/ viernes 29 de marzo de 2024

El arte de gobernar, ausente de Obrador

Recuerdo hace muchos años haber tratado un tema del filósofo chino Hsün Tzu, quien hace más de 2,300 años escribió “Los reglamentos para un rey”, que bien pudiéramos traducir como “El Arte de Gobernar”, solamente tomando en cuenta que ahora tenemos algo que algunos pudieran considerar como ‘democracia’, la cual cada día se ausenta más de nuestro país. El maestro es recordado por su escrito “El Arte de la Guerra”

El transcurso de los años solamente ha solidificado el pensamiento del maestro Hsün, quien inicia su tratado con las siguientes palabras: “Alguien me preguntó sobre cómo gobernar, y yo contesté: en caso de contar con hombres capaces y de valor, promuévelos sin que tengan que esperar su turno. En el caso de que tengas hombres incompetentes e inferiores, dadlos de baja sin pensarlo...” Obrador tendría que despedir a la mayor parte de su personal.

Efectivamente, los gobernantes son un reflejo de las personas de las que se rodean. Desafortunadamente los nuestros, los de nuestro tiempo, ponen mucha atención en darles un puesto a aquellos con los que tienen compromisos, a los miembros de sus propia familia y de sus partidos, a los que les hicieron algún favor durante su campaña o a alguna jovencita que les gustó.

Agrega el maestro que “El mostrar favoritismos y sentimientos partidistas, y sin contar con principios constantes—es lo peor que uno puede hacer”. Ya mencionaba Hsün Tzu que bien pueden existir buenas leyes en un pueblo, pero que eso no significa que no exista el desorden en el Estado. Y que si existe, se debe al mal gobierno. Continúa diciendo: “El orden nace de un gobernante caballero, el desorden de una persona mezquina e insignificante”.

Afirmaba el maestro que cuando se distribuye el poder con igualdad, lo único que se obtiene es desunión y que cuando existe la igualdad en las masas, es imposible ser equitativo en otorgarles trabajo. “La mera existencia del Cielo y la tierra, ejemplifica el principio de lo alto y lo bajo...la igualdad, debe basarse en la desigualdad”. ¿Podrán entender esto nuestros actuales y futuros gobernantes? Si no lo comprenden, será mejor que dejen su puesto o sus aspiraciones, a los que sí lo entiendan.

“El gobernante es el barco, y la gente es el agua” El agua mantiene el barco a flote, pero también es el agua quien lo puede voltear y hundir”.

En cuanto a las aspiraciones de alguien en el poder, decía, “si lo que pretendes es sentirte seguro en tu puesto, gobierna justamente y ama a tu gente. Si lo que quieres es obtener el reconocimiento y la gloria, honra los rituales y trata a los hombres con respeto. Si lo que quieres es la fama y el mérito, estimula al personal capaz y emplea personas con habilidades”.

La pregunta es, si nuestros futuros gobernantes, (porque los actuales ya sabemos que no), podrán rodearse de gente capaz y honrada, que no busquen el tradicional ´hueso’, y que no sean parientes. “Un verdadero gobernante, se esfuerza en rodearse de hombres capaces con un sentido claro de sus obligaciones; un dictador solo se esfuerza en conseguir aliados.”

Recuerdo hace muchos años haber tratado un tema del filósofo chino Hsün Tzu, quien hace más de 2,300 años escribió “Los reglamentos para un rey”, que bien pudiéramos traducir como “El Arte de Gobernar”, solamente tomando en cuenta que ahora tenemos algo que algunos pudieran considerar como ‘democracia’, la cual cada día se ausenta más de nuestro país. El maestro es recordado por su escrito “El Arte de la Guerra”

El transcurso de los años solamente ha solidificado el pensamiento del maestro Hsün, quien inicia su tratado con las siguientes palabras: “Alguien me preguntó sobre cómo gobernar, y yo contesté: en caso de contar con hombres capaces y de valor, promuévelos sin que tengan que esperar su turno. En el caso de que tengas hombres incompetentes e inferiores, dadlos de baja sin pensarlo...” Obrador tendría que despedir a la mayor parte de su personal.

Efectivamente, los gobernantes son un reflejo de las personas de las que se rodean. Desafortunadamente los nuestros, los de nuestro tiempo, ponen mucha atención en darles un puesto a aquellos con los que tienen compromisos, a los miembros de sus propia familia y de sus partidos, a los que les hicieron algún favor durante su campaña o a alguna jovencita que les gustó.

Agrega el maestro que “El mostrar favoritismos y sentimientos partidistas, y sin contar con principios constantes—es lo peor que uno puede hacer”. Ya mencionaba Hsün Tzu que bien pueden existir buenas leyes en un pueblo, pero que eso no significa que no exista el desorden en el Estado. Y que si existe, se debe al mal gobierno. Continúa diciendo: “El orden nace de un gobernante caballero, el desorden de una persona mezquina e insignificante”.

Afirmaba el maestro que cuando se distribuye el poder con igualdad, lo único que se obtiene es desunión y que cuando existe la igualdad en las masas, es imposible ser equitativo en otorgarles trabajo. “La mera existencia del Cielo y la tierra, ejemplifica el principio de lo alto y lo bajo...la igualdad, debe basarse en la desigualdad”. ¿Podrán entender esto nuestros actuales y futuros gobernantes? Si no lo comprenden, será mejor que dejen su puesto o sus aspiraciones, a los que sí lo entiendan.

“El gobernante es el barco, y la gente es el agua” El agua mantiene el barco a flote, pero también es el agua quien lo puede voltear y hundir”.

En cuanto a las aspiraciones de alguien en el poder, decía, “si lo que pretendes es sentirte seguro en tu puesto, gobierna justamente y ama a tu gente. Si lo que quieres es obtener el reconocimiento y la gloria, honra los rituales y trata a los hombres con respeto. Si lo que quieres es la fama y el mérito, estimula al personal capaz y emplea personas con habilidades”.

La pregunta es, si nuestros futuros gobernantes, (porque los actuales ya sabemos que no), podrán rodearse de gente capaz y honrada, que no busquen el tradicional ´hueso’, y que no sean parientes. “Un verdadero gobernante, se esfuerza en rodearse de hombres capaces con un sentido claro de sus obligaciones; un dictador solo se esfuerza en conseguir aliados.”