esa oportunidad de hacerla, debido a la imposibilidad económica de la mayoría que frenaban las ilusiones de llegar a ser un profesionista, ya que únicamente los lugares donde existían estaban sólo en la Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara y el extranjero; así mismo, considerando que en 1950, el estado de Chihuahua tenía una población de casi 900 mil habitantes y dentro de esta, las zonas urbanas más grandes como, Ciudad Juárez, Chihuahua, Parral, Delicias y Cuauhtémoc, aglomeraban 46.3% y en el sector rural, 53.7%, señalando que, en ese año, sólo contaba el Estado con 65 municipios y no 67 como en la actualidad. Este panorama representaba la necesidad de tener una universidad.

Para 1954, se avizoraba un nuevo amanecer para Chihuahua y el Estado, también se sabía que, se tenía que hacer un esfuerzo monumental para irla construyendo, edificando, colocando ladrillo, tras ladrillo para llegar hasta las alturas. Sin embargo, después de ese gran salto del 8 de diciembre de 1954, se firmaría con bombo y platillo y al calor de las buenas intenciones y discursos, el decreto que daría vida a la Universidad de Chihuahua durante la administración estatal del licenciado Oscar Soto Máynez, noticia de primera plana desde esta firma, así mismo, días posteriores y dando cobertura al acto, se fueron plasmando para la posteridad, cientos de positivas opiniones de los diversos sectores de la sociedad; a partir de aquí, muchas notas periodísticas fueron acompañadas por fotografías en blanco y negro hasta 1969, cuando aparecen a color las primeras impresiones de nuestra Universidad, mostrando panorámicas de la naciente Ciudad Universitaria, hoy Campus 1. Sin embargo, el gobernador Oscar Soto Máynez, informaría el inicio de clases en las escuelas de Medicina, Leyes e Ingeniería y la elección del primer rector que, recaería en el doctor Ignacio González Estavillo, anunciándose, además, la elección de los directores de estas tres primeras escuelas, cargos que ocuparían: el doctor Julio Ornelas, el licenciado Felipe Lugo y el ingeniero Federico Pérez, respectivamente. De esta esta manera, los corazones palpitaban ante el invierno de enero de 1955, donde las inclemencias del tiempo, no era obstáculo para que se diera un verdadero calor humano, independientemente de que grupúsculos no estaban de acuerdo con la apertura oficial de este santuario del saber.

Empieza entonces en 1955 el peregrinar de muchos aspirantes que deseaban llegar a tener un lugar en la Universidad de Chihuahua, cuando se abrieron las convocatorias de inscripción y la bienvenida del primer mobiliario que le darían, buen comienzo, ante la falta de instalaciones propias, las cuales, se tenían que adaptar con otros edificios ya existentes con que, se contaba. Ese mobiliario, iría destinado a la naciente escuela de Medicina que inicialmente estaría ubicado en el barrio de la Obrera a espalda del Hospital Central entre las calles 35ª y Degollado. La tarea iba ser difícil, así lo comentarían en distintos foros, tanto el gobernador Oscar Soto Máynez, como el primer rector el doctor Ignacio González Estavillo, debido a la falta de recursos para llevar a cabo el proceso de construcción de nuevos edificios para las respectivas carreras, sin embargo, para ese entonces, nuestra Universidad sólo contaba con un presupuesto de más de un millón de pesos.

Con el inicio de clases el lunes 24 de enero de 1955, "Chihuahua inició una etapa histórica con la universidad”, comenzando con 38 estudiantes en aulas temporales, habilitadas en el Palacio de Justicia y el Hospital Central; 13 estudiantes de Medicina, 10 de Derecho y 15 de Ingeniería; además, se anunciaría que se avanzaría en la construcción de la escuela de Medicina atrás del Hospital Central como se comentaría anteriormente, la que, estaría equipada con todo lo necesario, incluida una zona para los camiones que transportarían cadáveres y para su congelación, que tenía el propósito de hacer una mejor preparación y facilitar la enseñanza- aprendizaje. Así mismo, para mayo de ese mismo año, el Congreso del estado haría un decreto para que, los cuerpos humanos no identificados, ni reclamados, fueran para el plantel. Por ello, en el primer año de existencia de la Universidad de Chihuahua, ya se avizora la necesidad de más espacios, debido a que en cada ciclo escolar, se empezaba a incrementar la población estudiantil y en marzo de ese año, se daría a conocer la construcción de la Ciudad Universitaria, en una parte de la Ciudad Deportiva, con recursos estatales y federales por más de tres millones de pesos para infraestructura, donde se impartirían las carreras de Leyes, Medicina, Ingeniería, Químicas, Arquitectura, Normal y Bachillerato.

