De la autoría de Esperanza Valdez Portillo se presentó esta noche el libro “El color de la esperanza” que describe en sus páginas el trabajo y dedicación de una madre consciente de abrir espacios de inclusión social para personas que sufren lesiones cerebrales y que, de acuerdo con el texto, reciben poca atención por parte de la sociedad.
En Casa Redonda tuvo lugar la presentación donde se contó con los comentarios de Dinorah Gutiérrez y un público conocedor del talento y sensibilidad de Valdez Portillo quien en el libro retrata la historia de una mujer que comparte con quien necesite saber, cómo transformar un sonoro golpe en una razón para estar feliz.
“El color de la esperanza” invita al lector a comprobar la lucha de Valdez Portillo por la visibilidad de las limitaciones de las personas que han nacido con daños neurológicos a la vez que ha abierto puertas con diferentes organismos e instituciones los cuales se han unido a las iniciativas de la autora.
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De acuerdo con comentarios de asistentes, es un libro recomendado para cualquier persona y en especial para las madres de familia, y en lo que respecta a las lesiones cerebrales de nacimiento, surgen abanicos de sentimientos pues hay quienes lo interpretan como una oportunidad de aprendizaje para las familias o por lo contrario, como una tragedia, puntualizaron.
La escritora forma parte de las tres familias que fundaron el Instituto de Entrenamiento para Niños con Lesión Cerebral y Trastornos del Aprendizaje A.C. (ENLAC), del cual fue presidenta y directora general en el 2003.
De la mano del doctor Glenn Doman, Esperanza Valdez aprendió el método “Doman” en los institutos para el Desarrollo del Potencial Humano, en Finlandia; a la fecha cuenta con más de 30 años de experiencia en la aplicación del programa.
Entre su trayectoria destaca la capacitación en temas relativos a organizaciones de la sociedad civil, entre ellos: Programa Intensivo para Padres impartido por institutos estadounidenses; en lo que respecta a esta entidad, la escritora ha participado activamente en el Consejo Consultivo de Discapacidad del estado de Chihuahua y en la Junta de Asistencia Privada.
Cabe mencionar que también fue distinguida con el premio Cuauhtémoc al Esfuerzo Social en el 2010; en el 2011 recibió un reconocimiento especial por parte del Club Rotario Cuauhtémoc Tarahumara, A.C., por su labor a favor de niños que sufren lesión cerebral en el municipio mencionado.
Otra de las distinciones que se le otorgó fue el reconocimiento “Profesora Guadalupe Sánchez de Araiza” en la categoría de chihuahuense destacada por su trabajo a favor de los infantes con capacidades especiales, sus méritos en la obra de asistencia social y el trabajo a favor de la comunidad.
