/ lunes 12 de octubre de 2020

¿Quitará Corral a Meraz de la presidencia si no da entrada a su enviado?

En un grave peligro se está poniendo la certeza y claridad del próximo proceso electoral por la participación de manos ajenas al propio organismo encargado de vigilar, organizar y dirigir los comicios en el estado.

La alerta surgió hace unos días, cuando nos enteramos –y así lo dimos a conocer públicamente– que el gobernador Javier Corral está promoviendo a Ricardo Humberto Gándara Hernández, esposo de la exsecretaria de la Función Pública, Stéfany Olmos, para encabezar la Secretaría de Organización del Instituto Estatal Electoral. Y que está moviendo sus piezas para que no haya oposición a su intención.

Lo anterior vulnera la autonomía de la cual está dotado el instituto y pondría en entredicho la independencia en su toma de decisiones, puesto que accedería a la presión del jefe del Ejecutivo estatal que está empecinado en darle jugada a Ricardo Gándara para fines oscuros, desde que asumió la gubernatura.

Por lo anterior y por los antecedentes que revisten al mencionado personaje, cabe hacer una pregunta directa al gobernador Javier Corral Jurado: ¿Quitará de la presidencia del IEE a Arturo Meraz si no accede a colocar a su amigo, como lo hizo antes con Rodolfo Leyva en el Ichitaip, donde intentaba lo mismo?

Claro que la situación actual envuelve el fenómeno en algo mucho más delicado conociendo la intentona en el Instituto de Transparencia y las funestas consecuencias que originaron un proceso legal, justamente por la intromisión del mandatario en un organismo que se supone es autónomo; así como la participación de este mismo personaje en las elecciones de 2018 en Ciudad Juárez, donde curiosamente fue designado como operador de conteo de votos de la Asamblea Municipal Electoral, generando fuertes suspicacias por los mismos candidatos que lo habrían señalado como enviado del gobernador para intervenir el proceso; por todo ello se entiende que la intención de enviarlo al IEE no es precisamente la de crear certidumbre para el próximo proceso electoral.

Ha estado participado en los exámenes para consejero del IEE, del Ichitaip, sin buenos resultados, pero con toda la intención de entrar en esas áreas; estuvo trabajando en uno que otro cargo relacionado al tema electoral bajo la tutela de su principal mentor de Palacio de Gobierno, y siempre bajo el señalamiento de ser el enviado, el operador.

Quiero aprovechar el espacio de esta reflexión de alerta para pedir nuevamente a los consejeros del Instituto Estatal Electoral que no accedan a los caprichos y chantajes del gobernador Javier Corral Jurado que mucho daño le está haciendo a la democracia de Chihuahua con un autoritarismo con el cual ha ultrajado y con ello, desacreditado el papel de las instituciones que debía defender.

Es muy conocido el caso de la intervención de 2017 en el Ichitaip, en el cual le habría exigido el propio gobernador al entonces presidente, Rodolfo Leyva, dejara entrar a Ricardo Gándara y lo nombrara secretario ejecutivo, éste no lo permitió y desató la furia del mandatario que movió sus piezas para que fuera retirado ilegalmente. Metió las manos y también los pies en la presidencia del Tribunal Superior de Justicia, primero con la burda expulsión de Gabriel Sepúlveda, que luego fue resuelta por un tribunal federal a favor del depuesto, pero demasiado tarde para que recuperara el cargo; después hizo lo propio para colocar a su gente en el Consejo de la Judicatura del mismo Poder Judicial, y a partir de allí generar un ambiente de zozobra y presión al interior del TSJE, hasta la salida de su principal operadora hace unos meses.

En el Congreso, aunque ha tenido reveses, como su intento de Reforma Electoral, a fin de generar controles para el próximo proceso electoral, Corral hace y deshace, está metido de cuerpo completo, no respeta lo más básico de la autonomía del Legislativo.

Tampoco se esperaba que tuviera empacho con meter su cuchara en los quehaceres del Instituto Estatal Electoral, pero nos encontramos en la antesala de un proceso electoral diferente, es el primer ejercicio en la historia del estado y el país, donde estarán homologados los comicios locales y federales; y por ende, estarán más vigilados que nunca. Aquí se pondrá a prueba la lealtad de todos los participantes en el proceso.

Hago un llamado a las consejeras y consejeros del IEE para que no se dobleguen ante la presión del gobernador, para que su desempeño en este trance esté a la altura de las y los chihuahuenses. Para que así como reconocieron en 2016 la voluntad del pueblo chihuahuense, que harto de la corrupción se decidió por un cambio y permitió la llegada de Javier Corral al Palacio de Gobierno, de la misma manera les pedimos que no se sujeten a esa voluntad obstinada y hagan valer su autonomía, sentando un nuevo precedente en la historia reciente de nuestro estado.

