/ martes 1 de mayo de 2018

La época de los incongruentes

Es increíble que conforme van pasando los días y siguen las encuestas a favor de un determinado candidato se empiezan a manifestar comportamientos de incongruencia entre las personas. Personas que en un principio estaban en desacuerdo en apoyar a cierto candidato cambian de manera de pensar, y aunque saben que no comulgan con las ideas o el proceder de cierto candidato, “cambian” su postura para apoyar a otro candidato que esté con ciertas posibilidades de competir al final.

La primera incongruencia vista es el llamado “voto útil”. Votar por un candidato, aunque no se esté de acuerdo con él, sólo para hacerlo más fuerte y esté en condiciones de ganarle al puntero. Se olvidan de la ética, de los valores y la ideología, por la practicidad. Si son capaces de mentirse a sí mismos, tan sólo por apoyar a un candidato con posibilidades, qué triste e incongruente manera de pensar. El “voto útil” hace que la persona olvide sus principios, olvide su ideología y su forma de pensar, por un pragmatismo social.

La otra incongruencia escuchada es: “Vamos a votar hasta después de mediodía y dependiendo de cómo vayan las votaciones otorgamos nuestro voto al segundo lugar”. Esto sin importar la ética, los valores o los pensamientos, sólo por votar en contra del puntero. Qué bajo, desde el punto de vista de integridad, hemos caído que no somos capaces de “defender” nuestras ideas, de ser congruente de cómo pensamos y actuamos, de seguir nuestros principios.

Otros más pertenecen a la incongruencia de “voy a votar por él, porque es el único que puede hacer un cambio”, independientemente de la capacidad de la persona, de la forma de comportarse, o de las mentiras que expresa, aprovechándose de muchos que tienen la esperanza de que la situación mejore en las regiones de nuestro país.

La incongruencia de muchos que, por necesidad, apoyan a un cierto candidato, esperando obtener “algo a cambio”, sin importar sus principios, muchas veces su dignidad, y gran parte de las veces por necesidad de obtener un trabajo para mantener a la familia.

Se ha caído tan bajo que, hoy en día, existe un “brincadero” de grupo a grupo, tan sólo porque algunos personajes se apoderaron de los partidos, los convierten en mafias, y hacen y deshacen con la representatividad de éstos. Incongruente es no seguir fundamentado en el comportamiento ético y de valores, a cambio de “apoyar” a un grupo manipulador que tacha a los demás de falta de lealtad. La incongruencia se manifiesta con perder la lealtad con uno mismo, con sus principios, eso sí es falta de lealtad.

El fundamento del comportamiento de los seres humanos radica en los principios y valores como la verdad, la honestidad, etc. Éstos aplican no importa de qué grupo político eres, o de qué nacionalidad, o de qué edad, siempre serán los mismos, y sabes que los resultados ante este fundamento es predecible.

Es curioso cómo estamos viviendo una época donde una supuesta practicidad en el comportamiento hacia las elecciones está rompiendo con lo más preciado del desarrollo humano: sus valores y principios, el centro del crecimiento humano, el punto de partida hacia el comportamiento y el actuar de cada ciudadano.

La falta de líderes no sólo en lo político, en lo social o de grupo, y la falta de una ideología que determine el rumbo deseado de una región está orillando a las sociedades y sus ciudadanos a tomar decisiones incongruentes. Irse por el camino fácil de lo que pudiera ser el mejor camino, o en contra de lo que pudiera ser el peor camino, según cada uno. Allí es donde podemos, cada uno, demostrar qué tan fuertes están nuestros cimientos de lo que pensamos y hacemos, de lo congruente que somos. No importa cuál sea la forma de pensar y actuar, seamos congruentes con nosotros mismos, no nos dejemos llevar por los medios, las redes sociales, etc. Miremos dentro de nuestro ser y actuemos con congruencia, actuemos de acuerdo a lo que pensamos.

Email: antonio.rios@itesm.mx