/ viernes 5 de noviembre de 2021

Por los que ya no están 

Justamente en estos días de reflexión, de extrañar a nuestros seres queridos que se nos han adelantado, de darnos unos minutos para viajar en el tiempo y recordarlos, vivir en nuestra mente aquellos momentos que algún día vivimos junto a ellos en carne viva, y que lamentablemente son ellos, quienes ya no están, quienes se nos han adelantado, una gran parte de nuestra fuente de inspiración.

Por ellos que ya no comparten el presente con nosotros, pero su memoria vive aún entre sus familias, sus tierras, sus cariños, sus afectos y amores, aún en momentos sensibles como lo son estos días, es momento para pensar en ellos, en el legado que han dejado y que seguirán dejando. En mi caso mis dos abuelos y mi abuela materna se nos han adelantado.

Mi vocación y mi amor por el servicio público fue inculcado por mis padres, pero en gran manera por mi abuelo paterno, quien sin haber tenido alguna vez un cargo público o desempeño como servidor, se dedicó a apoyar y servir a la comunidad desde su trinchera, era consultado y siempre tomado en cuenta por alcaldes y funcionarios, sin importar la filiación partidista, pero siempre más encaminado a Acción Nacional, no necesitaba estar en un escritorio o recibir un sueldo del erario para comprometerse con su comunidad, al contrario, lejos de tener alguna percepción por parte de algún gobierno, se dedicaba a apoyar a jóvenes deportistas de su municipio, su pasión siempre fue el beisbol y apoyaba por impulsar este deporte, conforme sus posibilidades se lo permitían.

Por eso hoy que yo he tenido la gran oportunidad de servir a la gente desde un puesto público, lo hago con profundo amor y convicción, por el legado que nos han dejado quienes se nos han adelantado; por su trabajo, su compromiso, los resultados que han dejado a su comunidad sin tener el privilegio de ostentar un cargo en el servicio público, y los logros que se han dado gracias a sus convicciones

Y aunque ellos ya no están aquí, los recordamos con nostalgia, nos invade la tristeza y más en estos días que es de recordar esos gratos momentos que compartimos en vida, pero también para reflexionar de cómo podemos abonar a la construcción de una mejor sociedad, para honrar de esa manera su memoria. No puedo observar la política de manera fría e insensible, sin tener presente el origen de nuestra vocación, que en todo momento debe ser mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos y brindar una mejor calidad de vida a las familias mexicanas, acción que muchos de nuestros antepasados han realizado sin saber, sin imaginar lo mucho que sus acciones nos marcarían para bien, para seguir buscando esa transformación en la sociedad, y hoy desde aquí les podemos decir que descansen en paz, que su legado ha rendido fruto y que seguiremos buscando desde nuestras trincheras, cambiar las realidades que viven miles de mexicanos, que lucharemos por mejorar sus condiciones de vida, desde aquí hoy les podemos decir, continuaremos con su legado y su misión.


Justamente en estos días de reflexión, de extrañar a nuestros seres queridos que se nos han adelantado, de darnos unos minutos para viajar en el tiempo y recordarlos, vivir en nuestra mente aquellos momentos que algún día vivimos junto a ellos en carne viva, y que lamentablemente son ellos, quienes ya no están, quienes se nos han adelantado, una gran parte de nuestra fuente de inspiración.

Por ellos que ya no comparten el presente con nosotros, pero su memoria vive aún entre sus familias, sus tierras, sus cariños, sus afectos y amores, aún en momentos sensibles como lo son estos días, es momento para pensar en ellos, en el legado que han dejado y que seguirán dejando. En mi caso mis dos abuelos y mi abuela materna se nos han adelantado.

Mi vocación y mi amor por el servicio público fue inculcado por mis padres, pero en gran manera por mi abuelo paterno, quien sin haber tenido alguna vez un cargo público o desempeño como servidor, se dedicó a apoyar y servir a la comunidad desde su trinchera, era consultado y siempre tomado en cuenta por alcaldes y funcionarios, sin importar la filiación partidista, pero siempre más encaminado a Acción Nacional, no necesitaba estar en un escritorio o recibir un sueldo del erario para comprometerse con su comunidad, al contrario, lejos de tener alguna percepción por parte de algún gobierno, se dedicaba a apoyar a jóvenes deportistas de su municipio, su pasión siempre fue el beisbol y apoyaba por impulsar este deporte, conforme sus posibilidades se lo permitían.

Por eso hoy que yo he tenido la gran oportunidad de servir a la gente desde un puesto público, lo hago con profundo amor y convicción, por el legado que nos han dejado quienes se nos han adelantado; por su trabajo, su compromiso, los resultados que han dejado a su comunidad sin tener el privilegio de ostentar un cargo en el servicio público, y los logros que se han dado gracias a sus convicciones

Y aunque ellos ya no están aquí, los recordamos con nostalgia, nos invade la tristeza y más en estos días que es de recordar esos gratos momentos que compartimos en vida, pero también para reflexionar de cómo podemos abonar a la construcción de una mejor sociedad, para honrar de esa manera su memoria. No puedo observar la política de manera fría e insensible, sin tener presente el origen de nuestra vocación, que en todo momento debe ser mejorar las condiciones de vida de los ciudadanos y brindar una mejor calidad de vida a las familias mexicanas, acción que muchos de nuestros antepasados han realizado sin saber, sin imaginar lo mucho que sus acciones nos marcarían para bien, para seguir buscando esa transformación en la sociedad, y hoy desde aquí les podemos decir que descansen en paz, que su legado ha rendido fruto y que seguiremos buscando desde nuestras trincheras, cambiar las realidades que viven miles de mexicanos, que lucharemos por mejorar sus condiciones de vida, desde aquí hoy les podemos decir, continuaremos con su legado y su misión.


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