La falta de recursos también era un problema para los estudiantes, por ello, el gobernador Oscar Soto Máynez, anunciaría el otorgamiento de becas para jóvenes en situación difícil económicamente; a esta acción, se fue integrando fundaciones nacionales e internacionales como la del señor Rockefeller y la UNESCO, con el fin de apoyar también la incipiente labor de investigación, se sumaron, también empresas transnacionales como Sears, que beneficiarían cada año con becas de hasta $5 mil pesos a los dos mejores estudiantes de la universidad. Sin embargo, los años 50, siendo los inicios de la Universidad, fueron la base sobre que levantaron a esta gran institución y para tener identidad, se llevó una convocatoria para crear el lema y escudo de la misma; así, los ganadores de dicha convocatoria, fueron: el maestro Aarón Piña Mora con el escudo y la maestra Imelda Flores, con el lema: “Luchar para lograr, lograr para dar”, material de primera plana publicada en el Heraldo de Chihuahua en 1957. Para mayo de ese mismo año, iniciaría transmisiones “Radio Universidad”, cuyas emisiones serían suspendidas durante la gestión del rector José R, Millar Hermosillo, hasta que iniciaría una nueva etapa con el rector Carlos Ochoa a finales de 1989. En enero de 1958, el gobernador Teófilo Borunda, clausuraría el Instituto Científico y Literario, antecedente de la Universidad, inaugurando el edificio de la preparatoria en el nuevo campus, mientras avanza la construcción de la famosa cafetería ubicada a un costado de lo que llegaría a ser la escuela de Bellas Artes, hoy la Facultad de Artes.

Dr. Ignacio González Estavillo, primer rector de la Universidad de Chihuahua.

Por último, en febrero de 1958, se anunciaría el subsidio federal a la Universidad de Chihuahua por dos millones de pesos. Radio Universidad integraría a su programación clases de inglés, no sólo para universitarios sino para quienes sintonizaran la estación cultural, y en octubre, apoyaría a la población en general, difundiendo vacantes para quienes buscaban empleo, asumiendo así, su compromiso social. El equipamiento de las aulas y laboratorios, se iban logrando con recursos no sólo gubernamentales, sino privados, y en agosto de ese mismo año, se adquiriría la primera mesa de autopsias y equipo para conservación de cadáveres de manufactura alemana por cerca de 130 mil pesos para la Escuela de Medicina…Esta crónica continuará.


UACh: Nacimiento, Evolución y Acontecimientos que Hicieron Historia, forma parte de los Archivos Perdidos de las Crónicas Urbanas de Chihuahua. Si usted desea adquirir los libros sobre Crónicas Urbanas de Chihuahua, del tomo I al XIII, en Librería Kosmos (Josué Neri Santos No. 111) o mande un Whatsapp al cel. 614 148 85 03.


Crónicas Urbanas de Chihuahua

violioscar@gmail.com


Sin duda, diciembre es un mes que se antoja para empezar hablar de la vida de la Universidad Autónoma de Chihuahua, pues muchos de los que, tal vez están leyendo estas líneas, estuvieron en alguna de sus escuelas, facultades y hoy en día, son profesionistas y profesionales en múltiples actividades en el sector productivo, gracias a los distintos programas de estudio, impartidos por una infinidad de maestras y maestros que, dejaron sus vidas al servicio de esta noble Institución; no cabe duda que, además de los acontecimientos de gloria, también ha habido de derrota, sin embargo, en esta segunda década del siglo XXI, sigue enfrentando nuevos retos, producto de la globalización mundial, las crisis generadas por la pasada pandemia y las económicas; la violencia experimentada, en la última década en nuestro país, sin embargo, esto nos mueve a nuevas oportunidades que son muchas, y tanto alumnos, maestros, administrativos y autoridades, seguirán dando lo mejor para colocarla entre las mejores del México.

