/ lunes 6 de mayo de 2024

La República Restaurada: La Doctrina Monroe y el Concepto de América para los Americanos

Cesar M. Fernández

La celebración de la Batalla de Puebla en México es conocida, pero es crucial comprender por qué los estadounidenses también la conmemoran. El 5 de mayo marca la victoria de un ejército mexicano compuesto por alrededor de 5,000 soldados y voluntarios civiles, quienes, pese a estar en desventaja numérica y de armamento, lograron derrotar a casi 8,000 soldados franceses. Esta hazaña se atribuye a la táctica de Ignacio Zaragoza y a la valentía de Porfirio Díaz, quien a menudo es marginado en la historiografía del 5 de Mayo.

En 1862, Francia, junto con Inglaterra y España, invadieron México debido a la suspensión de pagos de la deuda externa de México por parte de Benito Juárez, presidente en ese momento. Tras negociar con Inglaterra y España, quienes se retiraron tras acordar condiciones de pago, Francia persistió bajo la influencia de Napoleón III, quien con el apoyo de los conservadores mexicanos quienes por años habían intrigado en las cortes europeas aprovechó la guerra civil en Estados Unidos el principal aliado de México para instaurar un imperio con Maximiliano como emperador.

Napoleón aspiraba a frenar el ascenso de Abraham Lincoln y el posicionamiento de Estados Unidos como potencia mundial, incluso proponiendo la creación de un país al sur de EE. UU., ya sea fortaleciendo a México o fundando una nación como la República de Río Grande la cual nunca fue reconocida por México. Sin embargo, este echo nos lleva a comprender el contexto de la revolución industrial y el imperialismo en Europa, donde las potencias competían por colonias y recursos, despertando interés en América por parte de españoles, ingleses y franceses.

El enfoque de Juárez se centró en recuperar los territorios controlados por los conservadores y evitar enfrentamientos directos con Napoleón III. Benito Juárez buscaba el respaldo de Estados Unidos, una nación que históricamente había defendido la soberanía de América frente a las potencias europeas. Estados Unidos, visionando su futuro como potencia emergente, respaldó a Benito Juárez durante su exilio en el norte de Chihuahua, manteniéndolo como presidente incluso en el exilio.

Durante este período, las tensiones entre diversas potencias europeas, incluida la Francia de Napoleón III, estuvieron a punto de desatar un conflicto bélico. Este escenario llevó al retiro del apoyo francés a Maximiliano de Habsburgo, lo que culminó en la expulsión final de los europeos de México. Incluso, la emperatriz Amalia Carlota buscó desesperadamente apoyo en Europa, pero su empresa fracasó y terminó en extrañas circunstancias.

La intervención francesa llegó a su fin con la captura y un juicio sumario al cual no asistió por encontrarse terriblemente enfermo una corte marcial dictó el fusilamiento de Maximiliano el 19 de junio de 1867 junto con el expresidente de México Miguel Miramón. Tras su ejecución, se restableció el sistema republicano en México y se abolió la monarquía, marcando el inicio del periodo histórico conocido como la República Restaurada . El intento de Napoleón III y Maximiliano representó el último esfuerzo de una potencia europea por dominar México, siendo los mexicanos, con ayuda de los estadounidenses, quienes lograron resistir y expulsar esta influencia extranjera.

Desde 1823, Estados Unidos había establecido bajo la Doctrina Monroe claramente que América era para los americanos, no para los europeos, enviando así un mensaje claro de autonomía frente a Europa. Esta política marcó un cambio en las relaciones internacionales, indicando que cualquier intervención europea en América se vería como una amenaza directa a Estados Unidos. A su vez, Estados Unidos se comprometía a no intervenir en los asuntos europeos, manteniendo el enfoque en su desarrollo como potencia mundial.

La victoria sobre los franceses en la Batalla de Puebla, el 5 de mayo, brindó la oportunidad de que México se consolidara como potencia, junto con Estados Unidos. Sin embargo, la oportunidad se desaprovechó, puesto que México caería en las manos severas del paternalismo porfirista lo que distanciaría ampliamente a México de Estados Unidos.

El 5 de mayo se celebra como el día de la consolidación de la Doctrina Monroe en la que finalmente los europeos quedaron excluidos de América, un logro significativo que a menudo no se destaca: fue México, y no Estados Unidos, el país que reafirmó esta doctrina estaunidence funcionando como un escudo. Esta victoria mexicana sobre la intervención extranjera representa un momento clave en la historia de México y Estados Unidos en la defensa de la soberanía de todo el continente americano frente a potencias extranjera europeas, ambos países compartieron la defensa de América del dominio europeo, aunque las narrativas históricas no siempre resalten este aspecto importante de la historia de las relaciones transatlánticas y binacionales.

