/ sábado 25 de mayo de 2024

Temblor político en los 80: “El Verano Caliente” en Chihuahua

Por: Óscar A. Viramontes Olivas

violioscar@gmail.com

En 1985, brotaría un conflicto por la elección del rector de la Universidad Autónoma de Chihuahua, generándose una confrontación política que fue utilizada para hacerlo caer de la gubernatura en previsión de las elecciones para gobernador del siguiente año (1986). Uno de los principales opositores a él, fue el líder de la Confederación de Trabajadores de México, Fidel Velázquez, perdiendo el apoyo de su partido, y por orden del presidente Miguel de la Madrid, renunciaría Ornelas al gobierno del estado el 19 de septiembre de 1985, quien se retiraría a la vida privada. El asunto no terminaba ahí, pues algunos movimientos de la oposición en las principales ciudades de la entidad, como Ciudad Juárez, con Francisco Barrio; en Parral, con Gustavo Villarreal, emprenderían acciones radicales en contra de la nueva administración estatal, entre ellos, el inicio de un ayuno donde más tarde se les unirían otros personajes como Luis H. Álvarez, quien en ese entonces, era alcalde del municipio de Chihuahua, en protesta por la aprobación de las reformas que se habían propuesto por el gobernador destituido (Óscar Ornelas K.).

Era un verdadero caldero por todos los rincones del estado, ya que, de manifestaciones y actos políticos, era la parte cotidiana en la entidad. Estos movimientos, tenían como base, desechar las iniciativas propuestas por Ornelas, y para ello, se abocaron a tratar de recabar firmas ante la población, por lo que, pudieron lograr llegar a una meta de más de 108 mil firmas en tan solo 20 días. Junto a esto, se tomaron otras medidas por parte de los blanquiazules, como el no pago de impuestos, a partir de algo que ellos le habían denominado “desobediencia civil”, por lo que, organizaron diferentes mítines y marchas por todos lados, desarrollándose caravanas a la que les llamaron: “por la democracia”, durando alrededor de 30 días, las cuales recorrerían varios estados de la República mexicana y concluirla ya entrado el año de 1986. Sin duda el temblor político en Chihuahua, cada vez ponían más nerviosos al partido en el poder, al igual que, a los grandes jerarcas del gobierno federal.

Fernando Baeza Meléndez del PRI (izquierda) y Francisco Barrio Terrazas del Pan (Derecha), en una franca “guerra” para ganar las elecciones de julio de 1986 para la gubernatura del Estado, en el llamado “Verano caliente”.

Ante las presiones externas, el propio gobernador interino, Saúl González Herrera, aceptaba el 6 de enero, revisar las reformas a la Ley Electoral, formando una comisión que estaría integrada por panistas y gente del gobierno del Estado, entre los que se encontraban Guillermo Prieto Luján, presidente del Comité Regional del PAN, quien insistía que, era necesario más representación en las casillas, y no solo, se abocara a tres por partido, y ante esta limitante, se podría especular que podría ser generador de verdaderos fraudes electorales. La parte gubernamental, insistía que al aumentar el número de representantes, podría generar mayor caos ante el caos que ya existía, por lo que, la mesa de representantes del PAN, no tuvo más remedio que suspender las pláticas por considerar que no existían las condiciones de imparcialidad en el asunto, y cuando el calendario marcaba el 11 de enero de 1986, todo quedó estancado y el ambiente se enturbió, quedando aún más complicado el proceso. También esa situación, generó una serie de acusaciones en ambos bandos, convirtiéndose en una “cena de negros” la política chihuahuense.

