/ sábado 24 de noviembre de 2018

De comisiones a llamadas

Los acosos telefónicos para promover créditos y venta de servicios bancarios pasan a lo grotesco, ridículo… y por supuesto interrumpen el trabajo de los negocios

No se necesita tener muchos créditos ni manejar muchos bancos, ya que con la venta que se hace de los datos, en teoría confidenciales con las normas de privacidad, con que los tenga un banco se volvió un “pásamelo para pasarlo” por arriba o por abajo del escritorio.

Aun y cuando he manifestado mi desconcierto y la incertidumbre en el nuevo gobierno federal, como también lo he dicho: quiero creer.

Ya van algunas acciones e iniciativas de ley que a mi parecer favorecerán el entorno de los negocios y familias. La semana antepasada para regular las comisiones bancarias que como lo expresé, son necesarias.

Esta semana se anunció la iniciativa que va contra el bombardeo de publicidad en llamadas o mensajes. Es una iniciativa para prohibir que se ofrezcan productos o servicios por esta vía, salvo que tengan consentimiento expreso por parte del usuario. Esperemos que el consentimiento expreso se precise ampliamente y no quede ambiguo, ya que para las triquiñuelas del marketing no se la acaban.

Vaya el cotidiano caso cuando se abre una cuenta o se tramita una línea de teléfono: los enormes contratos de hasta 20 páginas con un tipo ilegible incluyen una cláusula en la que el usuario permite compartir los datos con “asociados o con fines de mercadotecnia”. Esto lo presentan de la manera más burda y leonina, ya que ni siquera lo ponen a consideración del cliente, ya viene impreso el consentimiento, ya viene aprobado el recuadro. Cuando lo hace notar al funcionario, lo más que se limita a decir es “así vienen de México”.

La iniciativa está muy interesante, y también hago el cuestionamiento a los defensores de los organismos pro negocio y pro defensa del consumidor: ¿Por qué no se manifiestan y se suman a estas iniciativas? El que sean de un partido diferente no le quita el mérito cuando el objetivo es correcto.

Los promotores ante el Senado de esta iniciativa consideran que esas acciones de llamadas o mensajes son un tipo de hostigamiento y deben ser erradicadas, para lo que proponen reformas a las leyes de Protección y Defensa del Usuario de Servicios Financieros, Federal de Telecomunicaciones, y de Protección al Consumidor.

Para terminar expresaron: “A todos nos es cercana la experiencia de recibir diariamente y de distintos números telefónicos llamadas con la intención de ofertar la venta de productos financieros. La gravedad subyacente de estas prácticas radica en el uso indebido de datos personales en posesión de particulares”.

También proponen sanciones, lo cual de otra manera “no pasa nada” para las compañías que incumplan la norma. La legislación vigente deja en los usuarios la responsabilidad de solicitar la interrupción del hostigamiento, lo que no asegura el cese o cumplimiento.



Los acosos telefónicos para promover créditos y venta de servicios bancarios pasan a lo grotesco, ridículo… y por supuesto interrumpen el trabajo de los negocios

No se necesita tener muchos créditos ni manejar muchos bancos, ya que con la venta que se hace de los datos, en teoría confidenciales con las normas de privacidad, con que los tenga un banco se volvió un “pásamelo para pasarlo” por arriba o por abajo del escritorio.

Aun y cuando he manifestado mi desconcierto y la incertidumbre en el nuevo gobierno federal, como también lo he dicho: quiero creer.

Ya van algunas acciones e iniciativas de ley que a mi parecer favorecerán el entorno de los negocios y familias. La semana antepasada para regular las comisiones bancarias que como lo expresé, son necesarias.

Esta semana se anunció la iniciativa que va contra el bombardeo de publicidad en llamadas o mensajes. Es una iniciativa para prohibir que se ofrezcan productos o servicios por esta vía, salvo que tengan consentimiento expreso por parte del usuario. Esperemos que el consentimiento expreso se precise ampliamente y no quede ambiguo, ya que para las triquiñuelas del marketing no se la acaban.

Vaya el cotidiano caso cuando se abre una cuenta o se tramita una línea de teléfono: los enormes contratos de hasta 20 páginas con un tipo ilegible incluyen una cláusula en la que el usuario permite compartir los datos con “asociados o con fines de mercadotecnia”. Esto lo presentan de la manera más burda y leonina, ya que ni siquera lo ponen a consideración del cliente, ya viene impreso el consentimiento, ya viene aprobado el recuadro. Cuando lo hace notar al funcionario, lo más que se limita a decir es “así vienen de México”.

La iniciativa está muy interesante, y también hago el cuestionamiento a los defensores de los organismos pro negocio y pro defensa del consumidor: ¿Por qué no se manifiestan y se suman a estas iniciativas? El que sean de un partido diferente no le quita el mérito cuando el objetivo es correcto.

Los promotores ante el Senado de esta iniciativa consideran que esas acciones de llamadas o mensajes son un tipo de hostigamiento y deben ser erradicadas, para lo que proponen reformas a las leyes de Protección y Defensa del Usuario de Servicios Financieros, Federal de Telecomunicaciones, y de Protección al Consumidor.

Para terminar expresaron: “A todos nos es cercana la experiencia de recibir diariamente y de distintos números telefónicos llamadas con la intención de ofertar la venta de productos financieros. La gravedad subyacente de estas prácticas radica en el uso indebido de datos personales en posesión de particulares”.

También proponen sanciones, lo cual de otra manera “no pasa nada” para las compañías que incumplan la norma. La legislación vigente deja en los usuarios la responsabilidad de solicitar la interrupción del hostigamiento, lo que no asegura el cese o cumplimiento.