/ martes 11 de junio de 2024

Hechos y criterios | Ética periodística

Acabamos de celebrar en nuestro país el “Día de la Libertad de Expresión”, nacido el 7 de junio de 1951 como “Día de la Libertad de Prensa” bajo la presidencia Miguel Alemán Valdés, por iniciativa de editores de periódicos de ese entonces, especialmente del empresario y militar José García Valseca, quien era dueño de una de las cadenas de periódicos más importantes de nuestro suelo. En 1976 el presidente Luis Echeverría Álvarez aprovechó la fecha para instituir el Premio Nacional de Periodismo.

Si la libertad de expresión es importante para todos, los que ejercen el periodismo tienen una responsabilidad grande al escribir, hablar en los medios u opinar sobre diversos temas que pueden impactar a la sociedad en su conjunto. Exponemos algunos puntos interesantes.

El periodismo es una técnica al servicio de la verdad y del bien. Es la base de lo que viene luego. Dicho así parece sencillo, pero no lo es. La práctica periodística a través de los diversos medios de comunicación (prensa, radio, televisión y otros) muchas veces no se orienta por esos dos grandes puntales. Por el contrario, a veces se deforman los hechos, se dan versiones parciales de las noticias, se hace caso de rumores, se citan fuentes inciertas, se escriben o transmiten medias verdades o verdades a medias, se defienden posturas en contra del bien público o del bien común.

Es verdad que existe un periodismo honesto, veraz, trascendente y defensor de las mejores causas de la opinión pública, pero también es cierto que hay otro que oculta hechos, manipula la información, busca más el lucro y el poder que la exposición y defensa de los principios o el servicio a los demás, o utiliza el impacto de la palabra y la imagen para lanzar denuestos o maquillar la verdad.

Ese compromiso con la verdad es el primer deber de un buen periodista. Otro es el servicio a la comunidad, como responsabilidad social. Escritos, voces e imágenes periodísticas no son cosas privadas; son abiertos, para todos. De ahí se deduce el respeto al público en la expresión y el lenguaje. También el respeto a la vida íntima de los protagonistas de un acontecimiento. A veces se exponen a la luz situaciones privadas que no tienen que ver con los hechos.

El periodismo informativo debe ser objetivo. Una noticia no puede ni debe contener juicios, lo que no pocas veces pasa. Los juicios se dan en otros géneros periodísticos (editorial, artículo de fondo u opinión, crítica, entrevista, columna, etc.), pero no en las noticias cuyo principal objetivo es informar, no cuestionar.

Ojalá que quienes se dedican al periodismo en cualquiera de sus facetas tomen en cuenta lo anterior, y lectores o espectadores estén atentos al respecto, en esas y otras indicaciones que por falta de espacio no señalamos.. ¿Lo ven?


Ingeniero civil. Articulista

Correo: rasak44@hotmail.com


Acabamos de celebrar en nuestro país el “Día de la Libertad de Expresión”, nacido el 7 de junio de 1951 como “Día de la Libertad de Prensa” bajo la presidencia Miguel Alemán Valdés, por iniciativa de editores de periódicos de ese entonces, especialmente del empresario y militar José García Valseca, quien era dueño de una de las cadenas de periódicos más importantes de nuestro suelo. En 1976 el presidente Luis Echeverría Álvarez aprovechó la fecha para instituir el Premio Nacional de Periodismo.

Si la libertad de expresión es importante para todos, los que ejercen el periodismo tienen una responsabilidad grande al escribir, hablar en los medios u opinar sobre diversos temas que pueden impactar a la sociedad en su conjunto. Exponemos algunos puntos interesantes.

El periodismo es una técnica al servicio de la verdad y del bien. Es la base de lo que viene luego. Dicho así parece sencillo, pero no lo es. La práctica periodística a través de los diversos medios de comunicación (prensa, radio, televisión y otros) muchas veces no se orienta por esos dos grandes puntales. Por el contrario, a veces se deforman los hechos, se dan versiones parciales de las noticias, se hace caso de rumores, se citan fuentes inciertas, se escriben o transmiten medias verdades o verdades a medias, se defienden posturas en contra del bien público o del bien común.

Es verdad que existe un periodismo honesto, veraz, trascendente y defensor de las mejores causas de la opinión pública, pero también es cierto que hay otro que oculta hechos, manipula la información, busca más el lucro y el poder que la exposición y defensa de los principios o el servicio a los demás, o utiliza el impacto de la palabra y la imagen para lanzar denuestos o maquillar la verdad.

Ese compromiso con la verdad es el primer deber de un buen periodista. Otro es el servicio a la comunidad, como responsabilidad social. Escritos, voces e imágenes periodísticas no son cosas privadas; son abiertos, para todos. De ahí se deduce el respeto al público en la expresión y el lenguaje. También el respeto a la vida íntima de los protagonistas de un acontecimiento. A veces se exponen a la luz situaciones privadas que no tienen que ver con los hechos.

El periodismo informativo debe ser objetivo. Una noticia no puede ni debe contener juicios, lo que no pocas veces pasa. Los juicios se dan en otros géneros periodísticos (editorial, artículo de fondo u opinión, crítica, entrevista, columna, etc.), pero no en las noticias cuyo principal objetivo es informar, no cuestionar.

Ojalá que quienes se dedican al periodismo en cualquiera de sus facetas tomen en cuenta lo anterior, y lectores o espectadores estén atentos al respecto, en esas y otras indicaciones que por falta de espacio no señalamos.. ¿Lo ven?


Ingeniero civil. Articulista

Correo: rasak44@hotmail.com