/ sábado 2 de junio de 2018

Lo que viene

“La soberbia presume ciega lo que gana de autoridad con lo que presume de altivez”.


Todos los poderes en manos de un solo hombre incapaz, y además asesorado por gente violenta promotora de la lucha de clases, entrañan un grave peligro. Es tiempo de darnos cuenta que todo despotismo es hijo de una democracia que pudo haber crecido pero se cansó antes de tiempo; de una comunidad que ya no quiso luchar contra la intolerancia, el abuso e inmensa corrupción, creyendo y pensando que un ignorante, radical y extremista sería la solución, confiando que ahora hagan lo que hagan podrán salir impunes gracias a un “gobierno amoroso” que los perdonará y además, les quitará el dinero a “los ricos” para repartirlo entre los pobres.

El Estado sabrá mejor que los padres de familia cómo educar a los hijos, cómo cuidar de nuestra salud, cómo cultivar el campo, cómo administrar nuestras empresas, cómo hacer pozos petroleros haciendo un hoyito; y compitiendo deslealmente como gobierno, contra los negocios, no siendo solamente un competidor, sino además siendo el que establece las reglas del juego y siendo al final de cuentas, hasta el árbitro.

Para nuestra democracia, la llamada “democracia cristiana” como le han dado a llamar a la izquierda radical (Morena), es de lo más peligroso porque según ellos mismos afirman, no requiere de cambios demasiado radicales (aunque algunos así lo exijan), sino que viene bajo el disfraz de orden y dirección; un marxismo dosificado, pero donde el Ejecutivo asume todos los poderes.

La única forma de remediar las injusticias es oponerse decididamente a ellas. La indignación y el voto al que nos dice lo que queremos oír no es suficiente, a menos que esté respaldado por algo que amedrente al enemigo. Sin embargo dar amnistía funciona totalmente al revés, no sólo no amedrenta, sino estimula al delincuente a seguir con su modus vivendi, no por necesidad, sino porque ha decidido par sí esa forma vida.

¿Qué es la soberbia? “Se puede definir a una persona soberbia y arrogante aquella que actúa como si fuera superior, más valiosa o importante que los demás y los menosprecia. Sin embargo, al mismo tiempo, la persona soberbia quiere ser admirada y respetada por todas las grandes cosas ‘que ha hecho’ o las cualidades especiales que cree tener. La soberbia implica un deseo de dominar y una confianza excesiva por sus habilidades, así como una visión sobre uno mismo como merecedor del éxito. Ser arrogante significa ser altivo, altanero, jactancioso, prepotente, engreído. Es arrogante quien cree ser un experto en todos los temas, y que en consecuencia, no tiene interés en escuchar otras opiniones”. Una persona arrogante llega, incluso, a despreciar y ofender a las otras personas, algo así como muchos seguidores del mesías tropical a últimas fechas.