/ viernes 12 de enero de 2024

No perdamos la capacidad de asombro

Rescatemos la capacidad de asombro, no nos acostumbremos a normalizar los problemas de inseguridad por los que atraviesa el país; todos los días en medios de comunicación y en redes sociales se publican las alarmantes cifras, imágenes y hasta videos sangrientos de ejecuciones y desapariciones de personas, por cierto cada vez más jóvenes las víctimas y los victimarios, desgraciadamente como sociedad no estamos alzando la voz lo suficientemente para exigir que se aplique todo el rigor de la ley a los delincuentes, quienes ante la fallida estrategia del gobierno federal de abrazos y no balazos, se han apoderado de parte del territorio nacional, que según informe del gobierno Norteamericano controlan más del 35 por ciento, ante la complacencia de las autoridades que parece que dan autorización para delinquir con total impunidad.

En los cinco años de gobierno de López Obrador, de acuerdo a los informes de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, suman más de 170 mil personas ejecutadas, por lo que hasta el momento es el gobierno más sangriento en la Historia de México, superando las 120 mil ejecuciones en el gobierno de Felipe Calderón, y las 156 mil ejecuciones en el gobierno de Peña Nieto. La ONU registra que México mantiene una de las tasas más altas de asesinatos en el mundo. Aunque AMLO trate de justificarse alegando que recibió un país en decadencia en materia de seguridad, porque ya son cinco años de su gestión y la inseguridad se ha incrementado al grado de ser el problema más grave.

La inseguridad en el país es tan grave, no en vano son las advertencias de la \u0009ONU sobre las altas tasas de homicidio en América Latina y el Caribe, que tienen entre sus causas la presencia de grupos criminales que se vinculan al narcotráfico y a la facilidad con que se adquieren las armas de fuego, no obstante si el porcentaje no disminuye, es un indicador de que los gobiernos no están implementado acciones efectivas para combatir éste flagelo.

De acuerdo a la encuesta a nivel nacional del INEGI, en el 2023, el 61.4 por ciento de la población de 18 años y más, siente inseguridad de vivir en su ciudad.

Cabe mencionar que solo hemos hecho referencia a las ejecuciones y desapariciones, pero el espectro de la inseguridad es mucho más amplio, faltan de mencionar varios delitos que son de suyo graves, como el narcotráfico, los secuestros, la violencia, la trata de personas, el tráfico de órganos, el tráfico de influencias, fraudes, robos, peculados, entre otros muchos delitos que contempla la legislación penal.

Cuándo nos informamos sobre las cifras de la inseguridad en México, creemos que les va a pasar solo a otras personas, y que son situaciones que nunca nos pasaran a nosotros, no obstante si no exigimos a las autoridades que combatan eficazmente a la delincuencia, también nos afectará directamente tarde o temprano. Rescatemos la capacidad de asombro, y con la misma exijamos que se aplique todo el rigor de la ley a los criminales y delincuentes. Solo así se puede garantizar el orden y la paz, que se están perdiendo en el país.


Rescatemos la capacidad de asombro, no nos acostumbremos a normalizar los problemas de inseguridad por los que atraviesa el país; todos los días en medios de comunicación y en redes sociales se publican las alarmantes cifras, imágenes y hasta videos sangrientos de ejecuciones y desapariciones de personas, por cierto cada vez más jóvenes las víctimas y los victimarios, desgraciadamente como sociedad no estamos alzando la voz lo suficientemente para exigir que se aplique todo el rigor de la ley a los delincuentes, quienes ante la fallida estrategia del gobierno federal de abrazos y no balazos, se han apoderado de parte del territorio nacional, que según informe del gobierno Norteamericano controlan más del 35 por ciento, ante la complacencia de las autoridades que parece que dan autorización para delinquir con total impunidad.

En los cinco años de gobierno de López Obrador, de acuerdo a los informes de la Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, suman más de 170 mil personas ejecutadas, por lo que hasta el momento es el gobierno más sangriento en la Historia de México, superando las 120 mil ejecuciones en el gobierno de Felipe Calderón, y las 156 mil ejecuciones en el gobierno de Peña Nieto. La ONU registra que México mantiene una de las tasas más altas de asesinatos en el mundo. Aunque AMLO trate de justificarse alegando que recibió un país en decadencia en materia de seguridad, porque ya son cinco años de su gestión y la inseguridad se ha incrementado al grado de ser el problema más grave.

La inseguridad en el país es tan grave, no en vano son las advertencias de la \u0009ONU sobre las altas tasas de homicidio en América Latina y el Caribe, que tienen entre sus causas la presencia de grupos criminales que se vinculan al narcotráfico y a la facilidad con que se adquieren las armas de fuego, no obstante si el porcentaje no disminuye, es un indicador de que los gobiernos no están implementado acciones efectivas para combatir éste flagelo.

De acuerdo a la encuesta a nivel nacional del INEGI, en el 2023, el 61.4 por ciento de la población de 18 años y más, siente inseguridad de vivir en su ciudad.

Cabe mencionar que solo hemos hecho referencia a las ejecuciones y desapariciones, pero el espectro de la inseguridad es mucho más amplio, faltan de mencionar varios delitos que son de suyo graves, como el narcotráfico, los secuestros, la violencia, la trata de personas, el tráfico de órganos, el tráfico de influencias, fraudes, robos, peculados, entre otros muchos delitos que contempla la legislación penal.

Cuándo nos informamos sobre las cifras de la inseguridad en México, creemos que les va a pasar solo a otras personas, y que son situaciones que nunca nos pasaran a nosotros, no obstante si no exigimos a las autoridades que combatan eficazmente a la delincuencia, también nos afectará directamente tarde o temprano. Rescatemos la capacidad de asombro, y con la misma exijamos que se aplique todo el rigor de la ley a los criminales y delincuentes. Solo así se puede garantizar el orden y la paz, que se están perdiendo en el país.