Era un verano enrarecido por el ambiente electoral, las calles estaban en su máxima expresión, con una diversidad de marchas exigiendo al gobierno que respetara el voto popular, al igual, se echara atrás, la reforma que en materia electoral, se había aprobado de manera local, por ello, el camino para que se solucionará este cúmulo de expresiones, estaba demasiado lejos de concretarse. Los días pasaban, y todos los medios de comunicación reportaban lo que, estaba sucediendo en el Estado y en las principales ciudades, como: Chihuahua y Ciudad Juárez, además de un sinfín de inserciones periodísticas pagadas en los principales medios de comunicación de la ciudad, como lo era Norte de Chihuahua, Novedades y El Heraldo de Chihuahua, y ante todo este panorama, a finales del mes de junio de 1986, los blanquiazules no estaban en lo absoluto conformes con las negociaciones que habían tenido con el gobierno del Estado en relación a dicha reforma. Los dirigentes del PAN, sacaban todo tipo de propaganda relacionada con su partido, como pancartas de protestas para que, las masas manifestaran un “alto” a las malas prácticas electorales, llegándose a los extremos con aquello que se denominó “desobediencia civil”, cubriendo las placas de los automóviles; el muy común rayado de billetes que, fue una de las medidas que les produjo un éxito contundente, debido a que la población, se enteraba a través del circulante de las protestas y acciones que estaba considerando la oposición.

Otras medidas que tal vez no fueron muy atractivas, fue el, no pago de algunos servicios básicos como luz y agua, al igual que, las obligaciones en materia del pago al impuesto predial que aún y cuando muchos lo dejaron de hacer, las cuentas se fueron acumulando para los contribuyentes y usuarios del servicio, representándoles posteriormente un fuerte dolor de cabeza, pues el PAN quien lo había propuesto, de repente se hizo “el occiso” y dejó embarcado a muchos usuarios con una deuda importante. Uno de los partidos que tomaron un importante papel en este escenario, fue el desaparecido Partido Socialista Unificado de México (PSUM), cuyo antecedente, había sido el Partido Comunista Mexicano (PCM); éste posteriormente, se uniría con otras fuerzas políticas para formar el Partido de la Revolución Democrática (PRD), el 5 de mayo de 1989, donde estarían involucrados, el Partido Mexicano Socialista (PMS), quienes cedieron su registro legal; el Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT); el Partido Popular Revolucionario (PPR); El Movimiento Revolucionario del Pueblo (MRP), y Unión de la Izquierda Comunista (UIC). Más adelante, se les uniría, una parte de la militancia del Partido Socialista de los Trabajadores (PST), así como la llamada “familia revolucionaria”, representada por la izquierda dentro del PRI y organizaciones civiles, los cuales, se oponían al partido gobernante (PRI) y pugnaron por elecciones democráticas, las que formarían el Frente Democrático Nacional en 1988 con Cuauhtémoc Cárdenas al frente, un ex priista de toda la vida, hijo de Lázaro Cárdenas del Río y que viendo las nulas posibilidades de ser postulado por su partido para la grande, se asociaría con otros ex tricolores como Porfirio Muñoz Ledo, para fundar el Frente .

En Chihuahua, existían dos colosos que buscaban la gubernatura del Estado, uno de ellos, tal vez era el técnico y el contrario “el rudo”. En la escena aparece Francisco Barrio Terrazas, panista, y Fernando Baeza Meléndez, priísta, quienes darían, el todo por el todo, para ganar el máximo cargo en el Estado. El PRI, anunciaría a Baeza Meléndez, como su mero gallo a finales de 1985, ante una importante multitud que se congregaba para darle el respaldo al que, en aquel tiempo, todavía ostentaba el cargo de diputado federal por el VI distrito y presidente de la Comisión de Justicia de la Cámara. Muchos gritaban hurras para su candidato, al cual, todos le querían tocar y besar la mano, como pidiéndole que, si ganaba, se acordaran de los más desprotegidos, bueno y además, si por ahí existiera una chambita como premio de consolación, bueno de perdis. Ahí por supuesto, estaban otros de los sectores que siempre cerraban filas con el Revolucionario Institucional, me refiero a la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y el abundante magisterio con la consigna “¡Baeza, sí!” “¡Barrio no!”, cuando las hojas del calendario anunciaban el 7 de enero de 1986.

