/ lunes 18 de septiembre de 2023

No es normal

Creo que si en algo podemos estar de acuerdo la mayoría de las personas es que estamos viviendo una extraña crisis humanitaria en cuestión de problemas psicológicos que se demuestran con el aumento de casos de ansiedad crónica, depresión, altos índices de drogadicción o el propio suicidio. Esto no es normal y tiene sus razones.

Algunos se atreven a decir que las nuevas generaciones son más débiles o “generaciones de cristal” porque estos problemas se ven más comúnmente, pero no es así, ni debería ser esto lo común. Lo cierto es que la tecnología aceleró procesos e incrementó la interconección entre la sociedad y esto tiene sus efectos.

Hoy en día las personas más jóvenes tienen acceso a ver el estilo de vida de otras personas, acceso a ver historias de éxito o privilegios inimaginables o incluso los cuerpos perfectos. Hoy cualquier persona es capaz de ver la opulencia absoluta en la vida de otros seres. Esto hace que constantemente estemos comparando lo que tenemos con los deseos de vivir otras vidas. Eso solo genera ansiedad y problemas psicológicos. Pero a todo esto le debemos de sumar lo complicado que se ha convertido el tema económico para las nuevas generaciones. El comprar una casa es casi impensable para una persona joven, así como tener un buen teléfono inteligente o pagar plataformas de streaming para poder ver las producciones del momento.

Yo siempre he dicho y sostengo que el sistema de libre mercado o capitalismo es el mejor sistema económico inventado hasta este momento. Pero eso no implica reconocer errores profundos en este sistema que ha desatado los problemas sociales que describí al inicio. Uno de ellos, y posiblemente el más peligroso, es el consumismo. El capitalismo podría y debería funcionar perfectamente sin necesidad de incentivar el sobreconsumo de la forma voraz con la que se está haciendo. Esto ha derivado no solo en las crisis psicológicas de la humanidad sino también en la emergencia climática. Una cosa es ofrecer un servicio o producto y la otra es hacer pensar a las personas que su vida es un fracaso por no tenerlo o hacerles pensar que es normal tener 20 pares de zapatos o 20 pantalones. Esto no es correcto y es lo que ha agudizado el rechazo al sistema económico.

Pero aún así, hemos aceptado como normal cosas como la obsolescencia programada. Esto es cuando un producto que podría durar muchos años siendo útil, las empresas los programan para que su vida sea corta y tengas la necesidad de comprar un nuevo modelo. Esto no es normal y debería ser ilegal. También hemos visto con normalidad que cada marca de tecnología tenga sus propios tipos de conexión para obligarte a comprar sus productos. Para este tipo de situaciones deberían entrar los reguladores gubernamentales y obligar a mantener ciertos estándares. Debemos de seguir incentivando el libre mercado, la competencia, etc; pero no a costa de la salud de las personas o de nuestro planeta. Si queremos mejorar la calidad de vida de los seres humanos, debemos de empezar por dejar de normalizar el sobre consumo y las prácticas que lo incentivan. Solo así tendremos un desarrollo sustentable.


Creo que si en algo podemos estar de acuerdo la mayoría de las personas es que estamos viviendo una extraña crisis humanitaria en cuestión de problemas psicológicos que se demuestran con el aumento de casos de ansiedad crónica, depresión, altos índices de drogadicción o el propio suicidio. Esto no es normal y tiene sus razones.

Algunos se atreven a decir que las nuevas generaciones son más débiles o “generaciones de cristal” porque estos problemas se ven más comúnmente, pero no es así, ni debería ser esto lo común. Lo cierto es que la tecnología aceleró procesos e incrementó la interconección entre la sociedad y esto tiene sus efectos.

Hoy en día las personas más jóvenes tienen acceso a ver el estilo de vida de otras personas, acceso a ver historias de éxito o privilegios inimaginables o incluso los cuerpos perfectos. Hoy cualquier persona es capaz de ver la opulencia absoluta en la vida de otros seres. Esto hace que constantemente estemos comparando lo que tenemos con los deseos de vivir otras vidas. Eso solo genera ansiedad y problemas psicológicos. Pero a todo esto le debemos de sumar lo complicado que se ha convertido el tema económico para las nuevas generaciones. El comprar una casa es casi impensable para una persona joven, así como tener un buen teléfono inteligente o pagar plataformas de streaming para poder ver las producciones del momento.

Yo siempre he dicho y sostengo que el sistema de libre mercado o capitalismo es el mejor sistema económico inventado hasta este momento. Pero eso no implica reconocer errores profundos en este sistema que ha desatado los problemas sociales que describí al inicio. Uno de ellos, y posiblemente el más peligroso, es el consumismo. El capitalismo podría y debería funcionar perfectamente sin necesidad de incentivar el sobreconsumo de la forma voraz con la que se está haciendo. Esto ha derivado no solo en las crisis psicológicas de la humanidad sino también en la emergencia climática. Una cosa es ofrecer un servicio o producto y la otra es hacer pensar a las personas que su vida es un fracaso por no tenerlo o hacerles pensar que es normal tener 20 pares de zapatos o 20 pantalones. Esto no es correcto y es lo que ha agudizado el rechazo al sistema económico.

Pero aún así, hemos aceptado como normal cosas como la obsolescencia programada. Esto es cuando un producto que podría durar muchos años siendo útil, las empresas los programan para que su vida sea corta y tengas la necesidad de comprar un nuevo modelo. Esto no es normal y debería ser ilegal. También hemos visto con normalidad que cada marca de tecnología tenga sus propios tipos de conexión para obligarte a comprar sus productos. Para este tipo de situaciones deberían entrar los reguladores gubernamentales y obligar a mantener ciertos estándares. Debemos de seguir incentivando el libre mercado, la competencia, etc; pero no a costa de la salud de las personas o de nuestro planeta. Si queremos mejorar la calidad de vida de los seres humanos, debemos de empezar por dejar de normalizar el sobre consumo y las prácticas que lo incentivan. Solo así tendremos un desarrollo sustentable.