Construcción del nuevo edificio del Instituto Científico y Literario en la segunda década del siglo XX, hoy en día la Rectoría de la Universidad Autónoma de Chihuahua (Foto APCUCh).

Durante décadas, los medios de comunicación nos han informado a través de sus notas, la evolución de nuestra universidad; además, de un sin número de escritores que nos compartido una basta información de la vivencia universitaria a lo largo del tiempo, desde su antecedente como Instituto Científico y Literario, después, como Universidad de Chihuahua y finalmente, Universidad Autónoma de Chihuahua, donde sin duda, se refleja la pasión de mucha gente con talento, visión que, buscaron caminos y alternativas para consolidar esta gran Institución, de eso, los cimientos que se fueron construyendo y reforzando en este suelo “seco y arenoso”, es evidencia de ese deseo de crecer y estar en la cima, por ello, después de una serie de estudios y propuestas para consolidar el gran proyecto de transición y proyección que le daría vida el 8 de diciembre de 1954, fecha gloriosa, donde los corazones empezaron a latir de emoción y las lágrimas regaron ese suelo árido para convertirlo en un vergel de sabiduría al saber que, todo gran esfuerzo depositado llegaba a consolidarse.

La necesidad existente en aquellos tiempos de crear una institución de nivel superior, era grande por parte de la juventud que, quería cursar alguna carrera, sin embargo, pocos tenían esa oportunidad de hacerla, debido a la imposibilidad económica de la mayoría que frenaban las ilusiones de llegar a ser un profesionista, ya que únicamente los lugares donde existían estaban sólo en la Ciudad de México, Monterrey y Guadalajara y el extranjero; así mismo, considerando que en 1950, el estado de Chihuahua tenía una población de casi 900 mil habitantes y dentro de esta, las zonas urbanas más grandes como, Ciudad Juárez, Chihuahua, Parral, Delicias y Cuauhtémoc, aglomeraban 46.3% y en el sector rural, 53.7%, señalando que, en ese año, sólo contaba el Estado con 65 municipios y no 67 como en la actualidad. Este panorama representaba la necesidad de tener una universidad.

Para 1954, se avizoraba un nuevo amanecer para Chihuahua y el Estado, también se sabía que, se tenía que hacer un esfuerzo monumental para irla construyendo, edificando, colocando ladrillo, tras ladrillo para llegar hasta las alturas. Sin embargo, después de ese gran salto del 8 de diciembre de 1954, se firmaría con bombo y platillo y al calor de las buenas intenciones y discursos, el decreto que daría vida a la Universidad de Chihuahua durante la administración estatal del licenciado Oscar Soto Máynez, noticia de primera plana desde esta firma, así mismo, días posteriores y dando cobertura al acto, se fueron plasmando para la posteridad, cientos de positivas opiniones de los diversos sectores de la sociedad; a partir de aquí, muchas notas periodísticas fueron acompañadas por fotografías en blanco y negro hasta 1969, cuando aparecen a color las primeras impresiones de nuestra Universidad, mostrando panorámicas de la naciente Ciudad Universitaria, hoy Campus 1. Sin embargo, el gobernador Oscar Soto Máynez, informaría el inicio de clases en las escuelas de Medicina, Leyes e Ingeniería y la elección del primer rector que, recaería en el doctor Ignacio González Estavillo, anunciándose, además, la elección de los directores de estas tres primeras escuelas, cargos que ocuparían: el doctor Julio Ornelas, el licenciado Felipe Lugo y el ingeniero Federico Pérez, respectivamente. De esta esta manera, los corazones palpitaban ante el invierno de enero de 1955, donde las inclemencias del tiempo, no era obstáculo para que se diera un verdadero calor humano, independientemente de que grupúsculos no estaban de acuerdo con la apertura oficial de este santuario del saber.