Para el partido en el poder (PRI), se requería de un hombre con antecedentes probados, y esos estuvieron enmarcados por su experiencia como secretario particular del gobernador Oscar Flores Sánchez hasta 1974, y más tarde, presidente municipal de los Vencedores del desierto, su natal Delicias. Los medios de comunicación además, consideraban a Baeza como hombre experimentado con capacidad conciliadora a toda prueba, preocupado por la problemática del Estado, por esta razón, tenía que estar muy bien formado, pues quien sería su contrincante, traía ideas de peso, y un electorado que lo había seguido desde que había sido presidente municipal de Ciudad Juárez, en el periodo 1983-1986, donde la opinión pública, lo había reconocido por su labor en las colonias pobres y con el rescate de las bandas de cholos en los barrios, por lo que fue conocido como “Los barrios de Barrio”. Al igual que Fernando Baeza, Francisco Barrio Terrazas, que de cariño le llamaban “Pancho”, con un convencimiento muy fuerte de multitudes impresionante de panistas y no panistas allá en la fronteriza de Juárez. Sería elegido el 26 de enero como el abanderado de los azules. Barrio contaba con una importante experiencia empresarial y desde que estaba en los medios públicos, se lanzó contra el gobierno con críticas y más críticas que lo hicieron famoso dentro del medio, pues en una contienda, lo que piden los espectadores es “sangre y golpes” …Esta crónica continuará.

“Temblor político en los 80s: “El Verano Caliente” en Chihuahua” forman parte de los Archivos Perdidos de las Crónicas Urbanas de Chihuahua. Si desea la colección de libros “Los Archivos Perdidos de las Crónicas Urbanas de Chihuahua”, tomos I al XIII, adquiéralos en Librería Kosmos (Josué Neri Santos No. 111), además, puede mande un WhatsApp al 614 148 85 03 y con gusto le brindamos información.


Fuentes

Hemeroteca del Heraldo de Chihuahua, 1980 a 1986.


Por: Óscar A. Viramontes Olivas

violioscar@gmail.com

En 1985, brotaría un conflicto por la elección del rector de la Universidad Autónoma de Chihuahua, generándose una confrontación política que fue utilizada para hacerlo caer de la gubernatura en previsión de las elecciones para gobernador del siguiente año (1986). Uno de los principales opositores a él, fue el líder de la Confederación de Trabajadores de México, Fidel Velázquez, perdiendo el apoyo de su partido, y por orden del presidente Miguel de la Madrid, renunciaría Ornelas al gobierno del estado el 19 de septiembre de 1985, quien se retiraría a la vida privada. El asunto no terminaba ahí, pues algunos movimientos de la oposición en las principales ciudades de la entidad, como Ciudad Juárez, con Francisco Barrio; en Parral, con Gustavo Villarreal, emprenderían acciones radicales en contra de la nueva administración estatal, entre ellos, el inicio de un ayuno donde más tarde se les unirían otros personajes como Luis H. Álvarez, quien en ese entonces, era alcalde del municipio de Chihuahua, en protesta por la aprobación de las reformas que se habían propuesto por el gobernador destituido (Óscar Ornelas K.).

Era un verdadero caldero por todos los rincones del estado, ya que, de manifestaciones y actos políticos, era la parte cotidiana en la entidad. Estos movimientos, tenían como base, desechar las iniciativas propuestas por Ornelas, y para ello, se abocaron a tratar de recabar firmas ante la población, por lo que, pudieron lograr llegar a una meta de más de 108 mil firmas en tan solo 20 días. Junto a esto, se tomaron otras medidas por parte de los blanquiazules, como el no pago de impuestos, a partir de algo que ellos le habían denominado “desobediencia civil”, por lo que, organizaron diferentes mítines y marchas por todos lados, desarrollándose caravanas a la que les llamaron: “por la democracia”, durando alrededor de 30 días, las cuales recorrerían varios estados de la República mexicana y concluirla ya entrado el año de 1986. Sin duda el temblor político en Chihuahua, cada vez ponían más nerviosos al partido en el poder, al igual que, a los grandes jerarcas del gobierno federal.

