Hoy se conmemora el 84º aniversario del martirio de San Pedro de Jesús Maldonado, y las celebraciones eucarísticas se desarrollarán este próximo 14 de febrero en el Santuario que se construye en su honor, en la Zona del Reliz.
En esta ocasión, la celebración de la fiesta patronal será cumpliendo con el aforo permitido y las medidas sanitarias exigidas por las autoridad; esta vez no habrá kermes, únicamente celebraciones a las 10:00, 12:00 y 14:00 horas en el citado espacio religioso.
San Pedro de Jesús Maldonado, sacerdote mexicano, mártir de la Eucaristía, gran devoto de Nuestra Señora de Lourdes, nació en Chihuahua el 15 de junio de 1892.
Educado en el seminario de esa diócesis, tuvo que abandonarlo cuando la Revolución lo clausuró en 1914. Fue ordenado sacerdote en el Paso (Texas, E. U. A.) en 1918 y toda su vida estuvo dedicada al trabajo pastoral en varias parroquias, siempre bajo los peligros de la persecución. En el año 2000 fue canonizado por San Juan Pablo II y su memoria litúrgica se celebra el 21 de mayo, junto con el grupo conformado por San Cristóbal Magallanes y compañeros mártires.
El P. Pedro de Jesús Maldonado Lucero murió como consecuencia de las torturas y de los golpes sufridos, el 11 de febrero de 1937 a los 44 años de edad y 19 de sacerdocio. En la fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, advocación mariana que tanto amó en vida.
Había entrado en el seminario a los 17 años, pero tras la clausura gubernamental de los seminarios tuvo que regresar a su casa. Estudiaba clandestinamente y atendía a los heridos y moribundos de la guerra civil mexicana. Tuvo que ir a El Paso (Texas) para recibir la ordenación sacerdotal y volvió a su tierra para ejercer clandestinamente el ministerio bajo la persecución.
En 1929 el Episcopado Mexicano llegó a un arreglo transitorio con el sucesor del encarnecido perseguidor Calles, el presidente Portes Gil, pero en 1931 estalló de nuevo una nueva racha de persecución, que en algunos estados mexicanos, entre ellos el norteño de Chihuahua, fue incluso más dura que la etapa anterior. El pretexto fue cumplir la Constitución y las ordenanzas del nuevo presidente socialista Abelardo Rodríguez. De nuevo se persiguió y desterró a los sacerdotes, se cerraron las iglesias abiertas, se obligó a los maestros a firmar declaraciones y adhesiones impías, se prohibieron todas las manifestaciones religiosas o en defensa de la libertad religiosa.