/ miércoles 3 de abril de 2024

Singapur, el milagro económico del libre mercado

Muchos países, especialmente aquellos con una orientación socialdemócrata populista, enfatizan el principio de equidad y aplicar políticas como impuestos progresivos fuertes, redistribución del ingreso y la riqueza, así como un generoso gasto social. El gobierno de Singapur rechazó tales propuestas por motivos pragmáticos, dañan el crecimiento económico y fomentan incentivos perversos, por ejemplo, que los medicamentos se desperdician si se distribuyen de forma totalmente gratuita. El rechazo de hacer los derechos sociales universales es un factor clave que explica las altas tasas de crecimiento económico de Singapur.

Sus principios se basan en la creencia de que debe preservarse la iniciativa individual. El discurso gubernamental es; “La ayuda social desde la cuna hasta la tumba embota la ambición de muchos empresarios en ciernes. Peor aún, los altos impuestos frenan el deseo de muchos de alcanzar la riqueza y el éxito”.

Singapur es la historia de una sociedad donde el deseo de ayudar a los pobres, no afecta los logros de los individuos emprendedores y que los daños del populismo pueden evitarse. Han aprovechado lo que Gran Bretaña dejó, el idioma inglés, el sistema legal, el gobierno parlamentario y la administración imparcial, pero han evitado las prácticas de un estado populista. Expresan que un gran pueblo se reduce a la mediocridad al nivelarlo hacia abajo. Los menos emprendedores y menos trabajadores no pueden ser igualados.

Por otro lado, la apertura económica de Singapur es bien conocida. Esto queda ilustrado por su importante volumen de comercio, especialmente cuando se expresa como porcentaje de su PIB, La apertura de Singapur no es simplemente una función del comercio de bienes y servicios, sino también de su postura favorable hacia la entrada de inversión extranjera directa.

El ser un Estado de mucha libertad económica, no impide que Singapur tenga un sistema de bienestar sólido y su piedra angular es el Fondo Central de Previsión (CPF). Si bien, comenzó simplemente como un plan de pensiones, ha incorporado innovaciones que lo han convertido en un ejemplo a seguir para otros países. En un momento en el que los estados de bienestar estaban en auge, el gobierno prefirió un modelo totalmente financiado por empleados y empleadores, para garantizar que los escasos fondos no se desperdiciaran. El Fondo CPF fue diseñado para proporcionar beneficios post-jubilación y seguridad financiera a través de un sistema de ahorro obligatorio. Al principio, en 1955 los trabajadores y empleadores contribuyeron con el 5% del salario, hasta un máximo del 50% durante 1984-85.

Los ahorros residuales de las aportaciones a las cuentas del CFP, pueden usarse para pagar la asistencia sanitaria, la educación y como seguro de desempleo, además financian la jubilación y pueden dejarse como herencia, eso mitiga los incentivos de las personas para utilizar la atención sanitaria y los servicios relacionados, de forma más intensiva y tal vez innecesariamente, de lo que lo harían de otra manera. Hay más gasto en generación de empleos que en servicios sociales.

Muchos países, especialmente aquellos con una orientación socialdemócrata populista, enfatizan el principio de equidad y aplicar políticas como impuestos progresivos fuertes, redistribución del ingreso y la riqueza, así como un generoso gasto social. El gobierno de Singapur rechazó tales propuestas por motivos pragmáticos, dañan el crecimiento económico y fomentan incentivos perversos, por ejemplo, que los medicamentos se desperdician si se distribuyen de forma totalmente gratuita. El rechazo de hacer los derechos sociales universales es un factor clave que explica las altas tasas de crecimiento económico de Singapur.

Sus principios se basan en la creencia de que debe preservarse la iniciativa individual. El discurso gubernamental es; “La ayuda social desde la cuna hasta la tumba embota la ambición de muchos empresarios en ciernes. Peor aún, los altos impuestos frenan el deseo de muchos de alcanzar la riqueza y el éxito”.

Singapur es la historia de una sociedad donde el deseo de ayudar a los pobres, no afecta los logros de los individuos emprendedores y que los daños del populismo pueden evitarse. Han aprovechado lo que Gran Bretaña dejó, el idioma inglés, el sistema legal, el gobierno parlamentario y la administración imparcial, pero han evitado las prácticas de un estado populista. Expresan que un gran pueblo se reduce a la mediocridad al nivelarlo hacia abajo. Los menos emprendedores y menos trabajadores no pueden ser igualados.

Por otro lado, la apertura económica de Singapur es bien conocida. Esto queda ilustrado por su importante volumen de comercio, especialmente cuando se expresa como porcentaje de su PIB, La apertura de Singapur no es simplemente una función del comercio de bienes y servicios, sino también de su postura favorable hacia la entrada de inversión extranjera directa.

El ser un Estado de mucha libertad económica, no impide que Singapur tenga un sistema de bienestar sólido y su piedra angular es el Fondo Central de Previsión (CPF). Si bien, comenzó simplemente como un plan de pensiones, ha incorporado innovaciones que lo han convertido en un ejemplo a seguir para otros países. En un momento en el que los estados de bienestar estaban en auge, el gobierno prefirió un modelo totalmente financiado por empleados y empleadores, para garantizar que los escasos fondos no se desperdiciaran. El Fondo CPF fue diseñado para proporcionar beneficios post-jubilación y seguridad financiera a través de un sistema de ahorro obligatorio. Al principio, en 1955 los trabajadores y empleadores contribuyeron con el 5% del salario, hasta un máximo del 50% durante 1984-85.

Los ahorros residuales de las aportaciones a las cuentas del CFP, pueden usarse para pagar la asistencia sanitaria, la educación y como seguro de desempleo, además financian la jubilación y pueden dejarse como herencia, eso mitiga los incentivos de las personas para utilizar la atención sanitaria y los servicios relacionados, de forma más intensiva y tal vez innecesariamente, de lo que lo harían de otra manera. Hay más gasto en generación de empleos que en servicios sociales.