Fernando Baeza Meléndez del PRI (izquierda) y Francisco Barrio Terrazas del Pan (Derecha), en una franca “guerra” para ganar las elecciones de julio de 1986 para la gubernatura del Estado, en el llamado “Verano caliente”.

Ante las presiones externas, el propio gobernador interino, Saúl González Herrera, aceptaba el 6 de enero, revisar las reformas a la Ley Electoral, formando una comisión que estaría integrada por panistas y gente del gobierno del Estado, entre los que se encontraban Guillermo Prieto Luján, presidente del Comité Regional del PAN, quien insistía que, era necesario más representación en las casillas, y no solo, se abocara a tres por partido, y ante esta limitante, se podría especular que podría ser generador de verdaderos fraudes electorales. La parte gubernamental, insistía que al aumentar el número de representantes, podría generar mayor caos ante el caos que ya existía, por lo que, la mesa de representantes del PAN, no tuvo más remedio que suspender las pláticas por considerar que no existían las condiciones de imparcialidad en el asunto, y cuando el calendario marcaba el 11 de enero de 1986, todo quedó estancado y el ambiente se enturbió, quedando aún más complicado el proceso. También esa situación, generó una serie de acusaciones en ambos bandos, convirtiéndose en una “cena de negros” la política chihuahuense.

Era un verano enrarecido por el ambiente electoral, las calles estaban en su máxima expresión, con una diversidad de marchas exigiendo al gobierno que respetara el voto popular, al igual, se echara atrás, la reforma que en materia electoral, se había aprobado de manera local, por ello, el camino para que se solucionará este cúmulo de expresiones, estaba demasiado lejos de concretarse. Los días pasaban, y todos los medios de comunicación reportaban lo que, estaba sucediendo en el Estado y en las principales ciudades, como: Chihuahua y Ciudad Juárez, además de un sinfín de inserciones periodísticas pagadas en los principales medios de comunicación de la ciudad, como lo era Norte de Chihuahua, Novedades y El Heraldo de Chihuahua, y ante todo este panorama, a finales del mes de junio de 1986, los blanquiazules no estaban en lo absoluto conformes con las negociaciones que habían tenido con el gobierno del Estado en relación a dicha reforma. Los dirigentes del PAN, sacaban todo tipo de propaganda relacionada con su partido, como pancartas de protestas para que, las masas manifestaran un “alto” a las malas prácticas electorales, llegándose a los extremos con aquello que se denominó “desobediencia civil”, cubriendo las placas de los automóviles; el muy común rayado de billetes que, fue una de las medidas que les produjo un éxito contundente, debido a que la población, se enteraba a través del circulante de las protestas y acciones que estaba considerando la oposición.

Otras medidas que tal vez no fueron muy atractivas, fue el, no pago de algunos servicios básicos como luz y agua, al igual que, las obligaciones en materia del pago al impuesto predial que aún y cuando muchos lo dejaron de hacer, las cuentas se fueron acumulando para los contribuyentes y usuarios del servicio, representándoles posteriormente un fuerte dolor de cabeza, pues el PAN quien lo había propuesto, de repente se hizo “el occiso” y dejó embarcado a muchos usuarios con una deuda importante. Uno de los partidos que tomaron un importante papel en este escenario, fue el desaparecido Partido Socialista Unificado de México (PSUM), cuyo antecedente, había sido el Partido Comunista Mexicano (PCM); éste posteriormente, se uniría con otras fuerzas políticas para formar el Partido de la Revolución Democrática (PRD), el 5 de mayo de 1989, donde estarían involucrados, el Partido Mexicano Socialista (PMS), quienes cedieron su registro legal; el Partido Mexicano de los Trabajadores (PMT); el Partido Popular Revolucionario (PPR); El Movimiento Revolucionario del Pueblo (MRP), y Unión de la Izquierda Comunista (UIC). Más adelante, se les uniría, una parte de la militancia del Partido Socialista de los Trabajadores (PST), así como la llamada “familia revolucionaria”, representada por la izquierda dentro del PRI y organizaciones civiles, los cuales, se oponían al partido gobernante (PRI) y pugnaron por elecciones democráticas, las que formarían el Frente Democrático Nacional en 1988 con Cuauhtémoc Cárdenas al frente, un ex priista de toda la vida, hijo de Lázaro Cárdenas del Río y que viendo las nulas posibilidades de ser postulado por su partido para la grande, se asociaría con otros ex tricolores como Porfirio Muñoz Ledo, para fundar el Frente .

