/ viernes 9 de febrero de 2024

Nuestra carta magna

Se acaba de conmemorar el aniversario de la promulgación de la Constitución Federal, ya son 107 años de vigencia. Como máxima ley cuenta con 136 artículos y 19 transitorios, y tiene más de 700 reformas en su primer siglo de existencia, colocándose como una de las constituciones en el mundo con mayor número de reformas. En cambio la Constitución de los Estados Unidos de América tiene 228 años de vida y cuenta con siete artículos originales y sólo se han realizado 27 enmiendas a la misma, en más de dos siglos.

En mis años de estudiante en la Facultad de Derecho de la UACH hace más de tres décadas, dentro de los eventos para el aniversario de la Carga Magna, se organizaban foros y debates con verdaderos juristas, como aquel debate que tuve la oportunidad de presenciar, entre Ignacio Burgoa ( autor de los libros, “el Juicio de amparo” y de “ Las garantías individuales “ que son de consulta obligada para los estudiantes del derecho, y Raúl Cervantes Ahumada, gran maestro y conocedor del Derecho Mercantil, autor del libro “Títulos y operaciones de crédito”, también de consulta obligada, en dicho debate Raúl Cervantes Ahumada exponía que la Constitución Federal era una de las leyes más violada, a lo que presto el maestro Burgoa Orihuela respondía que para eso estaba el juicio de Amparo, para reparar las violaciones que se le hacían a la Carta Magna, porque el juicio de Amparo protege las garantías individuales o los derechos humanos del gobernado y resuelve las competencias entre las autoridades federales y las estatales.

De acuerdo a la doctrina jurídica, la Carta Magna debe ser una ley que contenga preceptos generales y es en la legislación secundaria donde se desarrollan y precisan los detalles de los postulados Constitucionales, por ende las Constituciones no deben ser voluminosas, como sucede en países desarrollados. Para reformar la Carta Magna se requieren las dos terceras partes de los legisladores, y la aprobación de la mitad más uno de los Congresos Estatales.

Cada aniversario de promulgación de la Constitución, se hace un acto solemne en Querétaro, con la asistencia obviamente de los titulares de los tres poderes de la Unión, y por primera vez en la historia el Presidente rompió el protocolo solemne al no asistir al acto conmemorativo y prefirió hacer un evento en solitario para anunciar una serie de propuestas para reformar la Carta Magna, que en realidad la mayoría de sus propuestas podrían encuadrar en la legislación secundaria, si es que son viables.

Son varias las propuestas de reforma de AMLO que ya tocaremos en otros espacios, y muchas de ellas improcedentes, y hacerlas a éstas alturas de su gobierno que está por concluir, se interpretan como cortinas de humo o distractores en éstos tiempos electorales, pues la finalidad del Presidente es distraer a los ciudadanos de los problemas que se han agravado en el país por la ineficacia de sus estrategias sobre todo en materia de inseguridad y de salud. Las reformas a la Constitución no deben ser por capricho de los gobernantes, o para pasar a la historia, sino que deben ser para el real beneficio de las y los mexicanos.


Se acaba de conmemorar el aniversario de la promulgación de la Constitución Federal, ya son 107 años de vigencia. Como máxima ley cuenta con 136 artículos y 19 transitorios, y tiene más de 700 reformas en su primer siglo de existencia, colocándose como una de las constituciones en el mundo con mayor número de reformas. En cambio la Constitución de los Estados Unidos de América tiene 228 años de vida y cuenta con siete artículos originales y sólo se han realizado 27 enmiendas a la misma, en más de dos siglos.

En mis años de estudiante en la Facultad de Derecho de la UACH hace más de tres décadas, dentro de los eventos para el aniversario de la Carga Magna, se organizaban foros y debates con verdaderos juristas, como aquel debate que tuve la oportunidad de presenciar, entre Ignacio Burgoa ( autor de los libros, “el Juicio de amparo” y de “ Las garantías individuales “ que son de consulta obligada para los estudiantes del derecho, y Raúl Cervantes Ahumada, gran maestro y conocedor del Derecho Mercantil, autor del libro “Títulos y operaciones de crédito”, también de consulta obligada, en dicho debate Raúl Cervantes Ahumada exponía que la Constitución Federal era una de las leyes más violada, a lo que presto el maestro Burgoa Orihuela respondía que para eso estaba el juicio de Amparo, para reparar las violaciones que se le hacían a la Carta Magna, porque el juicio de Amparo protege las garantías individuales o los derechos humanos del gobernado y resuelve las competencias entre las autoridades federales y las estatales.

De acuerdo a la doctrina jurídica, la Carta Magna debe ser una ley que contenga preceptos generales y es en la legislación secundaria donde se desarrollan y precisan los detalles de los postulados Constitucionales, por ende las Constituciones no deben ser voluminosas, como sucede en países desarrollados. Para reformar la Carta Magna se requieren las dos terceras partes de los legisladores, y la aprobación de la mitad más uno de los Congresos Estatales.

Cada aniversario de promulgación de la Constitución, se hace un acto solemne en Querétaro, con la asistencia obviamente de los titulares de los tres poderes de la Unión, y por primera vez en la historia el Presidente rompió el protocolo solemne al no asistir al acto conmemorativo y prefirió hacer un evento en solitario para anunciar una serie de propuestas para reformar la Carta Magna, que en realidad la mayoría de sus propuestas podrían encuadrar en la legislación secundaria, si es que son viables.

Son varias las propuestas de reforma de AMLO que ya tocaremos en otros espacios, y muchas de ellas improcedentes, y hacerlas a éstas alturas de su gobierno que está por concluir, se interpretan como cortinas de humo o distractores en éstos tiempos electorales, pues la finalidad del Presidente es distraer a los ciudadanos de los problemas que se han agravado en el país por la ineficacia de sus estrategias sobre todo en materia de inseguridad y de salud. Las reformas a la Constitución no deben ser por capricho de los gobernantes, o para pasar a la historia, sino que deben ser para el real beneficio de las y los mexicanos.