/ sábado 23 de marzo de 2024

“Yo veo un México con hambre y sed de justicia…”

Por: Ana Sofía Carrasco Aceves

Hoy se cumplen 30 años del asesinato del Candidato a la presidencia de la Republica por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) Luis Donaldo Colosio Murrieta, siempre que pienso en lo sucedido pasa por mi cabeza el ¿Qué hubiera pasado si…?, ¿Realmente Colosio hubiera sido el cambio que México necesitaba o se hubiera doblegado a la voluntad de la mano negra egresado de Harvard que en ese entonces era la cabeza del ejecutivo federal?, ¿México sería un País diferente de haber llegado Colosio al poder?. Desafortunadamente no vivimos de los “hubiera”, la realidad de México fue muy diferente a lo que debía ser.

Para que mi generación pueda entender lo que pasó con Luis Donaldo, necesitamos conocer los antecedentes, el contexto social y político ¿Cómo era México en 1994?, el México actual es muy diferente. Haciendo investigación y preguntando con personas cercanas muchos describen 1994 y los años previos como un momento de crisis económica, descontento social y una democracia cuestionable, por las elecciones presidenciales previas. México estaba padeciendo desigualdad, pobreza y corrupción.

Colosio fue un político que a mi consideración fue adelantado a su tiempo y eso fue precisamente lo que acabó con su vida, revelarse de forma pública contra quien en ese momento representaba la cabeza de una institución que duró 70 años en el poder, era rebelarse contra una dictadura perfecta. El sistema es tan perfecto que está diseñado para alinearte o para romperte. Una persona que creía en la cultura del esfuerzo y no del privilegio no iba muy acorde a la forma de gobernar y la política de ese momento.

Cabe precisar que Colosio era el candidato no solo de su partido, si no del presidente, antes el candidato del presidente además de salir de su gabinete y ser designado por el famoso dedazo, también terminaba ganando las elecciones.

El discurso que dio en 1994 frente al Monumento a la Revolución en el marco del LXV aniversario del PRI y que marcó el quiebre de la relación entre el titular de ejecutivo federal y el candidato sigue siendo uno de los más icónicos de la política mexicana, es bien sabido que, si algo saben hacer muy bien los priistas además de crear instituciones, son los discursos, son excelentes oradores logran transmitir y convencer a través de un gran argumento.

“Yo veo un México con hambre y con sed de justicia. Un México de gente agraviada, de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla. De mujeres y hombres afligidos por el abuso de las autoridades o por la arrogancia de las oficinas gubernamentales.

Veo a ciudadanos angustiados por la falta de seguridad, ciudadanos que merecen mejores servicios y gobiernos que les cumplan. Ciudadanos que aún no tienen fincada en el futuro la derrota; son ciudadanos que tienen esperanza y que están dispuestos a sumar su esfuerzo para alcanzar el progreso.

Yo veo un México convencido de que ésta es la hora de las respuestas; un México que exige soluciones. Los problemas que enfrentamos los podemos superar.

Yo me propongo encabezar un gobierno para responderle a todos los mexicanos. El cambio con rumbo y con responsabilidad no puede esperar…”

Algunos días después de dar este discurso durante su gira de campaña en la colonia Lomas Taurinas en Tijuana y gracias a la poca seguridad con la que contaba fue asesinado Luis Donaldo Colosio Murrieta. Debido al contexto y los antecedentes fue un caso lleno de controversias, coincidencias, medias verdades concatenadas con una obstaculización de la justicia, corrupción y violaciones de los Derechos Humanos. “Sabemos” quién fue el actor material, pero ¿quién quería muerto a Colosio?, ¿A quién le beneficiaba que el sistema siguiera perfecto?

A 30 años de su muerte sigue siendo una inspiración para los políticos y aspirantes, solamente nos queda el recuerdo y la duda de que hubiera pasado si Colosio hubiera llegado a la presidencia.