En Chihuahua, existían dos colosos que buscaban la gubernatura del Estado, uno de ellos, tal vez era el técnico y el contrario “el rudo”. En la escena aparece Francisco Barrio Terrazas, panista, y Fernando Baeza Meléndez, priísta, quienes darían, el todo por el todo, para ganar el máximo cargo en el Estado. El PRI, anunciaría a Baeza Meléndez, como su mero gallo a finales de 1985, ante una importante multitud que se congregaba para darle el respaldo al que, en aquel tiempo, todavía ostentaba el cargo de diputado federal por el VI distrito y presidente de la Comisión de Justicia de la Cámara. Muchos gritaban hurras para su candidato, al cual, todos le querían tocar y besar la mano, como pidiéndole que, si ganaba, se acordaran de los más desprotegidos, bueno y además, si por ahí existiera una chambita como premio de consolación, bueno de perdis. Ahí por supuesto, estaban otros de los sectores que siempre cerraban filas con el Revolucionario Institucional, me refiero a la Confederación de Trabajadores de México (CTM) y el abundante magisterio con la consigna “¡Baeza, sí!” “¡Barrio no!”, cuando las hojas del calendario anunciaban el 7 de enero de 1986.

Para el partido en el poder (PRI), se requería de un hombre con antecedentes probados, y esos estuvieron enmarcados por su experiencia como secretario particular del gobernador Oscar Flores Sánchez hasta 1974, y más tarde, presidente municipal de los Vencedores del desierto, su natal Delicias. Los medios de comunicación además, consideraban a Baeza como hombre experimentado con capacidad conciliadora a toda prueba, preocupado por la problemática del Estado, por esta razón, tenía que estar muy bien formado, pues quien sería su contrincante, traía ideas de peso, y un electorado que lo había seguido desde que había sido presidente municipal de Ciudad Juárez, en el periodo 1983-1986, donde la opinión pública, lo había reconocido por su labor en las colonias pobres y con el rescate de las bandas de cholos en los barrios, por lo que fue conocido como “Los barrios de Barrio”. Al igual que Fernando Baeza, Francisco Barrio Terrazas, que de cariño le llamaban “Pancho”, con un convencimiento muy fuerte de multitudes impresionante de panistas y no panistas allá en la fronteriza de Juárez. Sería elegido el 26 de enero como el abanderado de los azules. Barrio contaba con una importante experiencia empresarial y desde que estaba en los medios públicos, se lanzó contra el gobierno con críticas y más críticas que lo hicieron famoso dentro del medio, pues en una contienda, lo que piden los espectadores es “sangre y golpes” …Esta crónica continuará.

“Temblor político en los 80s: “El Verano Caliente” en Chihuahua” forman parte de los Archivos Perdidos de las Crónicas Urbanas de Chihuahua. Si desea la colección de libros “Los Archivos Perdidos de las Crónicas Urbanas de Chihuahua”, tomos I al XIII, adquiéralos en Librería Kosmos (Josué Neri Santos No. 111), además, puede mande un WhatsApp al 614 148 85 03 y con gusto le brindamos información.


Fuentes

Hemeroteca del Heraldo de Chihuahua, 1980 a 1986.