/ sábado 9 de febrero de 2019

Circo y desafíos

La globalización los medios de comunicación y la internet han transformado la política y los espacios de gobierno en circos mediáticos, donde con facilidad demagogos y populistas distraen a sus ciudadanos, para ocultar su incompetencia y el incumplimiento de las promesas electorales.

La diferencia que sucede en este espectáculo global entre los países desarrollados y los subdesarrollados es que mientras el circo mediático político no detiene los procesos de innovación y desarrollo tecnológico en los países avanzados, la parafernalia por acá en los países subdesarrollados paraliza o entorpece la generación de conocimiento, tecnología y por lo tanto de riqueza y empleos mejor remunerados.

En medio del ruidero grillo mediático más de un oportunista construye cierta reputación política, haciendo creer a la opinión pública que es un serio defensor de sus intereses y dando la impresión de capacidad, experiencia y sensibilidad.

Hace muy pocas décadas los grillos improvisados sobrevivían gracias a un equipo de asesores calificados y competentes, situación que se ha complicado con el avance de la tecnología y el desplome de la calidad educativa en México, donde los dizque asesores pueblerinos de hoy, ya no logran seguirle el paso a la dinámica económica, técnica y productiva de las economías avanzadas.

Este circo global y pueblerino facilita el surgimiento de grupos de apoyo y ataque esquizofrénicos y desorbitados para cualquier situación, tema o agenda, polarizando a la sociedad en pleitos que al final del día nada aportan, pero que se presentan como el clímax de la discusión democrática, cuando en realidad no pasan de ser un monumental griterío coyuntural, que sólo beneficia a los oportunistas y demagogos.

Todo lo anterior no podría suceder, multiplicarse e intensificarse, sin el impacto acelerado del mundo actual en las mentes y emociones de millones de seres humanos, que sufren un permanente cuadro de incertidumbre, ansiedad y estrés crónico.

Regresando a México y a Chihuahua, las batallas mediáticas entre morenos y una oposición chafa y desarticulada de priístas, panistas, perredistas, etc. en medio de los choques y fricciones que suceden en las conversaciones privadas y sociales, no sólo no nos van a facilitar resolver los desafíos de la incultura, pobreza y retraso tecnológico, sino que van a ir paralizando el país literalmente.

Todos los días empieza la vida nacional con el circo de las conferencias mañaneras de López Obrador, donde reconozcamos su talento para atrapar el morbo nacional, de igual forma que los actores de banqueta detienen a más de un mexicano cuando ya va tarde rumbo a la escuela, el trabajo o donde se le ocurra.

Lamentablemente en México y en Chihuahua tenemos suficientes tragedias y vergüenzas públicas y políticas como para montar un espectáculo mediático diario durante años. Suficientes corruptos, errores, atrasos, simulaciones y fregaderas.

Sin dejar de reconocer, que como buen pueblo chicharronero sin mucho esfuerzo el morbo nos detiene y distrae cuando sucede un accidente, para ver si los intestinos del atropellado quedaron en el parabrisas o en el pavimento, aun cuando llevemos prisa por ir tarde a donde se le ocurra, donde en este mundo de la era del conocimiento y la tecnología México y Chihuahua ya vamos tarde.

La globalización los medios de comunicación y la internet han transformado la política y los espacios de gobierno en circos mediáticos, donde con facilidad demagogos y populistas distraen a sus ciudadanos, para ocultar su incompetencia y el incumplimiento de las promesas electorales.

La diferencia que sucede en este espectáculo global entre los países desarrollados y los subdesarrollados es que mientras el circo mediático político no detiene los procesos de innovación y desarrollo tecnológico en los países avanzados, la parafernalia por acá en los países subdesarrollados paraliza o entorpece la generación de conocimiento, tecnología y por lo tanto de riqueza y empleos mejor remunerados.

En medio del ruidero grillo mediático más de un oportunista construye cierta reputación política, haciendo creer a la opinión pública que es un serio defensor de sus intereses y dando la impresión de capacidad, experiencia y sensibilidad.

Hace muy pocas décadas los grillos improvisados sobrevivían gracias a un equipo de asesores calificados y competentes, situación que se ha complicado con el avance de la tecnología y el desplome de la calidad educativa en México, donde los dizque asesores pueblerinos de hoy, ya no logran seguirle el paso a la dinámica económica, técnica y productiva de las economías avanzadas.

Este circo global y pueblerino facilita el surgimiento de grupos de apoyo y ataque esquizofrénicos y desorbitados para cualquier situación, tema o agenda, polarizando a la sociedad en pleitos que al final del día nada aportan, pero que se presentan como el clímax de la discusión democrática, cuando en realidad no pasan de ser un monumental griterío coyuntural, que sólo beneficia a los oportunistas y demagogos.

Todo lo anterior no podría suceder, multiplicarse e intensificarse, sin el impacto acelerado del mundo actual en las mentes y emociones de millones de seres humanos, que sufren un permanente cuadro de incertidumbre, ansiedad y estrés crónico.

Regresando a México y a Chihuahua, las batallas mediáticas entre morenos y una oposición chafa y desarticulada de priístas, panistas, perredistas, etc. en medio de los choques y fricciones que suceden en las conversaciones privadas y sociales, no sólo no nos van a facilitar resolver los desafíos de la incultura, pobreza y retraso tecnológico, sino que van a ir paralizando el país literalmente.

Todos los días empieza la vida nacional con el circo de las conferencias mañaneras de López Obrador, donde reconozcamos su talento para atrapar el morbo nacional, de igual forma que los actores de banqueta detienen a más de un mexicano cuando ya va tarde rumbo a la escuela, el trabajo o donde se le ocurra.

Lamentablemente en México y en Chihuahua tenemos suficientes tragedias y vergüenzas públicas y políticas como para montar un espectáculo mediático diario durante años. Suficientes corruptos, errores, atrasos, simulaciones y fregaderas.

Sin dejar de reconocer, que como buen pueblo chicharronero sin mucho esfuerzo el morbo nos detiene y distrae cuando sucede un accidente, para ver si los intestinos del atropellado quedaron en el parabrisas o en el pavimento, aun cuando llevemos prisa por ir tarde a donde se le ocurra, donde en este mundo de la era del conocimiento y la tecnología México y Chihuahua ya vamos tarde.