/ jueves 1 de noviembre de 2018

Hoplesli divoided’uyú (2ª de 3 partes)

Decía en la entrega anterior que las clases de inglés no me han servido para maldita la cosa y que sufrí como loco con un montón de canciones de las que no entendía ni el nombre; ahí tiene usted, por no ir más lejos, la canción
que le sirve de título a estas líneas yOlivia Newton-John inmortalizó enVaselinaque lo más cerca que estuve de entender fue con la puesta en escena a cargo de Julissa; y que don Raúl Velasco (q.e.p.d.) nos hizo el favor de pasar alguna tarde en su famoso “Siempre en domingo”.

Aquí un obligado paréntesis: definitivamente ya di el “viejazo”; no me explico de otro modo cómo es que extraño ese programa que en mi infancia, espectador obligado por mi santa madre en casa de mi tía Socorro, odié con todas las fuerzas de mi alma.

Pues bien, como queda dicho, durante casi tres décadas me estuve devanando los sesos queriendo saber qué significaba eso de “Hopelessly Devoted to You” y nada; claro que no todo es culpa de mi ignorancia idiomática ejemplar—sus buenos pesos se gastaron Lola y mi hermana Patty en sus intentos para que yo aprendiera inglés—, pero llegaron Rigo Tovar y elBukia estorbarnos el negocio y todo se fue al carajo porque ya después de oír “Oh qué gusto de volverte a ver” y “Mi Najayita”, ¿quién diablos va a estar pensando en gentes cuyos nombres se nos atoran en mitad de la garganta? Antes bien era asunto de ir a sacudir el esqueleto entre gustosos estertores en lugar de ir a memorizar el listononón de verbos irregulares de los que sigo sin entendernotding; es más, al día de hoy, no tengo muy claro si “aiam da best” es: “Yo soy el mejor” o “yo soy una bestia”; y, por si las dudas, ni pregunto.



Pues bien, hablando de escaso entendimiento y de ignorancia supina, ahí tiene usted que la imbecilidad se impuso; la burla de la “consulta pública” por el asunto del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) terminó donde era previsible desde el principio que iba a terminar: se cancela el proyecto.



Cabe preguntarse, como la secuela del título de una película de terror (a propósito de estas fechas): ¿Consulta? ¿Pública? ¿En México?Tenemos casi doscientos años de vida “independiente” y lo cierto es que, tratándose de consultas públicas, de cualquier tipo y con las electorales a la cabeza, la única palabra capaz de resumir esa experiencia es la de “fraude”; cualquier otra afirmación que se diga a ese respecto es pura ignorancia o festiva demagogia. Por eso no hay nada más risible ni más idiota que esa memez a cargo de Andrés Manuel que, además y para colmo, amenaza con repetirse hasta la náusea y someter a “consulta” cualquier otra estupidez que se le ocurra; sin ir más lejos, el despropósito del “Tren Maya”.



¿Asegunes de esta determinación? Muchos. Por lo pronto y rapidito, la afirmación de AMLO de que se ahorrarán cien mil millones de pesos no es clara; eso dice él;pero no explica qué va a pasar con las inversiones ya hechas; según cálculos preliminares, puede haber gastos no recuperables por cerca de 40 mil millones de pesos; en tanto que el actual secretario de Comunicaciones insiste: “El costo de cancelar la construcción del NAIM será de 100,000 millones de pesos”;así las cosas: ¿El ahorro de los cien mil millones es después de pagar las pérdidas por cien mil millones? ¿O los cien mil millones de ahorro se compensan con los cien mil millones de pérdida?Aunque parezca trabalenguas no es una pregunta ociosa.



Continuará…



Contácteme a través de mi correo electrónico o sígame en los medios que gentilmente me publican, en Facebooko también en mi blog:http://unareflexionpersonal.wordpress.com/



luvimo6608@gmail.com,luvimo6614@hotmail.com



Decía en la entrega anterior que las clases de inglés no me han servido para maldita la cosa y que sufrí como loco con un montón de canciones de las que no entendía ni el nombre; ahí tiene usted, por no ir más lejos, la canción
que le sirve de título a estas líneas yOlivia Newton-John inmortalizó enVaselinaque lo más cerca que estuve de entender fue con la puesta en escena a cargo de Julissa; y que don Raúl Velasco (q.e.p.d.) nos hizo el favor de pasar alguna tarde en su famoso “Siempre en domingo”.

Aquí un obligado paréntesis: definitivamente ya di el “viejazo”; no me explico de otro modo cómo es que extraño ese programa que en mi infancia, espectador obligado por mi santa madre en casa de mi tía Socorro, odié con todas las fuerzas de mi alma.

Pues bien, como queda dicho, durante casi tres décadas me estuve devanando los sesos queriendo saber qué significaba eso de “Hopelessly Devoted to You” y nada; claro que no todo es culpa de mi ignorancia idiomática ejemplar—sus buenos pesos se gastaron Lola y mi hermana Patty en sus intentos para que yo aprendiera inglés—, pero llegaron Rigo Tovar y elBukia estorbarnos el negocio y todo se fue al carajo porque ya después de oír “Oh qué gusto de volverte a ver” y “Mi Najayita”, ¿quién diablos va a estar pensando en gentes cuyos nombres se nos atoran en mitad de la garganta? Antes bien era asunto de ir a sacudir el esqueleto entre gustosos estertores en lugar de ir a memorizar el listononón de verbos irregulares de los que sigo sin entendernotding; es más, al día de hoy, no tengo muy claro si “aiam da best” es: “Yo soy el mejor” o “yo soy una bestia”; y, por si las dudas, ni pregunto.



Pues bien, hablando de escaso entendimiento y de ignorancia supina, ahí tiene usted que la imbecilidad se impuso; la burla de la “consulta pública” por el asunto del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM) terminó donde era previsible desde el principio que iba a terminar: se cancela el proyecto.



Cabe preguntarse, como la secuela del título de una película de terror (a propósito de estas fechas): ¿Consulta? ¿Pública? ¿En México?Tenemos casi doscientos años de vida “independiente” y lo cierto es que, tratándose de consultas públicas, de cualquier tipo y con las electorales a la cabeza, la única palabra capaz de resumir esa experiencia es la de “fraude”; cualquier otra afirmación que se diga a ese respecto es pura ignorancia o festiva demagogia. Por eso no hay nada más risible ni más idiota que esa memez a cargo de Andrés Manuel que, además y para colmo, amenaza con repetirse hasta la náusea y someter a “consulta” cualquier otra estupidez que se le ocurra; sin ir más lejos, el despropósito del “Tren Maya”.



¿Asegunes de esta determinación? Muchos. Por lo pronto y rapidito, la afirmación de AMLO de que se ahorrarán cien mil millones de pesos no es clara; eso dice él;pero no explica qué va a pasar con las inversiones ya hechas; según cálculos preliminares, puede haber gastos no recuperables por cerca de 40 mil millones de pesos; en tanto que el actual secretario de Comunicaciones insiste: “El costo de cancelar la construcción del NAIM será de 100,000 millones de pesos”;así las cosas: ¿El ahorro de los cien mil millones es después de pagar las pérdidas por cien mil millones? ¿O los cien mil millones de ahorro se compensan con los cien mil millones de pérdida?Aunque parezca trabalenguas no es una pregunta ociosa.



Continuará…



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