/ viernes 13 de agosto de 2021

Políticas públicas en fracaso

Por: María Soledad Limas Frescas

Cuando las políticas públicas fracasan, el gobierno debe meter reversa y diseñar, planificar y ejecutar con expertos nuevas políticas que den buenos resultados, y sobre todo que sean alcanzables y medibles, porque lo que no se mide no funciona.

Son varias las políticas públicas del gobierno federal que han resultado un fracaso, pero en esta ocasión me referiré a las de salud, porque tiempos de crisis es cuando son más necesarias para gran parte de la población de escasos recursos, que está en vulnerabilidad al no contar un servicio médico y son quienes más se han visto afectados por el flagelo del coronavirus y sus desastrosos efectos.

El gobierno anunció que el Insabi brindaría sus servicios en los centros de salud, unidades médicas del IMSS Bienestar, Unidades médicas especializadas, en hospitales rurales, comunitarios y generales; sin embargo no existen registros de cuántos pacientes son atendidos con dicho servicio, al contrario los familiares de pacientes atendidos en los referidos centros han denunciado que ellos tienen que pagar los gastos que se generan por la atención médica y los medicamentos, obviamente quienes no pueden hacerlo no son atendidos, se agravan y fallecen.

Más de 16 millones de mexicanos estaban adscritos al Seguro Popular y se quedaron sin servicio médico alguno, cuando López Obrador despareció dicho Seguro implementado por los gobiernos panistas, que funcionaba bien y daba cobertura y atención médica a las personas de escasos recursos, y puso en su lugar al Insabi, su famoso Instituto de Salud para el Bienestar, que a ciencia cierta, a más de dos años de ser “anunciado” como el organismo de servicios de salud gratuitos y de calidad a todas las personas en el país y que no cuenten con seguridad social, no tiene reglas de operación, ni está demostrado su funcionamiento eficiente. Mientras tanto los pacientes se acumulan, se agravan y fallecen. Es lamentable que en el país por falta de políticas públicas y acciones preventivas asertivas hayan muerto más de medio millón de mexicanos por el Covid y por enfermedades asociadas, y esos son los datos que se reportan por las autoridades de salud, que a juicio de investigadores y científicos, la cantidad se duplica, y que se pudieron haber evitado las muertes, si se contara con personal calificado en el gabinetazo y sobre todo empático y sensible; AMLO ha sido señalado como un presidente cruel e irresponsable por su falta de sensibilidad y empatía con los niños enfermos de cáncer, a quienes suspendió sus tratamientos gratuitos en el Seguro Popular, quienes siguen falleciendo; se suman más de mil 700 las muertes por lo anterior.

Es terrible que a estas alturas se haya vacunado en México sólo al 30% de la población con una sola dosis, y que se “ regalen “ vacunas a otros países cuando urgen las vacunaciones a los mexicanos. Es vergonzoso que el gobierno federal ande pidiendo a los Estados Unidos “vacunas regaladas”, mientras el dinero del erario se “regala”, en su mayoría a la clientela electoral del partido del Presidente.

Por: María Soledad Limas Frescas

Cuando las políticas públicas fracasan, el gobierno debe meter reversa y diseñar, planificar y ejecutar con expertos nuevas políticas que den buenos resultados, y sobre todo que sean alcanzables y medibles, porque lo que no se mide no funciona.

Son varias las políticas públicas del gobierno federal que han resultado un fracaso, pero en esta ocasión me referiré a las de salud, porque tiempos de crisis es cuando son más necesarias para gran parte de la población de escasos recursos, que está en vulnerabilidad al no contar un servicio médico y son quienes más se han visto afectados por el flagelo del coronavirus y sus desastrosos efectos.

El gobierno anunció que el Insabi brindaría sus servicios en los centros de salud, unidades médicas del IMSS Bienestar, Unidades médicas especializadas, en hospitales rurales, comunitarios y generales; sin embargo no existen registros de cuántos pacientes son atendidos con dicho servicio, al contrario los familiares de pacientes atendidos en los referidos centros han denunciado que ellos tienen que pagar los gastos que se generan por la atención médica y los medicamentos, obviamente quienes no pueden hacerlo no son atendidos, se agravan y fallecen.

Más de 16 millones de mexicanos estaban adscritos al Seguro Popular y se quedaron sin servicio médico alguno, cuando López Obrador despareció dicho Seguro implementado por los gobiernos panistas, que funcionaba bien y daba cobertura y atención médica a las personas de escasos recursos, y puso en su lugar al Insabi, su famoso Instituto de Salud para el Bienestar, que a ciencia cierta, a más de dos años de ser “anunciado” como el organismo de servicios de salud gratuitos y de calidad a todas las personas en el país y que no cuenten con seguridad social, no tiene reglas de operación, ni está demostrado su funcionamiento eficiente. Mientras tanto los pacientes se acumulan, se agravan y fallecen. Es lamentable que en el país por falta de políticas públicas y acciones preventivas asertivas hayan muerto más de medio millón de mexicanos por el Covid y por enfermedades asociadas, y esos son los datos que se reportan por las autoridades de salud, que a juicio de investigadores y científicos, la cantidad se duplica, y que se pudieron haber evitado las muertes, si se contara con personal calificado en el gabinetazo y sobre todo empático y sensible; AMLO ha sido señalado como un presidente cruel e irresponsable por su falta de sensibilidad y empatía con los niños enfermos de cáncer, a quienes suspendió sus tratamientos gratuitos en el Seguro Popular, quienes siguen falleciendo; se suman más de mil 700 las muertes por lo anterior.

Es terrible que a estas alturas se haya vacunado en México sólo al 30% de la población con una sola dosis, y que se “ regalen “ vacunas a otros países cuando urgen las vacunaciones a los mexicanos. Es vergonzoso que el gobierno federal ande pidiendo a los Estados Unidos “vacunas regaladas”, mientras el dinero del erario se “regala”, en su mayoría a la clientela electoral del partido del Presidente.