Cesar M. Fernández

La celebración de la Batalla de Puebla en México es conocida, pero es crucial comprender por qué los estadounidenses también la conmemoran. El 5 de mayo marca la victoria de un ejército mexicano compuesto por alrededor de 5,000 soldados y voluntarios civiles, quienes, pese a estar en desventaja numérica y de armamento, lograron derrotar a casi 8,000 soldados franceses. Esta hazaña se atribuye a la táctica de Ignacio Zaragoza y a la valentía de Porfirio Díaz, quien a menudo es marginado en la historiografía del 5 de Mayo.

En 1862, Francia, junto con Inglaterra y España, invadieron México debido a la suspensión de pagos de la deuda externa de México por parte de Benito Juárez, presidente en ese momento. Tras negociar con Inglaterra y España, quienes se retiraron tras acordar condiciones de pago, Francia persistió bajo la influencia de Napoleón III, quien con el apoyo de los conservadores mexicanos quienes por años habían intrigado en las cortes europeas aprovechó la guerra civil en Estados Unidos el principal aliado de México para instaurar un imperio con Maximiliano como emperador.

Napoleón aspiraba a frenar el ascenso de Abraham Lincoln y el posicionamiento de Estados Unidos como potencia mundial, incluso proponiendo la creación de un país al sur de EE. UU., ya sea fortaleciendo a México o fundando una nación como la República de Río Grande la cual nunca fue reconocida por México. Sin embargo, este echo nos lleva a comprender el contexto de la revolución industrial y el imperialismo en Europa, donde las potencias competían por colonias y recursos, despertando interés en América por parte de españoles, ingleses y franceses.

El enfoque de Juárez se centró en recuperar los territorios controlados por los conservadores y evitar enfrentamientos directos con Napoleón III. Benito Juárez buscaba el respaldo de Estados Unidos, una nación que históricamente había defendido la soberanía de América frente a las potencias europeas. Estados Unidos, visionando su futuro como potencia emergente, respaldó a Benito Juárez durante su exilio en el norte de Chihuahua, manteniéndolo como presidente incluso en el exilio.

Durante este período, las tensiones entre diversas potencias europeas, incluida la Francia de Napoleón III, estuvieron a punto de desatar un conflicto bélico. Este escenario llevó al retiro del apoyo francés a Maximiliano de Habsburgo, lo que culminó en la expulsión final de los europeos de México. Incluso, la emperatriz Amalia Carlota buscó desesperadamente apoyo en Europa, pero su empresa fracasó y terminó en extrañas circunstancias.

La intervención francesa llegó a su fin con la captura y un juicio sumario al cual no asistió por encontrarse terriblemente enfermo una corte marcial dictó el fusilamiento de Maximiliano el 19 de junio de 1867 junto con el expresidente de México Miguel Miramón. Tras su ejecución, se restableció el sistema republicano en México y se abolió la monarquía, marcando el inicio del periodo histórico conocido como la República Restaurada . El intento de Napoleón III y Maximiliano representó el último esfuerzo de una potencia europea por dominar México, siendo los mexicanos, con ayuda de los estadounidenses, quienes lograron resistir y expulsar esta influencia extranjera.

Desde 1823, Estados Unidos había establecido bajo la Doctrina Monroe claramente que América era para los americanos, no para los europeos, enviando así un mensaje claro de autonomía frente a Europa. Esta política marcó un cambio en las relaciones internacionales, indicando que cualquier intervención europea en América se vería como una amenaza directa a Estados Unidos. A su vez, Estados Unidos se comprometía a no intervenir en los asuntos europeos, manteniendo el enfoque en su desarrollo como potencia mundial.

La victoria sobre los franceses en la Batalla de Puebla, el 5 de mayo, brindó la oportunidad de que México se consolidara como potencia, junto con Estados Unidos. Sin embargo, la oportunidad se desaprovechó, puesto que México caería en las manos severas del paternalismo porfirista lo que distanciaría ampliamente a México de Estados Unidos.

El 5 de mayo se celebra como el día de la consolidación de la Doctrina Monroe en la que finalmente los europeos quedaron excluidos de América, un logro significativo que a menudo no se destaca: fue México, y no Estados Unidos, el país que reafirmó esta doctrina estaunidence funcionando como un escudo. Esta victoria mexicana sobre la intervención extranjera representa un momento clave en la historia de México y Estados Unidos en la defensa de la soberanía de todo el continente americano frente a potencias extranjera europeas, ambos países compartieron la defensa de América del dominio europeo, aunque las narrativas históricas no siempre resalten este aspecto importante de la historia de las relaciones transatlánticas y binacionales.