"Nadie podrá asegurarnos un papel en la transformación de México si nosotros no luchamos por él". Luis Donaldo Colosio Murrieta


Por: Ana Sofía Carrasco Aceves

Hoy se cumplen 30 años del asesinato del Candidato a la presidencia de la Republica por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) Luis Donaldo Colosio Murrieta, siempre que pienso en lo sucedido pasa por mi cabeza el ¿Qué hubiera pasado si…?, ¿Realmente Colosio hubiera sido el cambio que México necesitaba o se hubiera doblegado a la voluntad de la mano negra egresado de Harvard que en ese entonces era la cabeza del ejecutivo federal?, ¿México sería un País diferente de haber llegado Colosio al poder?. Desafortunadamente no vivimos de los “hubiera”, la realidad de México fue muy diferente a lo que debía ser.

Para que mi generación pueda entender lo que pasó con Luis Donaldo, necesitamos conocer los antecedentes, el contexto social y político ¿Cómo era México en 1994?, el México actual es muy diferente. Haciendo investigación y preguntando con personas cercanas muchos describen 1994 y los años previos como un momento de crisis económica, descontento social y una democracia cuestionable, por las elecciones presidenciales previas. México estaba padeciendo desigualdad, pobreza y corrupción.

Colosio fue un político que a mi consideración fue adelantado a su tiempo y eso fue precisamente lo que acabó con su vida, revelarse de forma pública contra quien en ese momento representaba la cabeza de una institución que duró 70 años en el poder, era rebelarse contra una dictadura perfecta. El sistema es tan perfecto que está diseñado para alinearte o para romperte. Una persona que creía en la cultura del esfuerzo y no del privilegio no iba muy acorde a la forma de gobernar y la política de ese momento.

Cabe precisar que Colosio era el candidato no solo de su partido, si no del presidente, antes el candidato del presidente además de salir de su gabinete y ser designado por el famoso dedazo, también terminaba ganando las elecciones.

El discurso que dio en 1994 frente al Monumento a la Revolución en el marco del LXV aniversario del PRI y que marcó el quiebre de la relación entre el titular de ejecutivo federal y el candidato sigue siendo uno de los más icónicos de la política mexicana, es bien sabido que, si algo saben hacer muy bien los priistas además de crear instituciones, son los discursos, son excelentes oradores logran transmitir y convencer a través de un gran argumento.

“Yo veo un México con hambre y con sed de justicia. Un México de gente agraviada, de gente agraviada por las distorsiones que imponen a la ley quienes deberían de servirla. De mujeres y hombres afligidos por el abuso de las autoridades o por la arrogancia de las oficinas gubernamentales.

Veo a ciudadanos angustiados por la falta de seguridad, ciudadanos que merecen mejores servicios y gobiernos que les cumplan. Ciudadanos que aún no tienen fincada en el futuro la derrota; son ciudadanos que tienen esperanza y que están dispuestos a sumar su esfuerzo para alcanzar el progreso.

Yo veo un México convencido de que ésta es la hora de las respuestas; un México que exige soluciones. Los problemas que enfrentamos los podemos superar.

Yo me propongo encabezar un gobierno para responderle a todos los mexicanos. El cambio con rumbo y con responsabilidad no puede esperar…”

Algunos días después de dar este discurso durante su gira de campaña en la colonia Lomas Taurinas en Tijuana y gracias a la poca seguridad con la que contaba fue asesinado Luis Donaldo Colosio Murrieta. Debido al contexto y los antecedentes fue un caso lleno de controversias, coincidencias, medias verdades concatenadas con una obstaculización de la justicia, corrupción y violaciones de los Derechos Humanos. “Sabemos” quién fue el actor material, pero ¿quién quería muerto a Colosio?, ¿A quién le beneficiaba que el sistema siguiera perfecto?

A 30 años de su muerte sigue siendo una inspiración para los políticos y aspirantes, solamente nos queda el recuerdo y la duda de que hubiera pasado si Colosio hubiera llegado a la presidencia.

"Nadie podrá asegurarnos un papel en la transformación de México si nosotros no luchamos por él". Luis Donaldo Colosio Murrieta