/ miércoles 16 de marzo de 2022

Fraseario | Menos populismo y más diplomacia

Maniáticos injerencistas, retrógradas, desinformados y borregos. Así es como el autoproclamado “Gobierno de la Cuarta Transformación” se refirió a los diputados del Parlamento Europeo.

Como ya se sabe, eso sucedió luego de que el Parlamento Europeo pidió a las autoridades mexicanas que garanticen la protección y la creación de un entorno seguro para periodistas y defensores de los derechos humanos. Luego, como ya casi todo el mundo lo sabe, el gobierno de la cuatro-te emitió el comunicado 2249 que, en resumen, refleja la incapacidad diplomática del gobierno de la 4T.

Así, con ese comunicado, Andrés Manuel López Obrador evidenció, una vez más, su personalidad narcisista, su manía populista y, por supuesto, su pobreza diplomática. Trastornos que, por obvias razones, imperan y trascienden en el gobierno de la cuatro-te.

Tanta es la incapacidad diplomática del gobierno de la 4T, que ni el presidente López Obrador ni sus asesores pudieron redactar un comunicado a la altura que la situación demandaba y ameritaba. Tanta es su incompetencia diplomática, que no les “cayó el 20” de que el comunicado no iba dirigido al “pueblo bueno y sabio” de México, sino al Parlamento Europeo; es decir, a 705 diputados electos en los 27 estados miembros de la Unión Europea ampliada.

Tanta es la incapacidad diplomática del gobierno de la 4T que no entiende que, como bien lo han señalado diversas organizaciones civiles nacionales e internacionales, su respuesta al Parlamento Europeo debilita alianzas y la cooperación con la UE.

Tanta es la incapacidad diplomática del gobierno de la 4T que no asimila que, como bien lo dijo Noah Feldman, si bien en una era ideológica la diplomacia puede parecer débil y prosaica, a veces es todo lo que tenemos.

Pero claro, tratándose de un populista empedernido como lo es Andrés Manuel López Obrador y compañía, para él el ya famoso comunicado no es producto de la incapacidad diplomática de su gobierno, sino de su brillante desempeño como cuarto transformador del país (eso es lo que él cree) y por eso está orgulloso de haber ayudado a redactar el comunicado en cuestión (cuánta razón tenía David Gauke al decir que la voluntad de los políticos de decir lo que creen que el público quiere escuchar, y la voluntad de gran parte del público de creer lo que les dicen los políticos populistas ha llevado al deterioro del discurso público, y a la degradación de la diplomacia -eso último lo digo yo-).

El caso es que, sin duda alguna, es urgente, justo y necesario que el presidente López Obrador y su gobierno sean menos populistas y más diplomáticos porque, de lo contrario, en México no habrá progreso ni prosperidad ni justicia ni bienestar.

En esta ocasión, concluyo parafraseando lo dicho -en otro contexto- por Joe Sestak: Nuestro país necesita desesperadamente un presidente con una profunda experiencia global y una comprensión de todos los elementos del poder de nuestra nación, desde nuestra economía y nuestra diplomacia hasta el poder de nuestros ideales, incluidas sus limitaciones.


Aída María Holguín Baeza

laecita.wordpress.com

laecita@gmail.com


Maniáticos injerencistas, retrógradas, desinformados y borregos. Así es como el autoproclamado “Gobierno de la Cuarta Transformación” se refirió a los diputados del Parlamento Europeo.

Como ya se sabe, eso sucedió luego de que el Parlamento Europeo pidió a las autoridades mexicanas que garanticen la protección y la creación de un entorno seguro para periodistas y defensores de los derechos humanos. Luego, como ya casi todo el mundo lo sabe, el gobierno de la cuatro-te emitió el comunicado 2249 que, en resumen, refleja la incapacidad diplomática del gobierno de la 4T.

Así, con ese comunicado, Andrés Manuel López Obrador evidenció, una vez más, su personalidad narcisista, su manía populista y, por supuesto, su pobreza diplomática. Trastornos que, por obvias razones, imperan y trascienden en el gobierno de la cuatro-te.

Tanta es la incapacidad diplomática del gobierno de la 4T, que ni el presidente López Obrador ni sus asesores pudieron redactar un comunicado a la altura que la situación demandaba y ameritaba. Tanta es su incompetencia diplomática, que no les “cayó el 20” de que el comunicado no iba dirigido al “pueblo bueno y sabio” de México, sino al Parlamento Europeo; es decir, a 705 diputados electos en los 27 estados miembros de la Unión Europea ampliada.

Tanta es la incapacidad diplomática del gobierno de la 4T que no entiende que, como bien lo han señalado diversas organizaciones civiles nacionales e internacionales, su respuesta al Parlamento Europeo debilita alianzas y la cooperación con la UE.

Tanta es la incapacidad diplomática del gobierno de la 4T que no asimila que, como bien lo dijo Noah Feldman, si bien en una era ideológica la diplomacia puede parecer débil y prosaica, a veces es todo lo que tenemos.

Pero claro, tratándose de un populista empedernido como lo es Andrés Manuel López Obrador y compañía, para él el ya famoso comunicado no es producto de la incapacidad diplomática de su gobierno, sino de su brillante desempeño como cuarto transformador del país (eso es lo que él cree) y por eso está orgulloso de haber ayudado a redactar el comunicado en cuestión (cuánta razón tenía David Gauke al decir que la voluntad de los políticos de decir lo que creen que el público quiere escuchar, y la voluntad de gran parte del público de creer lo que les dicen los políticos populistas ha llevado al deterioro del discurso público, y a la degradación de la diplomacia -eso último lo digo yo-).

El caso es que, sin duda alguna, es urgente, justo y necesario que el presidente López Obrador y su gobierno sean menos populistas y más diplomáticos porque, de lo contrario, en México no habrá progreso ni prosperidad ni justicia ni bienestar.

En esta ocasión, concluyo parafraseando lo dicho -en otro contexto- por Joe Sestak: Nuestro país necesita desesperadamente un presidente con una profunda experiencia global y una comprensión de todos los elementos del poder de nuestra nación, desde nuestra economía y nuestra diplomacia hasta el poder de nuestros ideales, incluidas sus limitaciones.


Aída María Holguín Baeza

laecita.wordpress.com

laecita@gmail.com