Empieza entonces en 1955 el peregrinar de muchos aspirantes que deseaban llegar a tener un lugar en la Universidad de Chihuahua, cuando se abrieron las convocatorias de inscripción y la bienvenida del primer mobiliario que le darían, buen comienzo, ante la falta de instalaciones propias, las cuales, se tenían que adaptar con otros edificios ya existentes con que, se contaba. Ese mobiliario, iría destinado a la naciente escuela de Medicina que inicialmente estaría ubicado en el barrio de la Obrera a espalda del Hospital Central entre las calles 35ª y Degollado. La tarea iba ser difícil, así lo comentarían en distintos foros, tanto el gobernador Oscar Soto Máynez, como el primer rector el doctor Ignacio González Estavillo, debido a la falta de recursos para llevar a cabo el proceso de construcción de nuevos edificios para las respectivas carreras, sin embargo, para ese entonces, nuestra Universidad sólo contaba con un presupuesto de más de un millón de pesos.

Con el inicio de clases el lunes 24 de enero de 1955, "Chihuahua inició una etapa histórica con la universidad”, comenzando con 38 estudiantes en aulas temporales, habilitadas en el Palacio de Justicia y el Hospital Central; 13 estudiantes de Medicina, 10 de Derecho y 15 de Ingeniería; además, se anunciaría que se avanzaría en la construcción de la escuela de Medicina atrás del Hospital Central como se comentaría anteriormente, la que, estaría equipada con todo lo necesario, incluida una zona para los camiones que transportarían cadáveres y para su congelación, que tenía el propósito de hacer una mejor preparación y facilitar la enseñanza- aprendizaje. Así mismo, para mayo de ese mismo año, el Congreso del estado haría un decreto para que, los cuerpos humanos no identificados, ni reclamados, fueran para el plantel. Por ello, en el primer año de existencia de la Universidad de Chihuahua, ya se avizora la necesidad de más espacios, debido a que en cada ciclo escolar, se empezaba a incrementar la población estudiantil y en marzo de ese año, se daría a conocer la construcción de la Ciudad Universitaria, en una parte de la Ciudad Deportiva, con recursos estatales y federales por más de tres millones de pesos para infraestructura, donde se impartirían las carreras de Leyes, Medicina, Ingeniería, Químicas, Arquitectura, Normal y Bachillerato.

La falta de recursos también era un problema para los estudiantes, por ello, el gobernador Oscar Soto Máynez, anunciaría el otorgamiento de becas para jóvenes en situación difícil económicamente; a esta acción, se fue integrando fundaciones nacionales e internacionales como la del señor Rockefeller y la UNESCO, con el fin de apoyar también la incipiente labor de investigación, se sumaron, también empresas transnacionales como Sears, que beneficiarían cada año con becas de hasta $5 mil pesos a los dos mejores estudiantes de la universidad. Sin embargo, los años 50, siendo los inicios de la Universidad, fueron la base sobre que levantaron a esta gran institución y para tener identidad, se llevó una convocatoria para crear el lema y escudo de la misma; así, los ganadores de dicha convocatoria, fueron: el maestro Aarón Piña Mora con el escudo y la maestra Imelda Flores, con el lema: “Luchar para lograr, lograr para dar”, material de primera plana publicada en el Heraldo de Chihuahua en 1957. Para mayo de ese mismo año, iniciaría transmisiones “Radio Universidad”, cuyas emisiones serían suspendidas durante la gestión del rector José R, Millar Hermosillo, hasta que iniciaría una nueva etapa con el rector Carlos Ochoa a finales de 1989. En enero de 1958, el gobernador Teófilo Borunda, clausuraría el Instituto Científico y Literario, antecedente de la Universidad, inaugurando el edificio de la preparatoria en el nuevo campus, mientras avanza la construcción de la famosa cafetería ubicada a un costado de lo que llegaría a ser la escuela de Bellas Artes, hoy la Facultad de Artes.

Dr. Ignacio González Estavillo, primer rector de la Universidad de Chihuahua.

Por último, en febrero de 1958, se anunciaría el subsidio federal a la Universidad de Chihuahua por dos millones de pesos. Radio Universidad integraría a su programación clases de inglés, no sólo para universitarios sino para quienes sintonizaran la estación cultural, y en octubre, apoyaría a la población en general, difundiendo vacantes para quienes buscaban empleo, asumiendo así, su compromiso social. El equipamiento de las aulas y laboratorios, se iban logrando con recursos no sólo gubernamentales, sino privados, y en agosto de ese mismo año, se adquiriría la primera mesa de autopsias y equipo para conservación de cadáveres de manufactura alemana por cerca de 130 mil pesos para la Escuela de Medicina…Esta crónica continuará.


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