/ martes 30 de noviembre de 2021

El inicio y los estragos de las 4ªs

Pareciera que los hechos vividos desde principios del año pasado, cuando inició la famosa pandemia, iban a “enseñar” algunas lecciones de sobrevivencia de la humanidad ante situaciones que realmente se salieron de control. La falta de preparación frente a contingencias mundiales se manifestó en los falsos y algunos inútiles supuestos para detener la propagación del virus. Más aún, soluciones relativamente rápidas, pero a medias, vacunas que sólo amortiguan, pero no son seguras, avisos de protocolos que no se sabe si están bien o mal, informes a medias o maquillados, mezcla de vacunas con poca validación de su efectividad, coordinación a medias y a veces nula entre los niveles de gobierno e instituciones incapaces de enfrentar las necesidades de la población. Y para rematar una organización mundial que no ejerce el liderazgo, y cada país, cada región se “rasca con sus propias uñas”. Ahora sigue la famosa 4ª ola de la pandemia, nominada omnicrón, que ya está empezando a hacer sus impactos en todo el mundo, desde limitación de movimientos de personas y productos, cerrando regiones, etc., hasta impactos en las bolsas de valores del mundo. Según las notas y comentarios, esta cuarta ola será peor que lo que hemos vivido hasta hoy, y esto está endureciendo las medidas contra aquellos que no se han vacunado o contra las regiones con altos índices de contagio. Cuando apenas las personas e instituciones empezaban a “abrir” , llega una 4ª que pretende volver a regresar a los confinamientos, restricciones y cuidados. No hemos sido capaces de aprender que el mundo cambió, y que la pandemia llegó para quedarse, por lo menos un buen tiempo y que debemos cambiar primero nosotros entendiendo la situación y cómo podemos apoyar a esta nueva forma de vida. Igualmente, el ambiente en las ciudades y sus procesos diarios deben cambiar. Pareciera que no aprendimos nada con las miles de muertes que tuvimos y nos aferramos a esquemas que no regresarán. A ver si con esta 4ª ola ahora sí entendemos la gravedad y nos unimos para enfrentarla.

Probablemente el término 4ª sea la señal de un ciclo de vida de muchos más impactos negativos que beneficios. El otro enfoque de la cuarta, que actualmente estamos viviendo en nuestro país, está poco a poco acabando con la historia, con las instituciones, con la educación, con el avance tecnológico, etc. que significan grandes estragos en la economía, en la educación, en la tecnología, en lo social, etc. Pobre nuestro país, que nos está impactando fuertemente la llamada 4ª transformación y al mismo tiempo la 4ª ola del coronavirus.

En una mueren personas, en otra mueren proyectos e instituciones. En una, hay antídotos a medias que parecieran no estar funcionando. En otra no se ha encontrado por lo menos algún antídoto que contrarreste los grandes daños que está causando. En una, el mundo se ha unido, por lo menos regionalmente para “tratar” de salvar al mayor número de personas. En otra, la sociedad no ha podido ni unirse, ni contrarrestar la muerte de instituciones y proyectos. En una, se visualiza un efecto muy fuerte sobre la población y no se ha entendido la gravedad. En otra, se visualiza un impacto también muy fuerte en el futuro del país, y pareciera que tampoco se ha entendido la gravedad. En una, se trabaja en la vacuna para amortiguar los impactos de la famosa 4ª ola. En la otra no se ha podido encontrar antídoto para minimizar el impacto de la famosa 4ª transformación. Podríamos llamar a este esquema de gobierno el gobierno omnicrón, por la serie de mutaciones que ejerce y lo grave del impacto comparado con cualquier transformación en la historia de nuestro país.

email: antonio.rios@tec.mx, miembro de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua

Pareciera que los hechos vividos desde principios del año pasado, cuando inició la famosa pandemia, iban a “enseñar” algunas lecciones de sobrevivencia de la humanidad ante situaciones que realmente se salieron de control. La falta de preparación frente a contingencias mundiales se manifestó en los falsos y algunos inútiles supuestos para detener la propagación del virus. Más aún, soluciones relativamente rápidas, pero a medias, vacunas que sólo amortiguan, pero no son seguras, avisos de protocolos que no se sabe si están bien o mal, informes a medias o maquillados, mezcla de vacunas con poca validación de su efectividad, coordinación a medias y a veces nula entre los niveles de gobierno e instituciones incapaces de enfrentar las necesidades de la población. Y para rematar una organización mundial que no ejerce el liderazgo, y cada país, cada región se “rasca con sus propias uñas”. Ahora sigue la famosa 4ª ola de la pandemia, nominada omnicrón, que ya está empezando a hacer sus impactos en todo el mundo, desde limitación de movimientos de personas y productos, cerrando regiones, etc., hasta impactos en las bolsas de valores del mundo. Según las notas y comentarios, esta cuarta ola será peor que lo que hemos vivido hasta hoy, y esto está endureciendo las medidas contra aquellos que no se han vacunado o contra las regiones con altos índices de contagio. Cuando apenas las personas e instituciones empezaban a “abrir” , llega una 4ª que pretende volver a regresar a los confinamientos, restricciones y cuidados. No hemos sido capaces de aprender que el mundo cambió, y que la pandemia llegó para quedarse, por lo menos un buen tiempo y que debemos cambiar primero nosotros entendiendo la situación y cómo podemos apoyar a esta nueva forma de vida. Igualmente, el ambiente en las ciudades y sus procesos diarios deben cambiar. Pareciera que no aprendimos nada con las miles de muertes que tuvimos y nos aferramos a esquemas que no regresarán. A ver si con esta 4ª ola ahora sí entendemos la gravedad y nos unimos para enfrentarla.

Probablemente el término 4ª sea la señal de un ciclo de vida de muchos más impactos negativos que beneficios. El otro enfoque de la cuarta, que actualmente estamos viviendo en nuestro país, está poco a poco acabando con la historia, con las instituciones, con la educación, con el avance tecnológico, etc. que significan grandes estragos en la economía, en la educación, en la tecnología, en lo social, etc. Pobre nuestro país, que nos está impactando fuertemente la llamada 4ª transformación y al mismo tiempo la 4ª ola del coronavirus.

En una mueren personas, en otra mueren proyectos e instituciones. En una, hay antídotos a medias que parecieran no estar funcionando. En otra no se ha encontrado por lo menos algún antídoto que contrarreste los grandes daños que está causando. En una, el mundo se ha unido, por lo menos regionalmente para “tratar” de salvar al mayor número de personas. En otra, la sociedad no ha podido ni unirse, ni contrarrestar la muerte de instituciones y proyectos. En una, se visualiza un efecto muy fuerte sobre la población y no se ha entendido la gravedad. En otra, se visualiza un impacto también muy fuerte en el futuro del país, y pareciera que tampoco se ha entendido la gravedad. En una, se trabaja en la vacuna para amortiguar los impactos de la famosa 4ª ola. En la otra no se ha podido encontrar antídoto para minimizar el impacto de la famosa 4ª transformación. Podríamos llamar a este esquema de gobierno el gobierno omnicrón, por la serie de mutaciones que ejerce y lo grave del impacto comparado con cualquier transformación en la historia de nuestro país.

email: antonio.rios@tec.mx, miembro de la Asociación de Editorialistas de Chihuahua