/ viernes 23 de julio de 2021

Cartucheras al cañón… | Los empresarios y el Gas Bienestar

Por: Ernesto Visconti Elizalde

“Es omiso el empresario al compromiso social, y hace su empeño formal… el lucrar hasta el osario”.

Los empresarios en general son un sector medular para la economía nacional y el desarrollo y progreso del país; pero nos queda muy claro que carecen, en su mayoría, de sentido de servicio social; son comerciantes, no benefactores sociales. No les hablen de dar apoyos económicos a las clases marginadas o en situación de dificultad pecuniaria, porque lo consideran un desperdicio; un acto de clientelismo político; máxime si a ellos no les deja ganancia en metálico; como sucede con los grandes almacenes de conveniencia que instruyen a sus cajeros a que promuevan la donación de moneda fraccionaria para la asistencia social, pues ese dinero les será deducido de sus pagos fiscales. ¿Bonito negocio no?, pagan impuestos con la bonhomía de los clientes, y ellos solamente son mediadores-beneficiarios.

Me llamó grandemente la atención que los empresarios Jorge Cruz Camberos, presidente de Coparmex Chihuahua, y Francisco Santini Ramos, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, declararan que era pésima la idea de crear una empresa paraestatal como la de Gas Bienestar. La que propone AMLO para lograr precios y servicios justos y a costos reales, y no dictados por los monopolios actuales del gas comercial. El argumento de los empresarios fue que las empresas paraestatales por lo regular fracasaban o presentaban grandes pérdidas.

¿Por qué se oponen los empresarios al beneficio popular? ¿Por qué existe el compromiso empresarial de apoyar a sus cofrades, aun cuando ellos mismos tengan que seguir pagando precios injustos para sus industrias; o por una defensa colectiva contra la posibilidad de ser sometidos al orden justo y legal en los precios de sus productos y servicios? El propósito de AMLO no es el de configurar una empresa rentable, pues los gobiernos no deben hacer negocios con los servicios públicos; se trata de dar un insumo barato al pueblo en general y ser una balanza crítica y reguladora del precio en el mercado; ¿quién no quiere gas de calidad y a precio asequible?, sobre todo en los climas fríos, y en envases de 20 o 30 kg.

Los corporativos empresariales debían tener códigos de ética en su función particular y social donde privilegiaran el apoyo a los ciudadanos y no la usura comercial.

Y por favor no nos pongan los ejemplos de Pemex y CFE y sus precios, dos empresas casi extranjerizadas y mayormente endeudadas que urge rescatar; y que ustedes exigen les den precios mejores; bonitos empresarios, “mexicanos de temporal”; súmense al esfuerzo de la renacionalización de nuestras fuentes primarias de energía; déjense de negocios entreguistas de fabulosas ganancias y de sueños globalizadores.

Por: Ernesto Visconti Elizalde

“Es omiso el empresario al compromiso social, y hace su empeño formal… el lucrar hasta el osario”.

Los empresarios en general son un sector medular para la economía nacional y el desarrollo y progreso del país; pero nos queda muy claro que carecen, en su mayoría, de sentido de servicio social; son comerciantes, no benefactores sociales. No les hablen de dar apoyos económicos a las clases marginadas o en situación de dificultad pecuniaria, porque lo consideran un desperdicio; un acto de clientelismo político; máxime si a ellos no les deja ganancia en metálico; como sucede con los grandes almacenes de conveniencia que instruyen a sus cajeros a que promuevan la donación de moneda fraccionaria para la asistencia social, pues ese dinero les será deducido de sus pagos fiscales. ¿Bonito negocio no?, pagan impuestos con la bonhomía de los clientes, y ellos solamente son mediadores-beneficiarios.

Me llamó grandemente la atención que los empresarios Jorge Cruz Camberos, presidente de Coparmex Chihuahua, y Francisco Santini Ramos, presidente del Consejo Coordinador Empresarial, declararan que era pésima la idea de crear una empresa paraestatal como la de Gas Bienestar. La que propone AMLO para lograr precios y servicios justos y a costos reales, y no dictados por los monopolios actuales del gas comercial. El argumento de los empresarios fue que las empresas paraestatales por lo regular fracasaban o presentaban grandes pérdidas.

¿Por qué se oponen los empresarios al beneficio popular? ¿Por qué existe el compromiso empresarial de apoyar a sus cofrades, aun cuando ellos mismos tengan que seguir pagando precios injustos para sus industrias; o por una defensa colectiva contra la posibilidad de ser sometidos al orden justo y legal en los precios de sus productos y servicios? El propósito de AMLO no es el de configurar una empresa rentable, pues los gobiernos no deben hacer negocios con los servicios públicos; se trata de dar un insumo barato al pueblo en general y ser una balanza crítica y reguladora del precio en el mercado; ¿quién no quiere gas de calidad y a precio asequible?, sobre todo en los climas fríos, y en envases de 20 o 30 kg.

Los corporativos empresariales debían tener códigos de ética en su función particular y social donde privilegiaran el apoyo a los ciudadanos y no la usura comercial.

Y por favor no nos pongan los ejemplos de Pemex y CFE y sus precios, dos empresas casi extranjerizadas y mayormente endeudadas que urge rescatar; y que ustedes exigen les den precios mejores; bonitos empresarios, “mexicanos de temporal”; súmense al esfuerzo de la renacionalización de nuestras fuentes primarias de energía; déjense de negocios entreguistas de fabulosas ganancias y de sueños globalizadores.