/ miércoles 10 de enero de 2024

Contestación

Leyendo esta semana un artículo en una revista de divulgación nacional, en el que se ensalzan las supuestas bondades del actual régimen, cosa que el autor hace sin presentar datos duros que soporten sus dichos, me veo en la necesidad de presentar algunas cifras, estas sí duras, que presentan el gran fracaso del actual gobierno federal.

La deuda, de acuerdo a los informes de la Secretaría y Crédito Público muestran que hasta noviembre el costo financiero de la deuda alcanzó un saldo sin precedente de 849 mil 761.3 millones de pesos en el acumulado de enero a noviembre. El pago de la deuda pública durante los primeros 11 meses de 2023 ha resultado el más costoso desde que en 1990 se reporta esta información, pero también ha aumentado la proporción que consume de los ingresos, lo cual es una de las mayores presiones sobre las finanzas públicas.

Este pago de intereses de la deuda pública pasará de absorber 10 por ciento de los ingresos en 2021 a 13.4 por ciento en 2013 y a 16 por ciento en 2024, según los mismos datos reportados por Hacienda. Un nivel no registrado en dos décadas y que forma parte de gastos obligatorios, reduciendo el margen de maniobra que tienen gobierno y empresas públicas para destinar a otras áreas de gasto, como la inversión productiva y los servicios.

Por otro lado, si se quiere continuar con los programas sociales, con la actual cobertura y cuantía, requerirá a más tardar en 2026 de una reforma fiscal importante que grave utilidades e ingresos, si no se quiere tocar el consumo. Lo que en el corto plazo creará tensiones con la clase media y sectores empresariales, o bien ésta se cargará a los sectores populares si se reduce el alcance de los programas sociales.

Por otra parte, algo que no es de dominio popular, es que las cifras de crecimiento económico dadas a conocer en los últimos trimestres de 2023, se deben a la inversión pública concentrada de manera importante en las mega obras insignia del actual gobierno, sin embargo, continuar con ese ritmo y propósito requerirá de cuantiosos recursos fiscales, ya que el retorno de la inversión de estas mega obras que se están haciendo está muy lejos de cumplirse.

PEMEX, de acuerdo con los datos más recientes dados a conocer por Pemex, analizados por el doctor, la petrolera debe 3 billones 800 mil millones de pesos, y sus activos ascienden a 2 billones de pesos. Siete mil millones de dólares se deben en impuestos.

El gobierno actual le ha inyectado a Pemex dinero de Hacienda por la cantidad de 864 mil 778 millones de pesos, más otra cantidad en exenciones y diferimiento de impuestos, que ascienden a un total de un billón 300 mil millones de pesos (200,000 millones de dólares). El gobierno toma el dinero de los contribuyentes y no nos lo regresa en servicios de salud, seguridad ni educación aceptable. Se lo entrega a los bancos acreedores de Pemex. Y las pérdidas aumentan.

Al final del sexenio pasado, la contribución neta de Pemex a las finanzas públicas era de 15.2 por ciento, y ahora es de apenas 2.3 por ciento.


Leyendo esta semana un artículo en una revista de divulgación nacional, en el que se ensalzan las supuestas bondades del actual régimen, cosa que el autor hace sin presentar datos duros que soporten sus dichos, me veo en la necesidad de presentar algunas cifras, estas sí duras, que presentan el gran fracaso del actual gobierno federal.

La deuda, de acuerdo a los informes de la Secretaría y Crédito Público muestran que hasta noviembre el costo financiero de la deuda alcanzó un saldo sin precedente de 849 mil 761.3 millones de pesos en el acumulado de enero a noviembre. El pago de la deuda pública durante los primeros 11 meses de 2023 ha resultado el más costoso desde que en 1990 se reporta esta información, pero también ha aumentado la proporción que consume de los ingresos, lo cual es una de las mayores presiones sobre las finanzas públicas.

Este pago de intereses de la deuda pública pasará de absorber 10 por ciento de los ingresos en 2021 a 13.4 por ciento en 2013 y a 16 por ciento en 2024, según los mismos datos reportados por Hacienda. Un nivel no registrado en dos décadas y que forma parte de gastos obligatorios, reduciendo el margen de maniobra que tienen gobierno y empresas públicas para destinar a otras áreas de gasto, como la inversión productiva y los servicios.

Por otro lado, si se quiere continuar con los programas sociales, con la actual cobertura y cuantía, requerirá a más tardar en 2026 de una reforma fiscal importante que grave utilidades e ingresos, si no se quiere tocar el consumo. Lo que en el corto plazo creará tensiones con la clase media y sectores empresariales, o bien ésta se cargará a los sectores populares si se reduce el alcance de los programas sociales.

Por otra parte, algo que no es de dominio popular, es que las cifras de crecimiento económico dadas a conocer en los últimos trimestres de 2023, se deben a la inversión pública concentrada de manera importante en las mega obras insignia del actual gobierno, sin embargo, continuar con ese ritmo y propósito requerirá de cuantiosos recursos fiscales, ya que el retorno de la inversión de estas mega obras que se están haciendo está muy lejos de cumplirse.

PEMEX, de acuerdo con los datos más recientes dados a conocer por Pemex, analizados por el doctor, la petrolera debe 3 billones 800 mil millones de pesos, y sus activos ascienden a 2 billones de pesos. Siete mil millones de dólares se deben en impuestos.

El gobierno actual le ha inyectado a Pemex dinero de Hacienda por la cantidad de 864 mil 778 millones de pesos, más otra cantidad en exenciones y diferimiento de impuestos, que ascienden a un total de un billón 300 mil millones de pesos (200,000 millones de dólares). El gobierno toma el dinero de los contribuyentes y no nos lo regresa en servicios de salud, seguridad ni educación aceptable. Se lo entrega a los bancos acreedores de Pemex. Y las pérdidas aumentan.

Al final del sexenio pasado, la contribución neta de Pemex a las finanzas públicas era de 15.2 por ciento, y ahora es de apenas 2.3 por ciento.