El próximo domingo 18 de febrero se llevará a cabo la tercera manifestación ciudadana en defensa de la democracia, invitándose a ciudadanos y ciudadanas de todo el país a salir a las calles y hacer valer peticiones en materia de derechos humanos. También se denunciará la serie de reformas sin pie ni cabeza a la Constitución que pretende hacer AMLO, a unos meses de concluir su mandato y la insensatez de desaparecer los organismos autónomos. Por qué no lo hizo antes o al inicio de su mandato son preguntas que resaltan, pero encontrar una respuesta razonable por parte del mandatario, es peor que salir de la fantasía oscura del Laberinto de Fauno. En esta ocasión se pidió que los y las participantes acudieran vestidos de blanco y rosa y una bandera de México.
Se estima que el número de personas y organizaciones de la oposición que acudirán, será mucho mayor a las marchas realizadas en otros años. Este fenómeno es una clara evidencia de un conflicto social latente que permea en el país, a causa del malestar en contra del gobierno actual y la polarización que el Ejecutivo Federal ha logrado desde el inicio del sexenio. Lamentablemente nos encontramos divididos; no hay consensos.
El presidente es listo y culto sabe las consecuencias de lo anterior. En Ruanda de 1994, la polarización extrema entre las tribus Hutus y Tutsis con un régimen autoritario, llevaron a prácticas de exclusión de una raza a otra hasta, llegar a un genocidio. En México, la polarización política ha hecho que la nación se divida en dos bandos: “los buenos y los malos”.
Parece una piromanía donde la atracción por el fuego y el impulso de provocar incendios no se puede parar. Los incendiarios a diferencia de estos últimos, es que intencionadamente provoca incendios con el ánimo de hacer daño. La línea es delgada para determinar si AMLO es piromaníaco o incendiario. ¿Usted qué piensa?
Pareciera que, a la fecha, la democracia que se ha construido es sólo de fachada. La oposición pareciera estar reducida a una mínima expresión sumamente debilitada. Sin una oposición sólida, los congresos podrían estar dominados por un solo color, lo que podría resultar en facilitar las reformas que el partido de ese matiz quiera. Se concentra tanto el poder en una sola persona, que escuchar discrepancias resulta nulo.
Construir una oposición sólida es fundamental para cualquier régimen democrático. La oposición es fundamental si en verdad se quiere construir una democracia mejor. En estos momentos pareciera que el bando “malo” PRI.PAN.PRD va de picada y que MORENA se convierte en el todo poderoso, omnipotente y omnipresente, pero estamos a tiempo de cambiar esa realidad. Si genuinamente a usted le preocupa el rumbo del país, vote por una oposición que le haga contra peso al “régimen” actual.
Lo importante es controlar la polarización y llegar a un punto medio, donde todos tengan voz y voto, no sólo unos cuantos. Ejerza su derecho de expresión y salga a luchar para que el abismo que estipula la constitución y lo que sucede en realidad, encuentren concordia y se hagan valer los derechos.
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