/ martes 21 de noviembre de 2023

Las carencias alimentarias, acentuadas por el cambio climático

En México, el 18.2% de la población, que asciende a 23.4 millones de personas, padecen carencia por acceso a una alimentación nutritiva y de calidad, esta situación correlacionada con que 56.1 millones de personas, correspondan a población con ingreso inferior a la línea de pobreza por ingresos, y que, 15.5 millones de personas, (con cifras al año 2022) correspondan a personas con ingreso inferior a la línea de pobreza extrema por ingresos, muestran en su conjunto privación social y afectación al bienestar económico, de un sector considerable de la población de nuestro país. En ese sentido, en nuestro país hay hogares que presenten un grado de inseguridad alimentaria moderada o severa, o presenten limitación en el consumo de alimentos, donde tenemos que considerar que la definición de seguridad alimentaria evolucionó para destacar el acceso a los alimentos más que la disponibilidad de éstos; de acuerdo con la FAO, “Hay seguridad alimentaria cuando todas las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias en cuanto a los alimentos, a fin de llevar una vida activa y sana”.

El aspecto positivo en nuestro país, es que esta carencia ha ido decreciendo de 27.5 millones de personas en el año de 2018 y 28.6 millones de personas en el año 2020 a a 23.4 millones de personas en la medición del año 2022.

A nivel global, la Organización de las Naciones Unidas, ONU, en su Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, en su Objetivo 2 para el Desarrollo Sostenible, denominado “Hambre Cero”, en sus datos relevantes señaló que “una de cada nueve personas en el mundo está subalimentada en la actualidad, esto es, alrededor de 815 millones de personas en el mundo”. Más recientemente, el Global Hunger Index, GHI 2023 (Índice Global del Hambre), señala que “El aumento de los puntajes del GHI para América Latina y el Caribe entre 2015 y 2023 es particularmente preocupante. Señala que es la única región cuyas puntuaciones en el GHI han aumentado en este período”.

En el caso del Estado de Chihuahua, la carencia por acceso a la alimentación nutritiva y de calidad disminuyó 4.6 puntos porcentuales entre 2018 y 2020, al pasar de 18.1 % a 13.5 %. En términos absolutos, representó una disminución de 159,889 personas con carencia por acceso a la alimentación para 2020; sin embargo, en ese mismo año, entre los municipios con los mayores porcentajes de población con carencia de acceso a la alimentación, son: Balleza 50.1%, Guachochi 45.8%, Morelos 45.6%, Batopilas 40.7 y Uruachi 38.7%, lo que constituye un foco rojo, que hay que prestarle atención.

Para el pasado año 2022, el monto total de personas con carencia por acceso a la alimentación en el Estado de Chihuahua ascendió a 370.6 miles de personas.

El cambio climático, derivado del calentamiento global es una amenaza que podría repercutir en el número de personas con carencia alimentaria, actualmente en gran parte del país y en la totalidad del territorio estatal de Chihuahua, está inmerso en una situación de sequía, cuya intensidad es mayormente de condición severa y extrema, lo que provoca mermas en la producción de los cultivos de granos básicos.

Cabe señalar, que en los meses del verano pasado se presentaron casos de niños desnutridos en la Sierra Tarahumara, los cuales recibieron atención médica y, que, en este mes de noviembre, el Gobierno del Estado entregó 64 toneladas de alimentos a familias en Chínipas y Guazapares

Posdata: El cambio climático, requiere con premura, la formulación e implementación de políticas públicas apropiadas y pertinentes.

pravilacota11@gmail.com,

@PR_Avila

Economista, Doctorado en Administración Pública y Profesor de Asignaturas en la Facultades de Economía Internacional y Contaduría y Administración de la Universidad Autónoma de Chihuahua.


