Alrededor de 150 personas de la región se reunieron este sábado en el Observatorio Astronómico de San Francisco de Conchos para presenciar el eclipse de sol, fenómeno similar al ocurrido hace 32 años y que se repetirá con mayor intensidad el próximo 8 de abril.
En el también llamado “Cerro de la Ciencia”, cercano a la comunidad de El Molino, se congregaron decenas de ciudadanos que llegaron a pesar de lo escabroso del terreno, pues era mucho el interés por admirar el fenómeno astronómico.
Miguel Ángel Niño, conocedor de astronomía y promotor del observatorio, comentó que acudieron cerca de 150 personas al sitio, destacando la presencia de numerosos niños que pudieron ver el eclipse a través de la proyección de un telescopio.
“Y la gente se sorprendía al ver cómo el disco de la luna estaba atravesando el disco solar, y cómo en el pleno, a las 10:00 con 46 minutos, se sintió la temperatura que bajó, un aire, desde nuestra perspectiva de aquí, del cerro, y esa experiencia inolvidable para todos los que nos interesamos por la astronomía”, narró el entrevistado.
Niño destacó que desde hacía 32 años que no se observaba un eclipse de una intensidad como la de este sábado, recordando que, extraordinariamente, ocurrirá un evento similar el próximo 8 de abril y que también será visible en esta región.
Afirmó que el siguiente eclipse será “mucho mejor” porque la luna cubrirá el 90 por ciento del disco solar, pues el fenómeno suscitado este fin de semana abarcó el 77 por ciento de la superficie del astro rey.
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El entrevistado invitó a los habitantes de la región a prepararse para dentro de seis meses, para que con tiempo compren su telescopio o elaboren sus inventos con los que puedan disfrutar del próximo eclipse, pues la intención es abrir al público nuevamente el observatorio de San Francisco de Conchos.
Cabe mencionar que el eclipse ocurrido este sábado fue de tipo anular, es decir, la luna no cubrió en su totalidad al sol, dejando un anillo de luz alrededor de este astro, cuyo brillo fue opacado durante algunos minutos.
El eclipse fue visible en la mayor parte de América del Norte, Centroamérica y partes de América del Sur, cubriendo la luna hasta el 90 por ciento del disco solar en los estados de Oregon, Nevada, Nuevo México y Texas, en la Unión Americana.