Me refiero a #RemediosSolidarios, donde le decimos de nueva cuenta al Presidente: “Aquí estamos, listos, nosotros sí queremos que los trabajadores conserven sus espacios laborales y puedan llevar sustento a sus casas. Nosotros sí queremos que el país crezca, que todos nos superemos, que podamos darle un mejor nivel de vida a nuestros hijos del que recibimos de nuestros padres”.
Y lo proponemos al gobierno porque los empresarios sabemos respetar la investidura del primer mandatario, sin embargo esto no quiere decir que estemos doblegados hacia él; sabemos que hay otras vías para proyectar esta iniciativa con sentido empresarial y social, sin embargo vamos paso a paso, primero lo primero, como se dice.
#RemediosSolidarios es una propuesta evolucionada de #SalarioSolidario, que propusimos también al Presidente en el mes de mayo y que, como pudimos darnos cuenta, ese personaje desestimó la necesidad de miles de mexicanos que necesitaban del apoyo de su gobierno para garantizar ingresos para sus familias.
En ese momento, los empresarios que por su condición pudieron seguir pagando salarios a los colaboradores, le hicieron la chamba al Presidente, sin embargo ya es tiempo de que el gobierno federal propicie las condiciones necesarias para que el sector empresarial reinicie la generación de empleo de calidad.
Es aquí donde entra #RemediosSolidarios, propuesta conformada por tres vertientes: el #SalarioSolidario, del cual ya hemos hablado en varias ocasiones; el #SeguroSolidario, un apoyo equivalente a un salario mínimo general ($3,696.6) para todos los trabajadores formales que hayan perdido su empleo; y el #BonoSolidario, que no es otra cosa que un incentivo para las empresas que generen empleo formal con salarios por encima del salario mínimo, con un tope de tres salarios mínimos de apoyo por parte del gobierno, por trabajador.
Consideramos que esta propuesta de Coparmex es totalmente sustentable, ya que representa menos del 1% del PIB nacional, con un monto estimado de los 204 mil millones de pesos, que el gobierno puede obtener de dos sencillas formas: la primera de ellas, buscando un crédito en una institución financiera que mejor convenga para las finanzas federales; la segunda, redireccionando recursos que ya están etiquetados para obras no esenciales como el Tren Maya, la refinería de Dos Bocas o el aeropuerto de Santa Lucía, entre otras.
Señor Presidente, para nada es descabellada esta propuesta; una vez más como sector, que siempre ha demostrado su compromiso hacia sus agremiados y los mexicanos en general, le preguntamos: ¿podemos llegar a un gran pacto nacional y poner todos nuestra parte para reactivar a nuestro país, en ésta que es y ha sido la crisis sanitaria y económica más grande de nuestra historia? o ¿le vamos a seguir haciendo la chamba?
