/ lunes 31 de mayo de 2021

La voz de una mujer en vísperas de igualdad

Por: Lizbeth Chavira Ortiz

Hace mucho tiempo, cuando aún no se sabía la posibilidad de ser alguien en un mundo de todo, existía una incertidumbre que ponía al mundo de cabeza: El sufragio de la mujer.

En 1952 miles de mujeres se arremolinaron en el Parque 18 de Marzo con pancartas escritas a mano que citaban sus exigencias. Exclamaban al Presidente Adolfo Ruiz Cortines lo que antes ya había prometido en su contienda: El derecho de la mujer a votar y ser votada.

Aquello era algo súbitamente importante, ya que—finalmente—surgiría en el país un cambio radical. Uno que impulsaría a la igualdad política entre el hombre y la mujer.

Sin embargo, no sería hasta 1953 cuando Adolfo Ruiz Cortines—ejerciendo su papel de Presidente de la República—publicaría en el Diario Oficial de la Federación un decreto, realizándose así las reformas constitucionales correspondientes. De manera que se le reconoció a la mujer el derecho al voto y a ser votadas por elección popular en México.

El papel de la mujer en la política

Si bien el papel de la mujer en la política ha emergido positivamente, la paridad de género aún no es una realidad enteramente perfecta. Para entender mejor lo anterior, podemos partir del siguiente cuestionamiento: ¿Cuántas mujeres encabezan una secretaría actualmente? María Eugenia Vergara señaló—en un informe presentado a Mujer Expansión—que el 26% de las dependencias tiene a una mujer como titular; considerando que en Aguascalientes y Sonora ninguna mujer representa alguna.

Lo mismo sucede con los comités ejecutivos nacionales, los cuales siguen siendo encabezados por hombres, es decir, que de las 212 presidencias, 38 son ocupadas por mujeres y 174 por hombres.

Y más allá de puestos políticos, a percepción de María Eugenia Vergara se trata—de igual forma—de cómo la mujer sufre acoso constante o de amenazas por fomentar sus ambiciones políticas, lo que esto se traduce a forjar una represión en su participación en la política.

Es decir, ¿estamos hablando sobre la falta de representación de las mujeres en puestos directivos, pero también como votantes?

Al tratarse de elecciones populares, no es mentira que la falta de apoyo de los partidos políticos afecta a las mujeres, específicamente cuando se trata de candidatas locales o aquellas en pleno crecimiento político, como señala La Vanguardia.

Por supuesto que hablar de la brecha que existe entre hombre y mujer en calidad de política es interminable, porque estamos hablando del machismo, la discriminación y otros factores clave que deben romperse o seguiremos teniendo patrones difíciles de romper a corto y largo plazo.

Si bien los candidatos y candidatas suelen tener capacidades justas para liderar cualquier puesto gubernamental, la igualdad, la capacitación cívica y electoral, así como leyes y reformas constitucionales, son piezas clave para lograr un acceso más equitativo a oportunidades de índole política.

Porque las mujeres también podemos liderar, gobernar, votar y ser votadas.

Por: Lizbeth Chavira Ortiz

Hace mucho tiempo, cuando aún no se sabía la posibilidad de ser alguien en un mundo de todo, existía una incertidumbre que ponía al mundo de cabeza: El sufragio de la mujer.

En 1952 miles de mujeres se arremolinaron en el Parque 18 de Marzo con pancartas escritas a mano que citaban sus exigencias. Exclamaban al Presidente Adolfo Ruiz Cortines lo que antes ya había prometido en su contienda: El derecho de la mujer a votar y ser votada.

Aquello era algo súbitamente importante, ya que—finalmente—surgiría en el país un cambio radical. Uno que impulsaría a la igualdad política entre el hombre y la mujer.

Sin embargo, no sería hasta 1953 cuando Adolfo Ruiz Cortines—ejerciendo su papel de Presidente de la República—publicaría en el Diario Oficial de la Federación un decreto, realizándose así las reformas constitucionales correspondientes. De manera que se le reconoció a la mujer el derecho al voto y a ser votadas por elección popular en México.

El papel de la mujer en la política

Si bien el papel de la mujer en la política ha emergido positivamente, la paridad de género aún no es una realidad enteramente perfecta. Para entender mejor lo anterior, podemos partir del siguiente cuestionamiento: ¿Cuántas mujeres encabezan una secretaría actualmente? María Eugenia Vergara señaló—en un informe presentado a Mujer Expansión—que el 26% de las dependencias tiene a una mujer como titular; considerando que en Aguascalientes y Sonora ninguna mujer representa alguna.

Lo mismo sucede con los comités ejecutivos nacionales, los cuales siguen siendo encabezados por hombres, es decir, que de las 212 presidencias, 38 son ocupadas por mujeres y 174 por hombres.

Y más allá de puestos políticos, a percepción de María Eugenia Vergara se trata—de igual forma—de cómo la mujer sufre acoso constante o de amenazas por fomentar sus ambiciones políticas, lo que esto se traduce a forjar una represión en su participación en la política.

Es decir, ¿estamos hablando sobre la falta de representación de las mujeres en puestos directivos, pero también como votantes?

Al tratarse de elecciones populares, no es mentira que la falta de apoyo de los partidos políticos afecta a las mujeres, específicamente cuando se trata de candidatas locales o aquellas en pleno crecimiento político, como señala La Vanguardia.

Por supuesto que hablar de la brecha que existe entre hombre y mujer en calidad de política es interminable, porque estamos hablando del machismo, la discriminación y otros factores clave que deben romperse o seguiremos teniendo patrones difíciles de romper a corto y largo plazo.

Si bien los candidatos y candidatas suelen tener capacidades justas para liderar cualquier puesto gubernamental, la igualdad, la capacitación cívica y electoral, así como leyes y reformas constitucionales, son piezas clave para lograr un acceso más equitativo a oportunidades de índole política.

Porque las mujeres también podemos liderar, gobernar, votar y ser votadas.