/ lunes 19 de febrero de 2024

¡El mensaje es claro!

La marcha de este domingo fue el último intento, antes del 2 de junio, que la oposición tendrá para hacer llegar su sentir al actual presidente sobre los valores democráticos y el deseo de seguir en la ruta de consolidación de una democracia joven, como es la mexicana. Cualquier acto de participación ciudadana es digno y respetable, como lo fue esta marcha. Creo que el mensaje fue enviado y también debería ser recibido por el presidente.

A nadie le conviene que nuestra democracia se vea amenazada, afectada, reducida o manipulada. Un país es fuerte gracias a la solidez de sus sistemas democráticos y de contrapesos. Es cierto que ponernos de acuerdo como ciudadanos es cada vez más complicado y tedioso, pero eso es necesario para poder gozar de la libertad que hoy tenemos.

El problema de esta marcha es que se politiza a favor de los grupos de la candidata a la presidencia, Xóchitl Gálvez. Es por todos sabido que se organizó desde los cuartos de guerra de esa campaña y sus principales convocantes son personas que actualmente trabajan para ella. Esto no tiene nada de malo, pero el hecho de que anduvieran los actuales presidentes de los partidos PRI, PAN y PRD ahí marchando solo hace que se demerite el objetivo. La misma Xochitl entendió que era mejor que ella no se presentara, pero estos tres ilustres no. Se resisten a entender que ellos son parte del problema.

Además, es importante que la oposición no quiera tomar esta marcha como bandera en estas próximas horas, porque en realidad, estuvo menos nutrida que la anterior manifestación. Esto implicaría que hay más gente desencantada con el trabajo opositor o que hay más gente que no está viendo los “riesgos” que ellos señalan.

Esperemos que Andrés Manuel vea y entienda que gobierna para todas las personas y que existe un segmento muy grande de la población que no quiere que los organismos electorales y de transparencia se vean afectados. Ganaría mucho si aceptara que no es el momento de intervenir en este tipo de organismos y que, aunque fuera necesario mejorarlos, no es el momento prudente para estar hablando de sus reestructuras o desaparición.

Claudia ha sido muy cautelosa con sus discursos a la hora de hablar de la inseguridad y de estas reformas a los organismos autónomos. Esta cautela es una buena señal para las personas de centro, porque significa que no estaría del todo de acuerdo, pero ella sabe que no es el momento de dar una declaración al respecto. Para mí, es una buena señal porque el mensaje es que se inclinaría más al centro ideológico en lugar de ser igual o más radical que Andrés Manuel. Creo que esto es muy visible para todos los analistas políticos.

En términos ciudadanos, esta marcha fue un éxito y logró el objetivo, pero en términos electorales es una derrota más para los opositores. Esto no es una buena noticia ni tampoco algo que celebrar desde el gobierno porque, en realidad, necesitamos contrapesos para que esta democracia que se defiende realmente funcione. Fue un buen domingo para nuestro país.

La marcha de este domingo fue el último intento, antes del 2 de junio, que la oposición tendrá para hacer llegar su sentir al actual presidente sobre los valores democráticos y el deseo de seguir en la ruta de consolidación de una democracia joven, como es la mexicana. Cualquier acto de participación ciudadana es digno y respetable, como lo fue esta marcha. Creo que el mensaje fue enviado y también debería ser recibido por el presidente.

A nadie le conviene que nuestra democracia se vea amenazada, afectada, reducida o manipulada. Un país es fuerte gracias a la solidez de sus sistemas democráticos y de contrapesos. Es cierto que ponernos de acuerdo como ciudadanos es cada vez más complicado y tedioso, pero eso es necesario para poder gozar de la libertad que hoy tenemos.

El problema de esta marcha es que se politiza a favor de los grupos de la candidata a la presidencia, Xóchitl Gálvez. Es por todos sabido que se organizó desde los cuartos de guerra de esa campaña y sus principales convocantes son personas que actualmente trabajan para ella. Esto no tiene nada de malo, pero el hecho de que anduvieran los actuales presidentes de los partidos PRI, PAN y PRD ahí marchando solo hace que se demerite el objetivo. La misma Xochitl entendió que era mejor que ella no se presentara, pero estos tres ilustres no. Se resisten a entender que ellos son parte del problema.

Además, es importante que la oposición no quiera tomar esta marcha como bandera en estas próximas horas, porque en realidad, estuvo menos nutrida que la anterior manifestación. Esto implicaría que hay más gente desencantada con el trabajo opositor o que hay más gente que no está viendo los “riesgos” que ellos señalan.

Esperemos que Andrés Manuel vea y entienda que gobierna para todas las personas y que existe un segmento muy grande de la población que no quiere que los organismos electorales y de transparencia se vean afectados. Ganaría mucho si aceptara que no es el momento de intervenir en este tipo de organismos y que, aunque fuera necesario mejorarlos, no es el momento prudente para estar hablando de sus reestructuras o desaparición.

Claudia ha sido muy cautelosa con sus discursos a la hora de hablar de la inseguridad y de estas reformas a los organismos autónomos. Esta cautela es una buena señal para las personas de centro, porque significa que no estaría del todo de acuerdo, pero ella sabe que no es el momento de dar una declaración al respecto. Para mí, es una buena señal porque el mensaje es que se inclinaría más al centro ideológico en lugar de ser igual o más radical que Andrés Manuel. Creo que esto es muy visible para todos los analistas políticos.

En términos ciudadanos, esta marcha fue un éxito y logró el objetivo, pero en términos electorales es una derrota más para los opositores. Esto no es una buena noticia ni tampoco algo que celebrar desde el gobierno porque, en realidad, necesitamos contrapesos para que esta democracia que se defiende realmente funcione. Fue un buen domingo para nuestro país.