Economista. Profesor de la Facultad de Contaduría y Administración de la UACh

pravilacota11@gmail.com


En México, el 18.2% de la población, que asciende a 23.4 millones de personas, padecen carencia por acceso a una alimentación nutritiva y de calidad, esta situación correlacionada con que 56.1 millones de personas, correspondan a población con ingreso inferior a la línea de pobreza por ingresos, y que, 15.5 millones de personas, (con cifras al año 2022) correspondan a personas con ingreso inferior a la línea de pobreza extrema por ingresos, muestran en su conjunto privación social y afectación al bienestar económico, de un sector considerable de la población de nuestro país. En ese sentido, en nuestro país hay hogares que presenten un grado de inseguridad alimentaria moderada o severa, o presenten limitación en el consumo de alimentos, donde tenemos que considerar que la definición de seguridad alimentaria evolucionó para destacar el acceso a los alimentos más que la disponibilidad de éstos; de acuerdo con la FAO, “Hay seguridad alimentaria cuando todas las personas tienen en todo momento acceso físico y económico a suficientes alimentos inocuos y nutritivos para satisfacer sus necesidades alimenticias y sus preferencias en cuanto a los alimentos, a fin de llevar una vida activa y sana”.

El aspecto positivo en nuestro país, es que esta carencia ha ido decreciendo de 27.5 millones de personas en el año de 2018 y 28.6 millones de personas en el año 2020 a a 23.4 millones de personas en la medición del año 2022.

A nivel global, la Organización de las Naciones Unidas, ONU, en su Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible, en su Objetivo 2 para el Desarrollo Sostenible, denominado “Hambre Cero”, en sus datos relevantes señaló que “una de cada nueve personas en el mundo está subalimentada en la actualidad, esto es, alrededor de 815 millones de personas en el mundo”. Más recientemente, el Global Hunger Index, GHI 2023 (Índice Global del Hambre), señala que “El aumento de los puntajes del GHI para América Latina y el Caribe entre 2015 y 2023 es particularmente preocupante. Señala que es la única región cuyas puntuaciones en el GHI han aumentado en este período”.

En el caso del Estado de Chihuahua, la carencia por acceso a la alimentación nutritiva y de calidad disminuyó 4.6 puntos porcentuales entre 2018 y 2020, al pasar de 18.1 % a 13.5 %. En términos absolutos, representó una disminución de 159,889 personas con carencia por acceso a la alimentación para 2020; sin embargo, en ese mismo año, entre los municipios con los mayores porcentajes de población con carencia de acceso a la alimentación, son: Balleza 50.1%, Guachochi 45.8%, Morelos 45.6%, Batopilas 40.7 y Uruachi 38.7%, lo que constituye un foco rojo, que hay que prestarle atención.

Para el pasado año 2022, el monto total de personas con carencia por acceso a la alimentación en el Estado de Chihuahua ascendió a 370.6 miles de personas.

El cambio climático, derivado del calentamiento global es una amenaza que podría repercutir en el número de personas con carencia alimentaria, actualmente en gran parte del país y en la totalidad del territorio estatal de Chihuahua, está inmerso en una situación de sequía, cuya intensidad es mayormente de condición severa y extrema, lo que provoca mermas en la producción de los cultivos de granos básicos.

Cabe señalar, que en los meses del verano pasado se presentaron casos de niños desnutridos en la Sierra Tarahumara, los cuales recibieron atención médica y, que, en este mes de noviembre, el Gobierno del Estado entregó 64 toneladas de alimentos a familias en Chínipas y Guazapares

Posdata: El cambio climático, requiere con premura, la formulación e implementación de políticas públicas apropiadas y pertinentes.

pravilacota11@gmail.com,

@PR_Avila

Economista, Doctorado en Administración Pública y Profesor de Asignaturas en la Facultades de Economía Internacional y Contaduría y Administración de la Universidad Autónoma de Chihuahua.


Economista. Profesor de la Facultad de Contaduría y Administración de la UACh

pravilacota11@gmail.com