/ viernes 16 de marzo de 2018

Antes de que inicien las campañas, Morena iniciará su descenso en las encuestas

La novedad ahora en la política, regional y nacional, es la desbandada, principalmente de priistas para incorporarse a otros partidos, especialmente a Morena,  la mayoría preferencialmente buscando posiciones de elección popular que López Obrador reparte como bolsitas de dulces a niños en piñata, y que en esta ocasión no consiguieron en el PRI, aunque esto tiene sus vericuetos.

Desde luego el más importante es la estrangulación que el PRI ha hecho de las diversas posiciones de elección popular a las bases, de quienes tienen aspiraciones y cualidades para destacar en posiciones electorales clave, pero no tienen el apoyo, los conocidos, los padrinos pues, que les den el impulso, aunque tengan de su lado buena parte del electorado en el espacio que pudieran competir, es por eso  pero que la democracia representada por la familia revolucionaria, ha vuelto vulnerable al sistema, incluyendo a Morena, como parte del mismo, presunto paladín de la democracia moderna.

Pero la mayoría de los desertores son los que siempre habían vivido del PRI, ya dentro del  régimen, en puestos de elección o pegados a la ubre del presupuesto público estatal o federal, esos que son quienes verdaderamente han aniquilado al PRI, porque nunca tuvieron ni tienen ideología ni compromisos, sólo intereses, y ahora tampoco partido dentro del grupúsculo que como presunto instituto político conformó López Obrador.

Entonces pues, atendiendo la conseja de que una golondrina no hace verano, está claro que con los desertores, incluyendo la banda de bribones, que como unas cuantas golondrinas integró no sólo a Morena como simples simpatizantes, sino ofreciéndoles blindaje y posiciones con fuero, no logró el tabasqueño conformar una sólida oposición que vislumbrara poder derrotar al régimen al que no tendrá más remedio que unirse y como ya no tiene edad para esperar su turno presidencial, ya anticipó su retiro a Palenque, Chiapas, para cuidar que el tigre no se vaya a comer a México.

Esto quiere decir que aun antes de que empiecen las campañas Morena ya llegó a la más alta cúspide a la que podía esperar e inicia su descenso, lógico que no se puede coaccionar con el PAN, por obvias razones, aunque sean parte del mismo régimen, por lo que su más viable alternativa es jugarla con el PRI, de ahí que se desate la ofensiva contra el PAN y su candidato presidencial, Ricardo Anaya… Por ello también López Obrador empieza a jugar con el fraude y ya anuncia su nueva dirección en Palenque.

El PRI no ha muerto.

 

La novedad ahora en la política, regional y nacional, es la desbandada, principalmente de priistas para incorporarse a otros partidos, especialmente a Morena,  la mayoría preferencialmente buscando posiciones de elección popular que López Obrador reparte como bolsitas de dulces a niños en piñata, y que en esta ocasión no consiguieron en el PRI, aunque esto tiene sus vericuetos.

Desde luego el más importante es la estrangulación que el PRI ha hecho de las diversas posiciones de elección popular a las bases, de quienes tienen aspiraciones y cualidades para destacar en posiciones electorales clave, pero no tienen el apoyo, los conocidos, los padrinos pues, que les den el impulso, aunque tengan de su lado buena parte del electorado en el espacio que pudieran competir, es por eso  pero que la democracia representada por la familia revolucionaria, ha vuelto vulnerable al sistema, incluyendo a Morena, como parte del mismo, presunto paladín de la democracia moderna.

Pero la mayoría de los desertores son los que siempre habían vivido del PRI, ya dentro del  régimen, en puestos de elección o pegados a la ubre del presupuesto público estatal o federal, esos que son quienes verdaderamente han aniquilado al PRI, porque nunca tuvieron ni tienen ideología ni compromisos, sólo intereses, y ahora tampoco partido dentro del grupúsculo que como presunto instituto político conformó López Obrador.

Entonces pues, atendiendo la conseja de que una golondrina no hace verano, está claro que con los desertores, incluyendo la banda de bribones, que como unas cuantas golondrinas integró no sólo a Morena como simples simpatizantes, sino ofreciéndoles blindaje y posiciones con fuero, no logró el tabasqueño conformar una sólida oposición que vislumbrara poder derrotar al régimen al que no tendrá más remedio que unirse y como ya no tiene edad para esperar su turno presidencial, ya anticipó su retiro a Palenque, Chiapas, para cuidar que el tigre no se vaya a comer a México.

Esto quiere decir que aun antes de que empiecen las campañas Morena ya llegó a la más alta cúspide a la que podía esperar e inicia su descenso, lógico que no se puede coaccionar con el PAN, por obvias razones, aunque sean parte del mismo régimen, por lo que su más viable alternativa es jugarla con el PRI, de ahí que se desate la ofensiva contra el PAN y su candidato presidencial, Ricardo Anaya… Por ello también López Obrador empieza a jugar con el fraude y ya anuncia su nueva dirección en Palenque.

El PRI no ha muerto.