/ viernes 11 de febrero de 2022

Producto Interno Bruto vs el Índice de Desarrollo Humano

Estimados lectores, hoy me dirijo a ustedes, apelando un poco al ejercicio economista, como bien saben, entre los indicadores económicos de un país tenemos el Producto Interno Bruto Percápita que prácticamente es dividir el tamaño de la economía de un país entre sus habitantes. México, siendo la economía número 15 del mundo, tiene un percapita que nos ubica en la posición número 68 según el Banco Mundial, sin embargo, esta definición es genérica y no expresa la realidad de la sociedad dada la desigualdad en países como los de América Latina, en ese sentido se desarrolló el índice de desarrollo humano y vale la pena establecer algunos criterios importantes para entender este indicador.

El punto de partida para hablar de desarrollo en un país, tiene que ver con aquellos aspectos que son inherentes al ser humano, es decir que ningún individuo decidió o tuvo como opción, pero qué le impactan directamente en su vida y en sus posibilidades; y para ello podemos citar algunos ejemplos:

Ningún ser humano decide donde nacer y en consecuencia su nacionalidad, tampoco decide su género, la clase social, su etnia, y mucho menos, si nace en una zona urbana o en una zona rural, No obstante, estos elementos condicionan el resto de su vida, tal es el caso de un niño que nace en un hospital privado de San Pedro Garza García en la zona urbana de Monterrey, en definitiva, tiene una expectativa de vida muy diferente al de una niña que nace en una comunidad indígena en la sierra de Oaxaca o en las barrancas de Chihuahua, y esta realidad marca el destino de muchos seres humanos en México y en el mundo.

Los individuos somos juzgados por situaciones que no definimos y millones de personas sufren discriminación por el color de su piel, por su nacionalidad, por su género o por venir de zonas de alta marginación, sin embargo, son condiciones inherentes al ser humano y el verdadero objetivo es como se puede salir de una situación de marginación y crear un destino de progreso y de mejora de calidad de vida.

Es por ello, que se considera que estos elementos deben ser el principal juicio en términos económicos para un país: las condiciones de acceso a la justicia, la educación, la salud que permitan que los más desfavorecidos puedan avanzar y alcanzar una media de calidad de vida, y no aquellos parámetros, en donde se toma a consideración el lugar de nacimiento, que condicionan el destino de las personas y su situación permanente de marginación.

Aquellos países que sobresalen en el IDH (Índice de Desarrollo Humano) como Noruega, Finlandia, Dinamarca, Canada, Nueva Zelanda entre otros, son precisamente donde el ,estado brinda las condiciones de igualdad en oportunidades educativas de salud, de justicia y ello permite nivelar las posibilidades de un individuo a progresar más allá de las condiciones en las cuales vino a este mundo.

Los países que se encuentran al final de la tabla son aquellos donde las circunstancias en las que naces, que repito no tienen nada que ver con tu decisión, marcan tu destino y te condenan a vivir en la marginación. Y que en muchos países se generan instrumentos de transferencias directas que apoyan a la supervivencia, pero que no permiten escalar y salir de esa situación de rezago y necesidad continua.



En ese sentido el índice de desarrollo humano catalogado por Naciones Unidas como el mejor indicador para medir las posibilidades de un país para avanzar independientemente de los factores cualitativos y de entorno, es un termómetro crucial para establecer metas y políticas públicas de desarrollo y calidad de vida.

Hoy en día México ocupa la posición número 76 en este indicador, muy por debajo para la decimoquinta economía del mundo, y en los últimos años hemos perdido alrededor de 6 sitios en este ranking, por ello es urgente evaluar la eficiencia de los programas de asistencia y establecer en base a los indicadores de Naciones Unidas las áreas de oportunidad en materia de política pública de Desarrollo.

Maestro en internacionalizacion del desarrollo local y diputado por el PRI


Estimados lectores, hoy me dirijo a ustedes, apelando un poco al ejercicio economista, como bien saben, entre los indicadores económicos de un país tenemos el Producto Interno Bruto Percápita que prácticamente es dividir el tamaño de la economía de un país entre sus habitantes. México, siendo la economía número 15 del mundo, tiene un percapita que nos ubica en la posición número 68 según el Banco Mundial, sin embargo, esta definición es genérica y no expresa la realidad de la sociedad dada la desigualdad en países como los de América Latina, en ese sentido se desarrolló el índice de desarrollo humano y vale la pena establecer algunos criterios importantes para entender este indicador.

El punto de partida para hablar de desarrollo en un país, tiene que ver con aquellos aspectos que son inherentes al ser humano, es decir que ningún individuo decidió o tuvo como opción, pero qué le impactan directamente en su vida y en sus posibilidades; y para ello podemos citar algunos ejemplos:

Ningún ser humano decide donde nacer y en consecuencia su nacionalidad, tampoco decide su género, la clase social, su etnia, y mucho menos, si nace en una zona urbana o en una zona rural, No obstante, estos elementos condicionan el resto de su vida, tal es el caso de un niño que nace en un hospital privado de San Pedro Garza García en la zona urbana de Monterrey, en definitiva, tiene una expectativa de vida muy diferente al de una niña que nace en una comunidad indígena en la sierra de Oaxaca o en las barrancas de Chihuahua, y esta realidad marca el destino de muchos seres humanos en México y en el mundo.

Los individuos somos juzgados por situaciones que no definimos y millones de personas sufren discriminación por el color de su piel, por su nacionalidad, por su género o por venir de zonas de alta marginación, sin embargo, son condiciones inherentes al ser humano y el verdadero objetivo es como se puede salir de una situación de marginación y crear un destino de progreso y de mejora de calidad de vida.

Es por ello, que se considera que estos elementos deben ser el principal juicio en términos económicos para un país: las condiciones de acceso a la justicia, la educación, la salud que permitan que los más desfavorecidos puedan avanzar y alcanzar una media de calidad de vida, y no aquellos parámetros, en donde se toma a consideración el lugar de nacimiento, que condicionan el destino de las personas y su situación permanente de marginación.

Aquellos países que sobresalen en el IDH (Índice de Desarrollo Humano) como Noruega, Finlandia, Dinamarca, Canada, Nueva Zelanda entre otros, son precisamente donde el ,estado brinda las condiciones de igualdad en oportunidades educativas de salud, de justicia y ello permite nivelar las posibilidades de un individuo a progresar más allá de las condiciones en las cuales vino a este mundo.

Los países que se encuentran al final de la tabla son aquellos donde las circunstancias en las que naces, que repito no tienen nada que ver con tu decisión, marcan tu destino y te condenan a vivir en la marginación. Y que en muchos países se generan instrumentos de transferencias directas que apoyan a la supervivencia, pero que no permiten escalar y salir de esa situación de rezago y necesidad continua.



En ese sentido el índice de desarrollo humano catalogado por Naciones Unidas como el mejor indicador para medir las posibilidades de un país para avanzar independientemente de los factores cualitativos y de entorno, es un termómetro crucial para establecer metas y políticas públicas de desarrollo y calidad de vida.

Hoy en día México ocupa la posición número 76 en este indicador, muy por debajo para la decimoquinta economía del mundo, y en los últimos años hemos perdido alrededor de 6 sitios en este ranking, por ello es urgente evaluar la eficiencia de los programas de asistencia y establecer en base a los indicadores de Naciones Unidas las áreas de oportunidad en materia de política pública de Desarrollo.

Maestro en internacionalizacion del desarrollo local y diputado por el PRI