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El feminismo no está peleado con la religión y tampoco hay que satanizar todos los feminismos, afirmó la doctora en Historia María Luisa Aspe, quien ha sido conferencista en los Encuentros de la Pontificia Comisión de América Latina sobre mujer e Iglesia.
En su visita a la capital, concedió una entrevista para El Heraldo de Chihuahua, donde enfatizó que no hay un solo feminismo, sino que hay varios y todos han aportado algo al desarrollo de la mujer.
La nueva ola o generación de feministas va a tomar los derechos, no va a rogar que se los den, pues los derechos humanos son inherentes a la personas, sin embargo el radicalismo o anarquismo insurreccional no debe tolerarse, son pequeños grupos que quieren sus derechos y los exigen por vía de la violencia, lo que es un riesgo en este entorno cada vez más violento.
Ella formó parte del II Seminario Internacional de Liderazgo Católico “Mujer en la vida pública”, que organiza la Academia de Líderes Católicos, donde abordó el tema de La mujer y los feminismos, ya que muchas personas piensan que el feminismo y la Iglesia Católica están en contra.
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Resaltó que hay una propuesta desde la Iglesia y desde el Papa Francisco sobre incidir en los problemas que tenemos todas las mujeres, entre ellos, la violencia de género y , el famoso techo de cristal que se refiere a que por el mismo cargo percibe más salario un hombre que una mujer.
Señala que la Iglesia Católica tiene rasgos culturales machistas, de acuerdo a su experiencia en el Vaticano afirma que la mujer tiene una postura secundaria, y cómo tratar de rescatar la idea de diferencia entre hombre y mujer pero igualdad de derechos.
Una de las cosas que resalta en la doctrina de la Iglesia sobre la mujer es la complementariedad, ya que no se trata de confrontar como muchos movimientos feministas lo hacen, sino se trata de decir cómo trabajamos en la complementariedad para una mejor sociedad y un ambiente más pacifico.
Diversos feminismos
A lo largo de la historia se han suscitado diversos feminismos, están los que defienden la dignidad de la persona y feminismos muy radicales que se ven en las marchas con las pintas a edificios, destrucción de infraestructura, lo que se le llama anarquismo insurreccional, pero hay elementos rescatables en todos esos feminismos.
Resaltó que la llamada tercera ola del feminismo, que se dio en la década de los ochenta habla de la interseccionalidad, empieza en Estados Unidos, con las mujeres afrodescendientes, quienes se preguntaban ¿de qué les servía ser feministas? Ya que contaban con una dirigencia blanca que las marginaba por ser mujeres, por ser negras y por ser pobres.
Por ello María Luisa rescata las múltiples discriminaciones que simultáneamente puede padecer una mujer y a ello se refiere la interseccionalidad que da la pauta para trabajar en políticas públicas para atender esos problemas.
Luego vinieron los feminismos que tienen que ver con el cuidado de la madre tierra, que también iniciaron con las mujeres africanas, pero que se puede ver con los pueblos originarios y los campesinos de México.
En África surgió el Movimiento Cinturón Verde, en inglés Green Belt Movement (GBM) fundado en 1977 por Wangari Maathai en colaboración con el Consejo Nacional de Mujeres de Kenia (NCWK), contando en la actualidad en Kenia con una red de más de 4,000 grupos comunitarios que plantan árboles y protegen el medio ambiente. Se distingue por darle relevancia al papel de la mujer y su entorno familiar, además de fomentar la igualdad de género.
En esos diversos feminismos, actualmente se ha dejado de ver a las feministas de antaño, para darle paso a las nuevas generaciones, hay grupos que son radicales y otros con participantes muy jóvenes que tienen mayor consciencia. Los nuevos feminismos son de chicas de secundaria.
“Es una generación que se va a tomar los derechos no va a rogar que se los den, que tiene una parte muy buena la referencia de que son derechos que son parte de la persona y que se tienen que ver plasmados en las políticas públicas, en el sistema educativo, en el sistema de salud”. Hay otras jóvenes que sí son muy radicales, quienes están en el tema del aborto.
Una de las cosas valiosas que ha dejado el feminismo a lo largo de los años y sus diversas olas es que ahora las personas, las mujeres están más alerta a identificar las violencias, del acoso del maestro o el amigo, pero además que creen en la complementariedad. “Están convencidas que el hombre no es el enemigo, sino que hay que trabajar por una relación mucho más igualitaria, de corresponsabilidad”.
Destacó que ahora en el radicalismo insurreccional ya no se ven las grandes movilizaciones de los sesentas y setentas, sino que son grupos pequeños que se mueven, aparentemente, en células, no se sabe si autónomas. Estas se encargan de la destrucción, pinta y quema de edificios, “El mensaje es quiero todos mis derechos, los quiero ahora y los quiero por vía de la violencia”.
Desde su punto de vista señala que con las múltiples violencias que están coexistiendo en México es muy peligroso fomentar estas acciones y tolerar o no castigar estas manifestaciones, que son abiertamente ilegales, por las cuales no se ha conseguido mucho avance.
Pensar el feminismo en políticas públicas
La historiadora señaló que muchas de las exigencias del feminismo se han logrado encauzar a políticas públicas, por ejemplo los vagones para mujeres en la Ciudad de México, el transporte rosa, el escuadrón rosa, entre otras acciones que se convierten en política pública, que poco a poco se va educando a la sociedad hasta que se haga costumbre.
Los feminismos han dado pie a que lo privado se haga público, uno de los ejemplos es la violencia doméstica o el acoso laboral. “Yo creo que mucho se ha avanzado y creo que es importante que católicos, no católicos y de distintos credos o de ningún credo, trabajemos a favor”.
¿Quién es María Luisa Aspe?
Doctora en Historia por la Universidad Iberoamericana, donde fue directora de su Departamento de Historia. Especialista en Historia Contemporánea y de la Iglesia en México. Conferencista en los Encuentros de la Pontificia Comisión de América Latina sobre Mujer e Iglesia. Ex presidente del Instituto Mexicano de Doctrina Social Cristiana. Miembro del Consejo de Gobierno de la Universidad Intercontinental y del Consejo Consultivo de la Upaep.
