/ viernes 15 de diciembre de 2017

El proceso electoral, una bomba que estallará el 1º de julio

Ojalá y que la cena de negros en que se pueda convertir el proceso electoral que culminará en las urnas el primero de julio y en los tribunales quién sabe hasta cuándo, sea el parteaguas para una verdadera reforma estructural política, que sobre todo lleve tranquilidad y certeza a los mexicanos de lo que eligen y desaparezcan lo vividores y hasta mercenarios, para convertir a México en un país próspero y de primer mundo al que le han negado la entrada, principalmente la propia clase política.

Es patético cómo Ricardo Monreal, nítido ejemplo, ex gobernador de Zacatecas, se despide el miércoles de sus gobernados en la delegación Cuauhtémoc, de la CDMX, que le arrebató al PRD en el proceso electoral pasado ya con Morena, partido del que hace unas semanas se había despedido y anuncia que se va a atender a su familia, a sus nietos diría yo, y a dormir mucho, esperando ser llamado por el sempiterno candidato presidencial.

Es a estas lacras políticas que invaden el espectro electoral, de todos los partidos y de todas las supuestas ideologías a las que les debe cerrar el paso una auténtica Reforma Política que debe quedar libre de compromisos grupales e ideológicos y a disposición de la voluntad popular.

Ya es tiempo de que se acaben esos zánganos incrustados o protegidos en el formato de institutos políticos que verdaderamente no representan a nadie pero que sí consiguen jugosas prebendas incluso con votos que no son ni de ellos o con alianzas que lo único que hacen es bola, porque por ejemplo también, ¿apoco Acción Nacional conjuga ideológicamente intereses con el PRD?, ¿o con Movimiento Ciudadano?, cuando el dueño de este último lo fundó o hizo después de salir de la cárcel.

Es urgente que con un poco de conciencia que tengan los ahora dueños de los espacios políticos se reforme todo el proceso electoral que en la actualidad se practica con todos los vicios que ha arrastrado desde la Colonia, pero parece que en vez de reivindicar la política la inundamos más cada día de vicios y tropelías encaminados nada más a la satisfacción material de unos cuantos, constituidos en todo un sistema que pretende mantenerse incólume.

Este 2018 podrá reventarse el delgadísimo hilo que ha mantenido la sombría democracia en el país, la mezcolanza de intereses, más que presuntas ideologías ha conformado una bomba de tiempo que incluso podrá estallar antes de que se le acabe la mecha el primero de julio.

Está en juego mucho, aunque lo que menos cuenta es México, este pobre país tan desvalido como un niño de meses del que se siguen aprovechando para quitarle su herencia.

Ojalá y que la cena de negros en que se pueda convertir el proceso electoral que culminará en las urnas el primero de julio y en los tribunales quién sabe hasta cuándo, sea el parteaguas para una verdadera reforma estructural política, que sobre todo lleve tranquilidad y certeza a los mexicanos de lo que eligen y desaparezcan lo vividores y hasta mercenarios, para convertir a México en un país próspero y de primer mundo al que le han negado la entrada, principalmente la propia clase política.

Es patético cómo Ricardo Monreal, nítido ejemplo, ex gobernador de Zacatecas, se despide el miércoles de sus gobernados en la delegación Cuauhtémoc, de la CDMX, que le arrebató al PRD en el proceso electoral pasado ya con Morena, partido del que hace unas semanas se había despedido y anuncia que se va a atender a su familia, a sus nietos diría yo, y a dormir mucho, esperando ser llamado por el sempiterno candidato presidencial.

Es a estas lacras políticas que invaden el espectro electoral, de todos los partidos y de todas las supuestas ideologías a las que les debe cerrar el paso una auténtica Reforma Política que debe quedar libre de compromisos grupales e ideológicos y a disposición de la voluntad popular.

Ya es tiempo de que se acaben esos zánganos incrustados o protegidos en el formato de institutos políticos que verdaderamente no representan a nadie pero que sí consiguen jugosas prebendas incluso con votos que no son ni de ellos o con alianzas que lo único que hacen es bola, porque por ejemplo también, ¿apoco Acción Nacional conjuga ideológicamente intereses con el PRD?, ¿o con Movimiento Ciudadano?, cuando el dueño de este último lo fundó o hizo después de salir de la cárcel.

Es urgente que con un poco de conciencia que tengan los ahora dueños de los espacios políticos se reforme todo el proceso electoral que en la actualidad se practica con todos los vicios que ha arrastrado desde la Colonia, pero parece que en vez de reivindicar la política la inundamos más cada día de vicios y tropelías encaminados nada más a la satisfacción material de unos cuantos, constituidos en todo un sistema que pretende mantenerse incólume.

Este 2018 podrá reventarse el delgadísimo hilo que ha mantenido la sombría democracia en el país, la mezcolanza de intereses, más que presuntas ideologías ha conformado una bomba de tiempo que incluso podrá estallar antes de que se le acabe la mecha el primero de julio.

Está en juego mucho, aunque lo que menos cuenta es México, este pobre país tan desvalido como un niño de meses del que se siguen aprovechando para quitarle su herencia.