/ viernes 15 de marzo de 2024

Lo que el dinero no puede comprar

Lo que verdaderamente cuenta no es tanto lo que tenemos sino lo que hacemos con ello. No es lo que guardamos en el banco, sino lo que acumulamos dentro de nosotros mismos lo importante.


Lo verdaderos tesoros son: la búsqueda de lo bueno; pocos pero buenos amigos; disfrutar de la buena lectura, y contar con ciertas cualidades como tener honor; ser francos, estar saludables; el gusto por el orden, ser animosos; respeto a las mujeres, ser generosos y tener valor y auto disciplina para hacer lo que se tiene que hacer.


El recurso económico es obviamente necesario para comer. Pero para otros representa seguridad, salud, o confort; para otros más representa cubrir vicios y adicciones.


Hace un par de años un estudio de la Universidad de Harvard que duró 75 años, nos informaba que tener alguien en quién confiar es el secreto de la felicidad y de estar saludables. En realidad todo depende en qué escogemos pensar. Es una simple decisión personal.


Pensar que el dinero puede dar el poder, como lo pensó un ex gobernador: “el poder es para poder”, es lo mismo es tener una idea equivocada de lo que es poder y de lo que es el dinero. Es imposible ser un buen líder como gobernante, cuando se tiene demasiado interés en hacer una enorme fortuna apropiándose de lo que no es suyo siendo el caso de la familia “real” presidencial de Obrador y algunos de sus súbditos. Va asociado al valor. El mismo Moisés tuvo que abandonar sus riquezas y hasta su rango para poder llegar a ser un verdadero líder, un guía.


Con el dinero se saben sus efectos y las leyes que lo gobiernan. Lo que puede comprar, lo que puede ganar y lo que puede destruir. Pero cada ser humano tiene sus propias ideas porque todos interpretamos diferente las cosas.


Como dice el dicho, y con mucha razón, “hay cosas en la vida que el dinero no puede comprar”; cosas maravillosas e insustituibles. Los tesoros más valiosos que existen en la vida los llevamos en nuestro corazón, la alegría de amar verdaderamente la vida, causa una felicidad inmensa cuando en verdad comprendemos lo valioso que es hacer todo de buen corazón y con buena voluntad, así como vivir en agradecimiento.


En la sociedad, para liberarnos de la pobreza externa, primero tenemos que hacerlo con la interna. Lo que tenemos que abolir es la pobreza de ideales, de aspiraciones, de codicia, de criterio, de juicio, y de actitudes ante el trabajo y ante el prójimo.


Efectivamente, todos necesitamos sin duda alguna de recursos económicos, pero más necesitamos todavía del conocimiento, de la experiencia y de las habilidades; y la aplicación de los dones y talentos con los que hemos sido creados. La alegría, la paz, la libertad interna y externa, así como el amor entregado (y no necesariamente recibido), son tesoros que nadie nos puede robar, son conquistas para toda la vida.


Lo que verdaderamente cuenta no es tanto lo que tenemos sino lo que hacemos con ello. No es lo que guardamos en el banco, sino lo que acumulamos dentro de nosotros mismos lo importante.


Lo verdaderos tesoros son: la búsqueda de lo bueno; pocos pero buenos amigos; disfrutar de la buena lectura, y contar con ciertas cualidades como tener honor; ser francos, estar saludables; el gusto por el orden, ser animosos; respeto a las mujeres, ser generosos y tener valor y auto disciplina para hacer lo que se tiene que hacer.


El recurso económico es obviamente necesario para comer. Pero para otros representa seguridad, salud, o confort; para otros más representa cubrir vicios y adicciones.


Hace un par de años un estudio de la Universidad de Harvard que duró 75 años, nos informaba que tener alguien en quién confiar es el secreto de la felicidad y de estar saludables. En realidad todo depende en qué escogemos pensar. Es una simple decisión personal.


Pensar que el dinero puede dar el poder, como lo pensó un ex gobernador: “el poder es para poder”, es lo mismo es tener una idea equivocada de lo que es poder y de lo que es el dinero. Es imposible ser un buen líder como gobernante, cuando se tiene demasiado interés en hacer una enorme fortuna apropiándose de lo que no es suyo siendo el caso de la familia “real” presidencial de Obrador y algunos de sus súbditos. Va asociado al valor. El mismo Moisés tuvo que abandonar sus riquezas y hasta su rango para poder llegar a ser un verdadero líder, un guía.


Con el dinero se saben sus efectos y las leyes que lo gobiernan. Lo que puede comprar, lo que puede ganar y lo que puede destruir. Pero cada ser humano tiene sus propias ideas porque todos interpretamos diferente las cosas.


Como dice el dicho, y con mucha razón, “hay cosas en la vida que el dinero no puede comprar”; cosas maravillosas e insustituibles. Los tesoros más valiosos que existen en la vida los llevamos en nuestro corazón, la alegría de amar verdaderamente la vida, causa una felicidad inmensa cuando en verdad comprendemos lo valioso que es hacer todo de buen corazón y con buena voluntad, así como vivir en agradecimiento.


En la sociedad, para liberarnos de la pobreza externa, primero tenemos que hacerlo con la interna. Lo que tenemos que abolir es la pobreza de ideales, de aspiraciones, de codicia, de criterio, de juicio, y de actitudes ante el trabajo y ante el prójimo.


Efectivamente, todos necesitamos sin duda alguna de recursos económicos, pero más necesitamos todavía del conocimiento, de la experiencia y de las habilidades; y la aplicación de los dones y talentos con los que hemos sido creados. La alegría, la paz, la libertad interna y externa, así como el amor entregado (y no necesariamente recibido), son tesoros que nadie nos puede robar, son conquistas para toda la vida.