Sugerencias y comentarios favor de hacérmelos llegar a mi correo: cpc16169@gmail.com


En un grave peligro se está poniendo la certeza y claridad del próximo proceso electoral por la participación de manos ajenas al propio organismo encargado de vigilar, organizar y dirigir los comicios en el estado.

La alerta surgió hace unos días, cuando nos enteramos –y así lo dimos a conocer públicamente– que el gobernador Javier Corral está promoviendo a Ricardo Humberto Gándara Hernández, esposo de la exsecretaria de la Función Pública, Stéfany Olmos, para encabezar la Secretaría de Organización del Instituto Estatal Electoral. Y que está moviendo sus piezas para que no haya oposición a su intención.

Lo anterior vulnera la autonomía de la cual está dotado el instituto y pondría en entredicho la independencia en su toma de decisiones, puesto que accedería a la presión del jefe del Ejecutivo estatal que está empecinado en darle jugada a Ricardo Gándara para fines oscuros, desde que asumió la gubernatura.

Por lo anterior y por los antecedentes que revisten al mencionado personaje, cabe hacer una pregunta directa al gobernador Javier Corral Jurado: ¿Quitará de la presidencia del IEE a Arturo Meraz si no accede a colocar a su amigo, como lo hizo antes con Rodolfo Leyva en el Ichitaip, donde intentaba lo mismo?

Claro que la situación actual envuelve el fenómeno en algo mucho más delicado conociendo la intentona en el Instituto de Transparencia y las funestas consecuencias que originaron un proceso legal, justamente por la intromisión del mandatario en un organismo que se supone es autónomo; así como la participación de este mismo personaje en las elecciones de 2018 en Ciudad Juárez, donde curiosamente fue designado como operador de conteo de votos de la Asamblea Municipal Electoral, generando fuertes suspicacias por los mismos candidatos que lo habrían señalado como enviado del gobernador para intervenir el proceso; por todo ello se entiende que la intención de enviarlo al IEE no es precisamente la de crear certidumbre para el próximo proceso electoral.

Ha estado participado en los exámenes para consejero del IEE, del Ichitaip, sin buenos resultados, pero con toda la intención de entrar en esas áreas; estuvo trabajando en uno que otro cargo relacionado al tema electoral bajo la tutela de su principal mentor de Palacio de Gobierno, y siempre bajo el señalamiento de ser el enviado, el operador.

Quiero aprovechar el espacio de esta reflexión de alerta para pedir nuevamente a los consejeros del Instituto Estatal Electoral que no accedan a los caprichos y chantajes del gobernador Javier Corral Jurado que mucho daño le está haciendo a la democracia de Chihuahua con un autoritarismo con el cual ha ultrajado y con ello, desacreditado el papel de las instituciones que debía defender.

Es muy conocido el caso de la intervención de 2017 en el Ichitaip, en el cual le habría exigido el propio gobernador al entonces presidente, Rodolfo Leyva, dejara entrar a Ricardo Gándara y lo nombrara secretario ejecutivo, éste no lo permitió y desató la furia del mandatario que movió sus piezas para que fuera retirado ilegalmente. Metió las manos y también los pies en la presidencia del Tribunal Superior de Justicia, primero con la burda expulsión de Gabriel Sepúlveda, que luego fue resuelta por un tribunal federal a favor del depuesto, pero demasiado tarde para que recuperara el cargo; después hizo lo propio para colocar a su gente en el Consejo de la Judicatura del mismo Poder Judicial, y a partir de allí generar un ambiente de zozobra y presión al interior del TSJE, hasta la salida de su principal operadora hace unos meses.

En el Congreso, aunque ha tenido reveses, como su intento de Reforma Electoral, a fin de generar controles para el próximo proceso electoral, Corral hace y deshace, está metido de cuerpo completo, no respeta lo más básico de la autonomía del Legislativo.

Tampoco se esperaba que tuviera empacho con meter su cuchara en los quehaceres del Instituto Estatal Electoral, pero nos encontramos en la antesala de un proceso electoral diferente, es el primer ejercicio en la historia del estado y el país, donde estarán homologados los comicios locales y federales; y por ende, estarán más vigilados que nunca. Aquí se pondrá a prueba la lealtad de todos los participantes en el proceso.

Hago un llamado a las consejeras y consejeros del IEE para que no se dobleguen ante la presión del gobernador, para que su desempeño en este trance esté a la altura de las y los chihuahuenses. Para que así como reconocieron en 2016 la voluntad del pueblo chihuahuense, que harto de la corrupción se decidió por un cambio y permitió la llegada de Javier Corral al Palacio de Gobierno, de la misma manera les pedimos que no se sujeten a esa voluntad obstinada y hagan valer su autonomía, sentando un nuevo precedente en la historia reciente de nuestro estado.

Sugerencias y comentarios favor de hacérmelos llegar a mi correo: cpc16169@gmail.com